El presidente del TS y del CGPJ defiende la plena independencia de la actuación judicial en la lucha contra la corrupción
El presidente del TS y del CGPJ defiende la plena independencia de la actuación judicial en la lucha contra la corrupción
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha defendido la plena independencia de la actuación de los jueces en la lucha contra la corrupción y ha asegurado que “las críticas interesadas no van a conseguir debilitarla ni a corroer la confianza de los ciudadanos en las distintas instancias judiciales”.
Durante su intervención en el acto de apertura del Año Judicial, presidido por el Rey en la sede del Tribunal Supremo, Lesmes ha asegurado que el único criterio rector que siguen los jueces españoles es “el que la propia Ley establece” y ha recordado que la independencia judicial “no es un privilegio del juez, sino una garantía para el ciudadano”.
El presidente del Poder Judicial ha dicho también que los jueces están obligados a garantizar que la Ley sea respetada y que esta premisa constituye “una condición existencial de la propia democracia”. “Al margen de la Ley no hay libertad, no hay democracia, solo espejismos y, en definitiva, frustración. Desde esta perspectiva, la ruptura unilateral de unos valores de convivencia, fraguados por todos desde el consenso, supone traspasar los límites de la honestidad democrática, consustancial al Estado de Derecho”, ha señalado Lesmes, que ha añadido que “la idea de que la Ley solo desde la Ley se cambia es un legado de nuestra historia reciente que conviene no olvidar”.
En su discurso, pronunciado en el Salón de Plenos del Supremo, el presidente del alto tribunal ha afirmado asimismo que la defensa de la Ley “exige también respuestas responsables frente al drama de los refugiados y de la inmigración, eficiencia en la lucha contra la violencia de género y en la protección de la infancia y, en general, una extraordinaria firmeza frente a una criminalidad que no conoce fronteras y que trunca la vida y la esperanza de miles de personas”.
Invertir en Justicia es invertir en calidad democrática
Carlos Lesmes ha recordado que, con una media de 185 asuntos por cada mil habitantes, la tasa de litigiosidad en España sigue siendo la más alta de la Unión Europea, y ha añadido que muchos órganos judiciales soportan cargas excesivas de trabajo.
Pese a ello, y a que el número de jueces por habitante sigue estando por debajo de la media europea, los Juzgados y Tribunales españoles resuelven cada año más asuntos de los que ingresan y lo hacen, además, en menos tiempo, motivo por el que el presidente del TS y del CGPJ ha expresado su reconocimiento “a ese formidable capital humano, integrado ya por más mujeres que hombres, que asume con profesionalidad y entusiasmo la alta misión que tiene encomendada”.
Las mejoras experimentadas por la Carrera Judicial en los últimos años, ha dicho Lesmes, demuestran que “comprometer recursos en materia de Justicia no debe contemplarse únicamente en clave de gasto, pues por encima de todo comporta una necesaria inversión en bienestar jurídico y en calidad democrática”.
El Tribunal Supremo del siglo XXI
La parte central del discurso ha estado dedicada a las señas de identidad del Tribunal Supremo del siglo XXI y a enfatizar el cometido de este órgano judicial como máxima garantía de la Ley en su triple dimensión de unificar la interpretación del ordenamiento jurídico, impulsar su evolución y proteger la Constitución.
Lesmes ha dicho que el Supremo debe preservar el prestigio alcanzado a lo largo de los años mediante una jurisprudencia coherente que atienda a los anhelos de los ciudadanos “huyendo de populismos contrarios a nuestra esencia, como aquellos que ponen en solfa los mandatos del legislador o las sentencias de los tribunales, subordinando la obediencia constitucionalmente debida a lo que, en cada coyuntura, se estime como justo o injusto”.
En este sentido, el presidente del TS y del CGPJ ha destacado la importancia que, para alcanzar esa interpretación uniforme del Derecho, cobra el recurso de casación después de las recientes reformas legislativas, especialmente en los órdenes civil, contencioso-administrativo y social. La admisión o no a trámite de un recurso a través de criterios fundamentados en la existencia o ausencia de interés casacional, ha dicho Lesmes, “reforzará, sin duda, esa labor vital para el cumplimiento de la misión de unificación del ordenamiento jurídicos que corresponde al Supremo sin merma del derecho de acceso a los recursos”.
Por último, el presidente del Poder Judicial ha abogado por “cultivar la confianza del ciudadano” mediante la transparencia y el rigor en la difusión de información, de modo que la sociedad comprenda “por qué han prosperado unos argumentos frente a otros, por qué tras litigar durante años ese ciudadano se encuentra con dificultades para ejecutar una sentencia que le resulta favorable o, en fin, por qué, pese a todas sus dudas y suspicacias legítimas, debe seguir confiando en los tribunales”.