Decálogo del traje perfecto para un abogado
Decálogo del traje perfecto para un abogado
El traje es el atuendo por excelencia en el ámbito de la abogacía y debe transmitir que su portador es competente en su disciplina profesional. En caso opuesto, colegas y clientes pueden sacar conclusiones negativas de una corbata mal escogida, deduciendo que, quien no es capaz de elegir la corbata adecuada, quizás tampoco sea competente en su trabajo. Una imagen bien cuidada y atractiva determinará la percepción y predisposición hacia nosotros de las personas con las que interactuamos a lo largo del día.
Teniendo en cuenta lo anterior, describo a continuación los diez aspectos que en mi opinión deben definir el traje perfecto para un abogado, en cuanto a la hechura y aspecto general:
Imagen 1. Medidas del traje.
Como vemos, la tela empleada en el traje ha de ser la necesaria. No es oportuno que el traje tenga más tejido del necesario con vistas a una supuesta mayor comodidad. Lo más agradable es lo que nos ajusta perfectamente a nuestro cuerpo. El exceso de tela denota cierta despreocupación y desidia por nuestra imagen profesional.
Imagen 2. Ancho del torso de la chaqueta.
La chaqueta ha de sentar a su portador como se muestra en la imagen. Es cierto que es importante que la chaqueta estilice la zona del cuerpo que cubre, pero también es importante que no se ciña al torso en exceso, ya que esto provocará que la chaqueta “tire”. Esto último crea un efecto visual inestético, además de ser incómodo.
Imagen 3. Hombros de la chaqueta.
Los hombros, desde una perspectiva frontal, no deben conformar arrugas por exceso de tela. Esta zona debe ser limpia desde el cuello hasta el punto en el que se encaja con las mangas.
Imagen 4. Mangas de la chaqueta (1).
Igualmente, las mangas de la chaqueta, vistas desde frente, deben caer limpias desde su parte superior. Bien es cierto que aquí influye el tipo de tela con la que esté realizada la chaqueta. No tendrá la misma caída una pesada franela que el lino.
Imagen 5. Mangas de la chaqueta (2).
En una posición natural, en la que dejamos caer nuestros brazos sin hacer fuerza, dicha extremidad tendrá su propia posición, más hacia delante o atrás. Según esto último, el montaje de manga se adaptará para no crear las arrugas que se perciben en la imagen.
Imagen 6. Largo de la chaqueta.
La longitud total de la chaqueta estará determinada por el largo del torso de la persona. La chaqueta demasiado larga es propia de décadas pasadas y habría que evitarlo. Por otro lado, podemos prolongar o acortar la longitud de esta prenda con el fin de conseguir una percepción de mayor o menor altura del portador.
Imagen 7. Ancho del cuello de la chaqueta.
En esta zona del cuerpo puede aparecer la denominada “arruga madre”. Precisamente con una hechura realizada por nuestro equipo de sastres, especialmente la conocida como bespoke (a mano), conseguimos que no aparezca y que la espalda quede totalmente limpia.
Imagen 8. Tipos de bolsillos.
Los bolsillos de tapeta horizontales y los de vivo son clásicos y los aconsejo cuando la chaqueta es cruzada. También los sugiero para hombres de torso largo, ya que la horizontalidad de este tipo de bolsillos acorta dicha característica. Los de tapeta inclinados estilizan, por lo que son oportunos para hombres de torso corto. Los bolsillos de plastón, con o sin tapeta, son informales, por ello deben elegirse cuando se vista traje combinado (traje en que el color de la tela de chaqueta y pantalón no es la misma, pero ambas combinan en color).
Imagen 9. Largo del pantalón.
Al margen de tendencias, que en estos últimos tiempos se declinan por los camales cortos y estrechos, la longitud que muestra la imagen es la correcta según las normas de estilo y buen vestir. Aconsejo que los camales tengan caída, esto es, que la parte posterior sea un centímetro más larga que la delantera. Con esto evitamos el inestético pliegue en la parte delantera y también que la parte posterior no sea demasiado corta.
Imagen 10. Ajuste del pantalón.
En este punto es importante aludir de nuevo a la cantidad de tela empleada, con vistas a que el pantalón ni “tire”, por el inoportuno efecto estético y la incomodidad, ni haga “bolsas” por el exceso de tela. Bien es cierto que si la tela escogida es algodón o tiene elastano en su composición, siempre tendrá más holgura que otro tipo de telas.
La ropa hecha a la medida y la de negocios suele ir de la mano. La mayoría de los hombres que nos encargan trajes y camisas a la medida lo hacen, especialmente, para la oficina. Y esta es una buena idea, ya que, si la ropa no puede sustituir la competencia personal, sí que puede subrayarla. Quien sepa mucho de un negocio, pero nada de imagen profesional dará una impresión en general menos competente que el maestro de su negocio que sepa vestirse.
DESTACADO:
- Una imagen bien cuidada y atractiva determinará la percepción y predisposición hacia nosotros