Día Mundial del Refugiado: España solo aceptó el 5,2% de las solicitudes de asilo resueltas
Día Mundial del Refugiado: España solo aceptó el 5,2% de las solicitudes de asilo resueltas
Hoy 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado, como una expresión de solidaridad, sensibilización y responsabilidad con todas las personas refugiadas. La fecha coincide con la firma de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados del año 1951, que dotaba de protección oficial a tales personas, defendía sus derechos y establecía una serie de obligaciones que los países debían cumplir para su tutela.
Según los datos ofrecidos por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en 2019 había más de 70 millones de personas desplazadas, el número más alto registrado por ACNUR hasta la fecha. De ellas, más de 25 millones son personas refugiadas, y más de la mitad menores de 18 años.
Pueden ser muchas las razones por los que un refugiado puede haberse obligado a abandonar su casa, su barrio, sus costumbres y su país. Quizás, huir de una guerra o de la amenaza de grupos armados; por tener ideas diferentes a aquellos que gobiernan; por creer en una determinada religión; o tal vez, por formar parte de colectivos perseguidos por cualquier motivo. En la actualidad, en todo el mundo, cada dos segundos una persona se ve obligada a huir.
Las personas refugiadas en España y en Europa.
El decimoctavo Informe anual de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), presentado en la jornada de ayer, analiza la situación de las personas refugiadas en el mundo, en la Unión Europea y, principalmente en España durante 2019. Un año en el que nuestro país dobló su registro histórico de solicitantes de protección internacional, al tiempo que se redujo enormemente la tasa de reconocimiento y se produjo la reapertura de la peligrosa ruta hacia Canarias. Una situación agravada en estos momentos por la crisis sanitaria y económica originada por el COVID-19 ante la que CEAR traslada propuestas a las autoridades para que se garanticen los derechos de las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas.
Subraya el Informe que, “la nueva Comisión Europea, presidida por Ursula von der Leyen, se enfrenta al desafío ineludible de desbloquear el proceso de construcción de un sistema de asilo común para toda la UE, cuando el número de personas que buscaron refugio dentro de sus fronteras volvió a crecer y el Mediterráneo fue, de nuevo, la ruta migratoria con más muertes del planeta. El anunciado Pacto Europeo sobre Migración y Asilo debiera ser el primer paso positivo en esa dirección”.
En 2019, “España fue, por primera vez, el tercer país de la Unión Europea que registró un mayor número de solicitantes de asilo”. Asimismo, “la ruta migratoria hacia España pasó a ser la segunda más frecuentada del Mediterráneo”, alcanzándose la llegada por las fronteras marítimas y terrestres (Ceuta y Melilla) de un total de 32.513 personas.
“España siguió poniendo numerosas trabas para que muchas personas puedan solicitar asilo en nuestro país, con la persistencia de las devoluciones en caliente, la exigencia de visado de tránsito a las personas originarias de Siria, Palestina o Yemen, o dificultando los procesos de reagrupación. Además, se siguen produciendo enormes retrasos de formalización y documentación, y continúan los impedimentos para acceder al procedimiento en nuestra frontera sur, debido a la ausencia de vías legales y seguras”, señaló la directora de CEAR, Estrella Galán, en la víspera del Día Mundial del Refugiado.
Llamativamente, de las solicitudes de asilo resueltas en España, “solo el 5,2% fueron favorables, muy lejos del 31% de media europea”. En la misma línea, y a pesar del refuerzo importante de medios y del personal de la Oficina de Asilo y Refugio, a finales de 2019, “más de 133.000 personas estaban a la espera de una resolución de la que depende su futuro, la mitad de ellas de Colombia y Venezuela”, solo superadas en la Unión Europea por Alemania, que detenta más solicitudes en trámite.
Por su parte, los datos referentes a Europa no dejan tampoco mejor perspectiva y optimismo. Según el ya citado Informe anual de CEAR recién publicado, “más de 700.000 personas solicitaron protección internacional en algún país de la UE”. Entre Alemania (165.615), Francia (128.940) y España (118.264) registraron cerca del 60% de solicitantes de asilo.
Una emergencia mundial
La dimensión de este desafío humanitario exige respuestas coordinadas y ambiciosas. Confinamientos, cierre de fronteras generalizado, precarias condiciones higiénicas en los campos de refugiados y los inmediatos problemas económicos que agravan sus condiciones de vida, requieren de nuestra atención y protección.
La pandemia actual ha llegado en un momento especialmente complejo, puesto que la cifra de personas desplazadas forzosamente en el mundo, poco más de 70 millones, es la más elevada desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La emergencia mundial en determinadas poblaciones no viene sino a añadir mayor fragilidad, inseguridad y precariedad a situaciones previamente existentes. Por su parte, organismos y ONGs internacionales están revisando sus planes de actuación para responder a los múltiples efectos globales de la pandemia, y no es seguro que los programas que atienden a personas refugiadas, normalmente siempre cortos de recursos, vayan a salir indemnes de estos cambios.
El COVID-19 ha sido el detonante de muchas precariedades previas. Como así concluye el Anexo al reiterado informe anual de CEAR, la vuelta a la “nueva normalidad” requiere “no olvidar la necesidad de proteger los derechos humanos ante cualquier circunstancia, sin que la pandemia sirva como excusa para articular nuevas políticas de inmigración y asilo que restrinjan o vulneren estos derechos”. Por ello, ante tanto reto y desafío, “la cooperación y colaboración entre Estados, pero también entre actores de la sociedad civil, se configura más que nunca como una necesidad para articular respuestas integrales que garanticen una movilidad segura”.