Archivado el caso de la pensionista que, sin ordenador propio, fue acusada de ciberestafa
La mujer, de 73 años, ha evitado tener que sentarse en el banquillo de un juzgado del País Vasco
(Foto: E&J)
Archivado el caso de la pensionista que, sin ordenador propio, fue acusada de ciberestafa
La mujer, de 73 años, ha evitado tener que sentarse en el banquillo de un juzgado del País Vasco
(Foto: E&J)
Todo comenzó cuando a la mujer, pensionista y vecina del Rincón de la Victoria (Málaga), le sustrajeron fraudulentamente su Documento Nacional de Identidad.
Un grupo criminal se ayudó de tal información sensible para abrir dos cuentas en dos conocidas casas de apuntas online. En particular, los estafadores, ayudándose del perfil falso creado en dichas casas de apuestas con los datos personales de la mujer, procedieron a realizar distintos pagos haciendo uso de la tarjeta bancaria de un tercero -una señora con domicilio en Durango (Vizcaya)- sin autorización ni conocimiento de la primera.
Consecuencia de lo anterior, la titular de la tarjeta denunció lo ocurrido ante la Ertzaintza. Así, fruto de las las investigaciones realizadas para localizar a la persona que realizaba cargos fraudulentos a costa de la vecina de Durango, las autoridades se toparon con la mujer de 73 años, como supuesta autora de la ciberestafa.
En el mes de octubre de 2021, la víctima recibió una citación para acudir como acusada a un juicio en el País Vasco, desconociendo por completo el motivo por el que había sido denunciada.
¿Cómo se acredita que la mujer, que ni siquiera sabe usar un ordenador, no tiene un papel protagonista en esta ciberestafa?
Asesorada por el despacho de abogados PenalTech, la pensionista denunció lo ocurrido ante los agentes de la autoridad. En concreto, siguiendo los consejos de los profesionales, la misma presentó la correspondiente denuncia por un delito de suplantación de identidad.
“Cada día son más frecuentes este tipo de hechos en los que la víctima no solamente es quien sufre una importante pérdida, sino que los acusados del delito también son víctimas al aprovecharse de ellos y de sus datos y documentación personal para realizar el delito, quedando impunes los verdaderos culpables”, declaraba el abogado de la pensionista, Francisco José Peláez, durante el curso de las investigaciones.
Centrándonos en el plano probatorio, ¿cómo se acredita que la mujer, que ni siquiera sabe usar un ordenador y que a duras penas se entiende con el WhatsApp para hablar con sus familiares, no tiene un papel protagonista en esta ciberestafa?
“Existen dos cuestiones fundamentales para la resolución de este tipo de asuntos. Por un lado, la ultraespecialización en esta área, que hace que puedan plantearse estrategias de defensa que realmente sean útiles para la defensa de los intereses del cliente. Por otro lado, y en consonancia con lo anterior, resulta crítico la proposición de los medios de prueba técnicos para desacreditar la supuesta autoría de nuestros clientes en este y otros muchos asuntos idénticos”, subraya el letrado en exclusiva para Economist & Jurist.
“Si no hubiera tenido más remedio, habría ido al juicio”
Finalmente, después de que el despacho de abogados solicitara a la Ertzaintza que se practicasen varios medios de prueba para demostrar que su clienta era una víctima más del grupo criminal, el Juzgado de Primera Instancia n.º 1 de Durango (Vizcaya) acaba de archivar su imputación. En particular, aunque objetivamente el archivo se ha producido por incurrir el elemento de la prescripción, según Francisco José Peláez, lo que subyace es que la Magistrada-Juez ha entendido que la pensionista nada tiene que ver con el delito de estafa informática por el que venía siendo acusada.
“Yo pensaba que en algún momento se darían cuenta, pero claro, nunca se sabe. Si no hubiera tenido más remedio, habría ido al juicio”, confiesa la mujer en sus declaraciones al Diario Sur. “Pensaba que iba a quedar fichada para toda la vida. Aunque a mis años…tampoco es que me importara mucho ya”, bromeaba la pensionista.