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Denuncia 4 años después sufrir una violación pese a no haber conocido a su agresor

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Denuncia 4 años después sufrir una violación pese a no haber conocido a su agresor

  • La Audiencia Provincial de Madrid reconoce la inocencia de un acusado de agresión sexual, que fue denunciado cuatro años después de los supuestos hechos tras ser identificado en un programa de televisión.
  • La sección 6 de la Audiencia Provincial de Madrid desestima un recurso de apelación contra un auto de archivo libre en un procedimiento contra la libertad sexual, en el que se refleja la inverosimilitud de la propia denuncia, pudiendo iniciarse ahora un proceso por denuncia falsa.

El recuerdo de la agresión



Todo empezó, según la denunciante, en verano del 2015, cuando llegaba a Madrid a vivir con unas amigas, quienes la invitaron a tomar una copa de bienvenida en un bar del centro de la ciudad. Allí conoció a su supuesto agresor, quien era un amigo de sus compañeras de piso.

Según refiere en su denuncia, ambos se llevaron muy bien, tanto que lo invitó a tomar unas copas en su casa esa misma noche, iniciando una supuesta amistad, la cual se prolongaría hasta mediados de 2016. Durante todo este tiempo algo muy extraño le sucedía cuando quedaba con él, ya que nunca podía recordar al día siguiente qué había pasado la noche anterior y se despertaba con dolores musculares. En 2016 regresó a su lugar de residencia y según la denunciante perdió el contacto de su amigo. Sin embargo, en 2019, estando en su casa, sintonizó un famoso programa de televisión y vio en la pantalla a quien había sido su antiguo amigo y en ese momento recordó todo; decidió denunciarle.



Las consecuencias legales de la denuncia por agresión sexual

El delito denunciado es muy grave, con hasta 15 años de prisión, y al interponer una denuncia de estas características se activa todo un protocolo.



Una vez se interpuso la denuncia, los agentes de la Jefatura Provincial de Policía de Madrid especializados en delitos contra la libertad sexual, contactaron con el supuesto agresor y le indicaron que acudiera a la jefatura al día siguiente con su abogado.

El denunciado, acudió a la comisaría con su abogado, el penalista Juan Gonzalo Ospina, del despacho Ospina Abogados. Su letrado le aconsejó mostrar absoluta colaboración con los agentes de policía, tal y como hizo el denunciado. Éste, contestó a las preguntas de los agentes y negó en redondo los hechos, negando, incluso, conocer a la denunciante. Relató que en las fechas en las que se habían producido los supuestos abusos, él ni si quiera estaba en Madrid. En esa época tenía una pareja estable y puso a disposición de los investigadores su terminal telefónico para que comprobaran que jamás había hablado con la denunciante.



Ante la colaboración y verosimilitud de las repuestas, el denunciado quedó en libertad y no fue detenido en la comisaría por la denuncia relacionada con un delito sexual, evitando pasar una noche en dependencias policiales. Sin embargo, los agentes siguieron investigando y citaron a las compañeras de piso de la denunciada, quienes negaron que el supuesto agresor hubiera estado en el piso y, además, corroboraron que el acusado y su amiga no se conocían.

La investigación judicial por el delito sexual

Tras terminar el atestado policial, este fue remitido al juzgado de instrucción número 30 de Madrid. Se incoaron las oportunas diligencias previas y se citó a la denunciante y denunciado. En la fase de investigación la denunciante no pudo aportar ningún elemento objetivo que acreditara indiciariamente de lo ocurrido: no había parte médico ni conversaciones previas de los encuentros, tampoco justificación de por qué no se habían denunciado los hechos antes. Las compañeras de piso fueron las testigos clave, ratificando la información ofrecida a la policía, negando los encuentros e, incluso, dejando ver que se estaba ante una clara denuncia falsa o un posible caso de simulación de delito.

Tras las diligencias practicadas, sus abogados, uno de los actuales despachos penalistas especializados en delitos contra la libertad sexual; decidieron presentar la solicitud del archivo libre de la causa alegando que el testimonio de su defendido era lo suficientemente sólido, concluyente y creíble para preservar su inocencia. En su escrito de archivo, los abogados penalistas insistieron en que el único indicio que soportaba la tesis de la denuncia era la declaración de la supuesta víctima 4 años después, que según la jurisprudencia del Tribunal Supremo podría servir para condenar o ir al juicio oral, pero siempre bajo los parámetros de persistencia, lógica, y falta de motivos espurios que en este caso no se cumplían. De conformidad con lo solicitado por la defensa, a lo que se adhirió el fiscal, el juzgado de Instrucción madrileño dictó el auto de sobreseimiento libre y archivo de las actuaciones.

No conforme con ello, la acusación particular presentó un recurso de Apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid, aunque la viabilidad de su estimación era muy poca, según los indicios de criminalidad que obraban en el expediente, los cuales eran nulos.

El fiscal y la defensa se opusieron al recurso, reforzando la argumentación que habían señalado en la solicitud de archivo. La Audiencia Provincial tuvo que desestimar el recurso y confirmar el auto de archivo destacando que la investigación había sido muy minuciosa y a pesar de ello no se desprendía “el menor indicio de que la denunciante fue víctima de agresión sexual”.

Juan Gonzalo Ospina, principal letrado de la defensa, a consultas de este diario, se mostró satisfecho con el fallo, así como por las diligencias policiales practicadas, y refiere la intención de su cliente de no dejar impune todo el trastorno causado e interpondrá una querella por denuncia falsa y simulación de delito.

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