Elzaburu potencia su área de patentes de ‘software’ y tecnología ante la eclosión de la IA y otros desarrollos
Juan de Justo Comesaña acaba de incorporarse a este área como refuerzo en la parte de la patente tecnológica
Elzaburu creó hace años un chatbot sobre IA; ahora impulsa las patentes en desarrollos tecnológicos. (Imagen: Elzaburu)
Elzaburu potencia su área de patentes de ‘software’ y tecnología ante la eclosión de la IA y otros desarrollos
Juan de Justo Comesaña acaba de incorporarse a este área como refuerzo en la parte de la patente tecnológica
Elzaburu creó hace años un chatbot sobre IA; ahora impulsa las patentes en desarrollos tecnológicos. (Imagen: Elzaburu)
El registro de patentes y marcas fue el primer negocio que un despacho como Elzaburu, con 159 años de vida a sus espaldas, puso en marcha en sus orígenes. “Las patentes evolucionan con el devenir de la innovación y de la sociedad”, explica a Economist & Jurist, Ruth Sánchez directora de esta área de patentes, socia de la firma y vinculada a esta entidad desde hace doce años.
El despacho ha hecho una apuesta notable por la tecnología en los últimos años, lo que ha mejorado la eficiencia de la firma. Es fundamental contar con estas herramientas tecnológicas que ayudan en el trabajo diario y ofrecen a los clientes alternativas en algunas de sus necesidades. “Por nuestras particularidades a caballo entre el despacho y la agencia de patentes, seleccionamos bien la tecnología que empleamos”, indica Mabel Klimt, socia directora de la firma.
“Es evidente que en los últimos veinte años se ha producido un cambio en materia de patentes. Cada vez hay más demanda de este tipo de invenciones para que sean patentables. Eso pasa en lo que es la innovación, donde la creación de patentes de corte tecnológico es cada vez más demandada”, comenta Ruth Sánchez cuando hace balance de la evolución de las patentes.
Entre sus clientes se encuentran algunas de las más importantes compañías españolas en los sectores de biotecnología; química; farmacología; TIC; inteligencia artificial; ingeniería; aeroespacial; construcción e infraestructuras; defensa; automoción; energía; medioambiente; etc.
Esta ingeniera cuenta desde hace algo más de un año como apoyo a dos directores adjuntos, Francisco Javier Sáez y Pedro Saturio. Los tres son agentes europeos de patentes y representantes autorizados ante el Tribunal Unificado de Patentes en un área, dividida en subáreas, donde existe un equipo multidisciplinar de 42 personas formado por ingenieros, químicos, biotecnólogos y biólogos con experiencia y conocimientos en todos los campos de la actividad empresarial”.
En la última década el sector del software ha crecido el doble que todas las demás industrias: mientras la economía mundial se contrajo un 3,3% por motivo de la pandemia, la industria del software creció un 2,7% en ese año dado que se generó una mayor demanda de soluciones digitales que permitieran la colaboración en línea.
La ingeniera aclara que, gran parte de este crecimiento es gracias a los desarrollos en IA Generativa (GenAI), que son un subgrupo del software. Según el último informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), más del 25% de todas las patentes de GenAI existentes fueron presentadas en 2023, con un aumento de 800% en las solicitudes desde 2017.
Es evidente que la Inteligencia Artificial Generativa representa una revolución comparable, o incluso superior, a la de Internet y los teléfonos móviles inteligentes. A medida que esta tecnología avanza, los desafíos también aumentan, y la Propiedad Industrial e Intelectual se convierte en un pilar esencial para proteger los intereses de creadores y empresas.
“Cada vez hay más interés en aplicar soluciones tecnológicas de este tipo a negocios tradicionales. De esa forma se rompe la idea generalizada de que el software no es patentable. Con la explosión de la IA la industria del software está experimentando un gran crecimiento; especialmente las soluciones tecnológicas más tangibles: las que sirven para controlar máquinas, las que toman parámetros, que comprimen algoritmos de conversión de audio”, comenta Ruth Sánchez.
La directora del área de patentes de software y tecnología tiene una trayectoria consolidada desde en el año 2005 en el mundo de la propiedad industrial: “No todo es patentable. Las líneas de código no son protegibles mediante patente. Lo fundamental es que en cuestiones de software debe tener una solución técnica a un problema técnico, sino no se considera una invención y hay que recurrir a otras ramas que te permiten una protección diferente a la patente. Ahora muchas de estas innovaciones tienen software o invenciones implementadas por ordenador”.
