Crecen las sanciones sin privación de libertad en Europa
Crecen las sanciones sin privación de libertad en Europa
El Consejo de Europa ha ofrecido los resultados de la encuesta SPACE II, que indica que los países europeos optan cada vez más por sanciones y medidas alternativas que mantienen a los delincuentes en la comunidad, sin la necesidad de acudir a la opción de la privación de libertad.
Según la citada encuesta, el 31 de enero de 2019 había en Europa alrededor de 2 millones de personas sometidas a estas alternativas al encarcelamiento, tales como la vigilancia electrónica, el servicio comunitario, el arresto domiciliario, los tratamientos, la semi-libertad o la libertad condicional. Según los datos, de 2018 a 2019, la población en libertad condicional creció un 7,9 %, (de 1.547.572 a 1.699.676 personas) según los 28 organismos de libertad vigilada que proporcionaron la información requerida para ambos años.
La encuesta SPACE II se ha publicado junto con un informe especial de SPACE I sobre Presos en Europa en Tiempos de Pandemia. Así, este informe incluye una evaluación del impacto a corto plazo de la pandemia en las poblaciones penitenciarias europeas hasta el 15 de abril de 2002, periodo que coincide aproximadamente con el primer mes de confinamiento.
Como consecuencia de tal crisis sanitaria, y con el objetivo de evitar la propagación del COVID-19 entre los propios presos y funcionarios de prisiones, veinte de las cuarenta y tres administraciones penitenciarias, informaron haber liberado a presos (un 5% de su población, es decir, más de 118.000 reclusos), aplicando diversas medidas alternativas como amnistías y liberaciones tempranas y provisionales.
Asimismo, si excluimos los países de menos de medio millón de habitantes, los que liberaron las mayores proporciones de prisiones fueron: Turquía (35%; 102.944 reclusos), Chipre (16%; 121), Eslovenia (16%; 230), Portugal (15%; 1.874), Noruega (13%; 401), Irlanda (12%; 476), Italia (9,4%; 5.739) y España (7,4%; 4.356). Por su parte, Francia liberó al 14% de su población carcelaria, algo más de 10.000 reclusos, pero este se debe a que están incluidos en tales datos todas las liberaciones, por ejemplo, los presos que llegan al final de su condena en prisión, y no solo las relacionadas con medidas alternativas para prevenir la propagación del COVID-19. A pesar de ello, si incluimos a todas estas personas, serían más de 128.000 presos liberados en Europa desde el comienzo de la pandemia.
Mayor libertad condicional que las tasas de encarcelamiento
Según los datos aportados por la encuesta SPACE II, a inicios de 2019 el promedio de personas en libertad condicional en Europa por cada 100.000 habitantes era de 155 personas, en comparación con 105 reclusos en las cárceles por cada 100.000 habitantes. Esta tasa general de libertad condicional en Europa evidencia que las medidas y sanciones comunitarias se utilizan cada vez más a menudo en todo el continente: Polonia (646 personas por cada 100,000 habitantes), Turquía (591), Georgia (541) y Lituania (523) informaron las tasas de población en libertad condicional más altas. En cambio, solo unas pocas administraciones, Serbia, Azerbaiyán, Suiza, Bulgaria, Noruega, Rusia y la Administración Estatal de España, tuvieron tasas de población en libertad condicional más bajas que las tasas de población en prisión.
El Consejo de Europa ha reiterado en distintas ocasiones a sus Estados miembros que utilicen el encarcelamiento como última herramienta, estimulando con ello, la aplicación de alternativas a la privación de libertad con la mayor frecuencia posible. El objetivo es favorecer la integración de los delincuentes en la sociedad y así reducir la reincidencia, prevenir el hacinamiento, mejorar el funcionamiento de las cárceles y promover un trato humano y eficiente de los presos. Sin embargo, parece existir el riesgo de que su uso prolongado y desmesurado pueda provocar un “hacinamiento de la libertad condicional” en un futuro.
Según los datos ofrecidos, en 2019, los extranjeros representaban el 8% de las personas en libertad condicional, una proporción menor que la de la población carcelaria (14%). Por su parte, el 10% de las personas en libertad condicional eran mujeres, en comparación con el 6% de la población carcelaria. Esto último dato, es decir, que la proporción de mujeres sea mayor en la libertad condicional que en prisión, se debe probablemente, a que éstas en raras ocasiones se ven involucradas en delitos violentos, y por tanto, la aplicación de esta medida alternativa sea más conveniente para tales delitos de menor gravedad.
Por último, de un modo global, la encuesta SPACE II, realizada para el Consejo de Europa por la Universidad de Lausana, exhibe que “los países con las tasas de población correccional más altas, por encima de la mediana europea de 267 reclusos y en período de prueba por cada 100.000 habitantes, fueron Turquía (920), Polonia (836), Lituania (755) y Rusia (737)”. En cambio, “los países con las tasas más bajas fueron Finlandia (103), Noruega (106), Islandia (113) y Suiza (131)”.
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