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Futuro de las finanzas de la UE: el nuevo informe de cohesión alimenta el debate acerca de los fondos de la UE después de 2020

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Futuro de las finanzas de la UE: el nuevo informe de cohesión alimenta el debate acerca de los fondos de la UE después de 2020



La Comisión publica hoy el séptimo informe de cohesión, en el que se toma el pulso a las regiones de la UE, se extraen enseñanzas del gasto de cohesión realizado durante los años de crisis y se sientan las bases de la política de cohesión posterior a 2020.

El informe de cohesión, en el que se analiza la situación actual de la cohesión económica, social y territorial de la UE, hace una radiografía de la Unión: la economía europea se está recuperando, pero sigue habiendo diferencias entre los Estados miembros y dentro de estos.



La inversión pública en la UE aún no ha recuperado los niveles previos a la crisis, pero las regiones y los Estados miembros necesitan aún más ayuda para afrontar los retos señalados en el documento de reflexión sobre el futuro de las finanzas de la UE: la revolución digital, la globalización, el cambio demográfico y la cohesión social, la convergencia económica y el cambio climático.



Corina Crețu, comisaria de Política Regional, ha declarado: «El informe muestra claramente que la Unión necesita más cohesión. Si bien hemos superado la crisis, esta ha dejado cicatrices evidentes en muchas regiones. La política de cohesión deberá responder a los retos de hoy y de mañana».

Marianne Thyssen, comisaria de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral, ha declarado: «El informe de cohesión de 2017 pone de manifiesto la necesidad de hacer inversiones significativas para apuntalar la actual recuperación económica. Esas inversiones son determinantes para nuestras economías, nuestros trabajadores y los ciudadanos europeos».



El informe no anticipa la propuesta definitiva de la Comisión, pero sí alimenta el debate sobre la política de cohesión posterior a 2020. En él se propone una política a escala de la UE articulada en torno a objetivos principales: aprovechar la globalización, no dejar a nadie rezagado y apoyar las reformas estructurales.

Una política a escala de la UE: En las dos últimas décadas, todas las regiones de la UE se han beneficiado de la política de cohesión, que ha sido una importante fuente de inversiones. Esta política permitió la creación directa de 1,2 millones de puestos de trabajo en la UE en los diez últimos años, a pesar del desplome de las inversiones públicas generadoras de crecimiento en muchos Estados miembros.

Las brechas económicas regionales se vuelven a reducir lentamente. El documento de reflexión sobre el futuro de las finanzas de la UE ha abierto el debate: ¿debería centrarse ahora la política de cohesión únicamente en las regiones menos desarrolladas?

Como muestra el informe de cohesión, las regiones se están desarrollando, pero no al mismo ritmo. Muchas regiones cuya riqueza está próxima a la media de la UE parecen estancadas en la «trampa de la renta media».

Algunas han soportado los costes de la globalización, pero aún no han cosechado sus frutos, han sufrido a menudo importantes pérdidas de empleo y no han conseguido llevar a cabo la reconversión industrial. Necesitarán más apoyo financiero para impulsar la creación de empleo y el cambio estructural.

Además, el informe destaca que el actual nivel de inversión es insuficiente para alcanzar los objetivos de 2030 en cuanto a proporción de energías renovables y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, todas las regiones de la UE necesitarán más financiación para lograr la descarbonización.

Aprovechar la globalización: Para mantenerse en una economía globalizada, las regiones tienen que modernizar sus economías y crear valor. Como a día de hoy solo unas pocas regiones de la UE pueden tomar la iniciativa, son necesarias más inversiones en innovación, digitalización y descarbonización. Además de la financiación, deben fomentarse vínculos eficientes entre los centros de investigación, las empresas y los servicios.

No dejar a nadie rezagado: Algunas regiones sufren un éxodo masivo, mientras que muchas ciudades acusan la presión de las personas, por ejemplo los migrantes, que llegan en busca de mejores perspectivas de futuro. Si bien la tasa de empleo de la UE ha alcanzado un nuevo máximo, la tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes, es todavía más alta que antes de la crisis.

Será necesaria más inversión para luchar contra el desempleo, ayudar a las personas a desarrollar sus capacidades y a crear empresas y, paralelamente, combatir la exclusión y la discriminación. De esa inversión dependerá la cohesión social de la Unión en un futuro próximo.

Apoyar las reformas estructurales: La mejora de la administración pública potencia la competitividad y el crecimiento y optimiza el impacto de las inversiones. Al igual que en el documento de reflexión, en el informe de cohesión se reconoce que quizás sea necesario reforzar la relación entre la política de cohesión y la gobernanza económica de la UE para fomentar reformas que generen un entorno favorable al crecimiento.

Próximos pasos:

A principios de 2018 se pondrá en marcha una consulta pública sobre el futuro de la política de cohesión. En mayo de 2018, se presentarán la propuesta de marco financiero plurianual (MFP) de la Comisión y, a continuación, las propuestas de política de cohesión posterior a 2020.

(Fuente: Comisión Europea)

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