Refuerzo necesario
Ante este auge de la demanda sobre el desarrollo del software y las invenciones implementadas por ordenador, Elzaburu comenta que ha decidido reforzar su área de patentes con un experto en la protección de este tipo de intangibles, como es el caso de Juan de Justo Comesaña,
Este profesional es licenciado en Física Aplicada por la UAM y Agente Europeo de Patentes. Antes de incorporarse a Elzaburu ha desarrollado su experiencia profesional como técnico de patentes en diversas empresas de P.I.; según comentan desde Elzaburu a E&J, no será la última incorporación en esta actividad viendo el desarrollo y crecimiento de actividades patentables de corte tecnológico que llegan a Elzaburu.
Para Ruth Sánchez la apuesta de Elzaburu pasa por proteger las invenciones implementadas por ordenador, las innovaciones e inventos en general cada vez tienen una mayor complejidad al incorporar más componentes electrónicos, hardware, software, e incluso en algunos casos, emplear modelos de IA. Todo ello complica notablemente la protección de estos intangibles, por lo que se recomienda recurrir a un profesional que pueda prestar asesoramiento especializado a lo largo de todo el proceso.
Ante este escenario, la intención que plantea Elzaburu es clara en este mercado cada vez más tecnológico en estos momentos. El objetivo es seguir acompañando a sus clientes en todos los pasos de la protección de sus intangibles y, por ello, y dado que el área tecnológica va a demandar cada vez más un asesoramiento muy especializado, la compañía ha decidido reforzar su departamento de patentes poniendo el foco en la protección de las soluciones tecnológicas.
Desde su punto de vista “este es un momento en el que se interrelacionan unas áreas con las otras, como es el caso de la biología o la mecánica, que aunque pudiera pensarse que están alejadas de la tecnología en la teoría, en la práctica no es así. Al final vemos como hay una aproximación multidisciplinar a alguna de las patentes que hoy nos llegan y tratamos de proteger”.
Solicitudes de patentes tecnológicas
Según explica desde el despacho a Economist & Jurist, Elzaburu presta un servicio integral en la tramitación de patentes: redacción de solicitudes; tramitación ante la Oficina Europea de Patentes (EPO), la Oficina Española de Patentes (OEPM), la Oficina Internacional (OMPI) y ante muchas otras oficinas de patentes nacionales de todo el mundo; y también presenta oposiciones frente a terceros y defiende las patentes de sus clientes frente a oposiciones de otras empresas.
Igualmente, presta asesoramiento en análisis de patentabilidad, de libertad de operación, de infracción e informes periciales. La firma tiene la experiencia de 2.966 patentes europeas tramitadas y actualmente posee 918 expedientes de patentes en tramitación en el extranjero (EPO, OMPI, oficinas nacionales extranjeras). Asimismo, este despacho centenario es uno de los principales representantes de las empresas chinas que desean registrar sus diseños comunitarios en la Unión Europea.
Cuando se presenta una solicitud de patente relativa a una invención implementada por ordenador (también conocidas como patentes de software), por ejemplo, una invención basada en un software, lo primero que hace la Oficina de Patentes es ver si es patentable o no. “Es importante que se redacte bien la solicitud de patente y dejar claro que ahí hay una componente técnica”, indica la directora de patentes de Elzaburu.
Para superar este primer requisito es indispensable que la invención que se desea proteger tenga al menos un elemento con carácter técnico. Además, es fundamental que el enfoque dado a la solicitud de patente sea el más adecuado y que esté correctamente redactada.
El segundo requisito es que la invención implementada por ordenador sea novedosa; y el tercero, que es el más importante, es el de actividad inventiva o no obviedad.
De hecho, tanto la Oficina Europea de Patentes, como su homóloga española (OEPM), a la hora de evaluar la actividad inventiva de una invención implementada por ordenador, sólo tienen en cuenta aquellas características de la misma que poseen carácter técnico.
Y para superar este último requisito —que suele ser el mayor escollo para que una invención con elementos de software se considere patentable— es recomendable acudir a un experto, en este caso a un agente de patentes que sabrá evaluar si la invención tiene carácter técnico o no y, en su caso, darle la mejor orientación posible a la memoria de patente, para maximizar las posibilidades de que sea concedida.