Arrancan las Juntas de Gobierno de la Abogacía Española
(Diseño: Cenaida López/E&J)
Arrancan las Juntas de Gobierno de la Abogacía Española
(Diseño: Cenaida López/E&J)
Y no exentas de controversias, eso sí, menores: un grupo de asistentes huía del fastuoso Palacio Euskalduna al oír la intervención del Lehendakari, Íñigo Urkullu, que se dirigió al foro, primero, en euskera para continuar en castellano poniendo el acento en su agenda política.
Pero no alteremos el orden, porque las pieles finas aún estaban presentes cuando Victoria Ortega inauguró el acto. Y estuvo muy bien, como siempre. Victoria sabe transmitir mensajes con la convicción del que siente el Derecho. Además, fue tajante con los talibanes: “no se debe reconocer al gobierno de Afganistán”. Entre protocolo y protocolo, a veces no identificamos lo subrayable, y esto merece un aplauso. ¡Nos gusta la valentía de la presidenta!
Y después de ella vino Carlos Fuentenebro, decano del Colegio de Abogados de Vizcaya. Fue un discurso ritualista que todo letrado conoce: la igualdad y la conciliación. Y no le falta razón. Con la venia, ¿algún abogado ha tenido una jornada laboral de ocho horas? Todos estimamos la demanda.
Anne Igartiburu puso la dulzura para hacer de la ceremonia un acto llevadero. Mantiene el cuidado y diligencia de la bonus mater familias. Está en nuestro imaginario y corazones, vascos y españoles, lo de su calidez y cercanía.
Impresionante actuación de una corporación de danza que ha puesto a bailar a la plaza, tan mal a acostumbrada a lo procedimental y encorsetado, y al fallo. Y bendita providencia, volviendo al paño, la de los bailarines y la que ha venido a ser una oda a lo local mucho más profunda que el euskera.
Mañana seguiremos. Y se ventilará lo troncal: ¿Qué ocurre con la publicidad de los despachos? ¿Se están cumpliendo aspectos del nuevo Estatuto como la prefijada hoja de encargo?
¡Agur por hoy! Goizean se lo contamos.