¿Cómo afecta fiscalmente las ganancias en un casino?

El sector de los juegos de azar crece de manera exponencial a medida que se implementan nuevas tecnologías. La contribución de los avances tecnológicos ha permitido la creación de diferentes plataformas online en las que disfrutar, de manera premium o gratuita, de diferentes aplicaciones con las que ocupar nuestro tiempo de ocio desde allá donde nos apetezca, a la hora que mejor nos convenga y tengamos una conexión a la red. Ahora, no es necesario acudir, por ejemplo, a un casino Murcia, sino simplemente es suficiente con abrir un dispositivo móvil; pero estos miles de seguidores, muchos de ellos apegados a las nuevas generaciones digitales, ¿conocen la fiscalidad existente acerca de sus triunfos en los juegos de azar online? Y conocer la contestación a esta cuestión afecta tanto a aquellas personas que tienen esta actividad como categoría de ocio y aquellas que se dedican profesional a estas labores.

Hacienda nunca perdona en el apartado económico y siempre se adentra en todos aquellos nuevos sectores que crecen en el mercado y que generan un dinero para todos los implicados. Las plataformas online, o físicas, aumentan sus ganancias; los jugadores más experimentados ven recompensados sus años de esfuerzo y aprendizaje (no todos los juegos de azar están alineados en su desarrollo con la suerte); y el Estado siempre busca obtener unos réditos que, en el caso de nuestro país, suelen ser bastante elevados, ya que el sector de los juegos de azar mueve miles de millones de euros. Obviamente, llegados a este punto, todos los implicados cuentan con una serie de obligaciones y derechos en cuanto a los asuntos fiscales.

(Foto: Economist & Jurist)

Los profesionales emigran a otros países

En España, hay una normativa evidente acerca de cómo tributar en estos temas relacionados con los juegos de azar y el no hacerlo o no saberse la legislación vigente no impide que puede desembocar en una multa de carácter económico, después de la pertinente inspección, a aquellas personas o empresas que oculten sus beneficios a la Agencia Tributaria. Porque sí, en España, se tributa por los beneficios obtenidos en materia de juegos de azar, lo que hace que muchos profesionales (los que se dedican en cuerpo y alma a este sector) emigren hacia otros países, en busca de mejores condiciones económicas en materia fiscal, como puede ser Gran Bretaña y especialmente Malta, dos países que son más benevolentes en este apartado, al tiempo que permiten a estos profesionales desarrollar de una manera más boyante su carrera como jugadores profesionales, algo que, por otra parte, no deja de ser una carrera profesional como cualquier otra.

De momento, no entraremos en la legislación existente en otros países (o la que vendrá como sucederá en la mayoría de los países nórdicos), sino que indicaremos que en España, actualmente, es obligado declarar los beneficios obtenidos, se sea una persona que acude a estas plataformas como forma de ocio o sea el caso de los profesionales del sector. No obstante, hay que declarar los beneficios cuando se supere la cifra de 1.600 euros como rendimientos del trabajo (caso de los profesionales) o de 1.000 euros en el caso del resto de personas, y siempre que se tengan rentas mayores a los 22.000 euros. En el caso de los jugadores profesionales, esta normativa va más allá, puesto que deben tributar en España todas aquellas ganancias que obtenga fuera de nuestras fronteras, lo que implica que muchos de ellos busquen resquicios legales para evitar este modelo de tributación. Esta legislación afecta, por igual, a todos los sectores, ya sean casinos físicos o casinos online. Asimismo, como sucede en otras actividades, deben también computarse aquellas perdidas que se hayan tenido durante el desarrollo de la actividad, bien sea esta de manera de ocio o como una actividad profesional.

Otro aspecto interesante que indica la legislación vigente está en que hay que declarar todos los beneficios, aunque éstos aún no estén en nuestra cuenta corriente. Si citamos a la ley vigente, ésta no deja lugar a dudas: “se tendrán en cuenta las ganancias y pérdidas obtenidas en el ejercicio, año natural…” y “resultando irrelevante si el contribuyente ha retirado o no las cantidades”. Asimismo, dentro de la cifra a computar con la Agencia Tributaria se incluyen todo tipo de beneficios; es decir, no sólo el haber ganado un torneo, en el caso de los profesionales, sino si esa victoria conlleva algún tipo de recompensa adicional, ésta también debe declararse a la hora de realizar la declaración de la Renta, cuyo número de la casilla suele variar de un año a otro, pero la sección sería la siguiente: “otras ganancias y pérdidas patrimoniales que no derivan de la transmisión de elementos patrimoniales”.

Duras sanciones económicas

Como decíamos anteriormente, y es algo que afecta muy de cerca a los jugadores profesionales, no declarar los triunfos a la Agencia Tributaria desembocará en una pronta inspección, ya que el fisco español está muy atento a estos movimientos, al considerar que el sector está en un momento dulce y que cada vez hay más personas que se dedican de manera profesional a los juegos de azar. En el caso de tratar de eludir las obligaciones con el fisco, éste se ajustaría a la normativa sancionadora, que establece unas penas económicas entre el 50 por ciento y 100 por cien de las ganancias que debían declararse y no se hicieron. Es decir, que conviene declarar todo el patrimonio, y, obviamente, no hacerlo esgrimiendo el desconocimiento no sirve de excusa a la hora de establecer la sanción económica indicada anteriormente. Para ello, muchos jugadores, aparte de buscarse los resquicios legales en otros países, contratar a los asesores financieros con el objetivo de evitar problemas mayores. En el caso de no ser un jugador profesional no es necesario contar con esta ayuda, ya que las cantidades serán menores y sencillas de incluir a la hora de realizar la declaración de la renta. Por supuesto, en el caso de no hacerlo y si Hacienda detecta algún tipo de irregularidad, las sanciones económicas son a considerar, aunque estemos hablando de cantidades inferiores a las que pueden declarar los profesionales del sector.