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Noticias Jurídicas

Consejos para aprobar el Examen de Acceso a la Abogacía

La Mutualidad de la Abogacía ha publicado en su página web una serie de pistas para salir airosos de la prueba

María Burgos, Isabel Fernández Gil-Viega y Andrea Mendiola. (Foto: Mutualidad de la Abogacía)

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Consejos para aprobar el Examen de Acceso a la Abogacía

La Mutualidad de la Abogacía ha publicado en su página web una serie de pistas para salir airosos de la prueba

María Burgos, Isabel Fernández Gil-Viega y Andrea Mendiola. (Foto: Mutualidad de la Abogacía)



El próximo 23 de junio se celebra el Examen de Acceso a la Abogacía, una prueba trascendental para las personas que quieran ejercer como abogados o procuradores en España. La Mutualidad de la Abogacía cuenta con un espacio en su página web, #TúDefinesTuFuturo , donde ha incluido un interesante vídeo que, bajo el título ¿Cómo abordar el Examen de Acceso a la Abogacía? recoge, de una manera amena y distendida, claves sobre el examen y la mejor forma de aprobarlo.

En este vídeo, María Burgos, estudiante del Máster de Propiedad Intelectual y Acceso a la Abogacía; Andrea Mendiola, que superó el examen de acceso en 2018 y recibió le premio a la mejor mujer jurista menor de 30 años e Isabel Fernández Gil-Viega, directora de Fernández Gil-Viega Abogados y del Máster de Propiedad Intelectual de ICADE, aportan sus puntos de vista sobre la prueba y dan interesantes pistas para salir bien parados.



Andrea Mendiola opina que el examente ayuda a cumplir tu sueño, que es ser abogado o abogada ejerciente en España, así es que te está focalizado hacia tu futuro”. Por su parte, María Burgos asegura que “sirve para filtrar quien va a focalizar su carrera a ser abogado porque la gente piensa que hacer Derecho necesariamente implica ser abogado y hay muchas más salidas que no tienen que ver. Entonces, la carrera en sí no está tan centrada en la profesión de abogado como lo está la preparación para este examen”.

María Burgos. (Foto: Mutualidad de la Abogacía)

El examen

Según recuerda María Burgos, la prueba consta de 75 preguntas, 50 obligatorias y 25 optativas. “También te puedes enfocar el área al que te quieras dedicar”. Isabel Fernández matiza, por su parte, que “las 50 preguntas generales son fundamentalmente de deontología y de responsabilidad civil. Las otras 25 depende de la especialidad que cada uno haya estudiado: Civil y Mercantil, Administrativo, Contencioso-Administrativo, Laboral y Penal”.



Fernández recomienda leerlo todo con mucho detenimiento, sobre todo en los aspectos relacionados con la deontología, ya que el Estatuto General de la Abogacía ha cambiado “y habrá cosas que antes existían y ahora no”. Sobre la forma de hacer el examen, esta abogada hace una observación importante.

Recuerda que las preguntas erróneas descuentan un 0,33% de la nota. Esto hace que “muchos alumnos, cuando hacen el examen, calculan ‘esta la tengo bien, bien… ya no contesto más’, y cuando se hace esto, normalmente se falla porque hay alguna de las que uno se cree que tiene bien que tiene mal y que le descuenta”. A este respecto, advierte que “todos los casos que hemos tenido en la universidad que han suspendido habían hecho este planteamiento. Mi consejo es que hay que contestar y si se falla, se falla”.

Isabel Fernández Gil-Viega. (Foto: Mutualidad de la Abogacía)

Preparación del examen

Sobre qué hay que hacer para presentarse al examen y cómo preparárselo, Isabel Fernández recuerda que es necesario hacer el Máster de Acceso a la Abogacía, que se puede hacer en cualquier universidad y en colegios de abogados. Según Fernández, este máster “ayuda a cerrar lo que uno aprende en la carrera”. “Toda la práctica que no se hace durante la carrera se hace en el máster”, señala.

Sobre la preparación, María Burgos desvela que está estudiando de manera diferente a como lo hacía en la carrera. “Antes era memorizar temarios muy extensos, no tener a veces ni idea de cómo iba a ser el examen y ahora estoy intentando ser práctica. Sé que es un examen tipo test y me tengo que fijar en datos muy específicos. En lugar de estudiarme páginas y páginas de teoría mis apuntes están formulados como preguntas tipo test”. De este modo, explica que cuando llega al examen ha memorizado más datos concretos y he ahorrado tiempo”.

Por su parte, Andrea Mendiola explica que cuando preparó el examen utilizó un método parecido al de María. “Yo me leí la teoría una sola vez y a partir de ahí comencé a hacer las preguntas tipo test porque esto es como un examen de conducir. Es verdad que tienes que saber una parte de teoría, pero hay muchas pregustas que, según la formulación, son preguntas-trampa. “Al final fui haciendo los test de otros años y me iba examinando”, recuerda. De cara a la preparación, desvela que hay una aplicación de móvil de una de sus exalumnas, Amanda Gutiérrez, que incluyó en la misma las preguntas de otros exámenes para practicar. “Incluso las puedes ir haciendo en el metro o en el tren, que es lo que yo hacía”, afirma Mendiola.

Dentro de la preparación de este tipo de exámenes tan trascendentales, siempre surge la duda sobre si es necesario acudir a una academia o a una persona que prepare a los aspirantes. Mendiola afirma que se preparó el examen sin este tipo de ayuda.

Andrea Mendiola. (Foto: Mutualidad de la Abogacía)

Sin embargo, destaca que “en estos últimos años de la abogacía ha hecho un salto y ha cambiado el concepto de competitividad a cooperación. Por eso creo que estudiarlo entre compañeros acaba siendo lo más fructuoso del mundo”. Teniendo esto en cuenta, anima a quienes se vayan a presentar a que “hagan un grupo de WhatsApp, ya; hagan quedadas, ya y que estudie con otros compañeros”. “Los compañeros y compañeras de promoción nos ayudamos muchos y gracias a ellos aprobé”, recuerda.

Mendiola afirma que pasó muchos nervios en el examen, sin embargo, le quita hierro a la prueba. Considera que “la experiencia fue más agradable de lo que parece”. Además, asegura que “el tiempo es más que suficiente para responder y repasar”.

Por su parte, Burgos recomienda a los licenciados en Derecho que hagan el examen, aunque en un principio no tengan pensado ejercer la abogacía porque “nunca viene mal haber pasado por esto”. Matiza que “si tienes muy claro que te vas a dedicar a otra salida, como opositar, igual no es necesario”, si bien ella misma comenzó a estudiar una oposición y ahora lo ha dejado y se prepara para hacer el examen.

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