Historia del acoso de Vodafone a un ciudadano
La compañía telefónica ha sido condenada a indemnizar a un cliente con 6.000 euros por sus constantes llamadas
Vodafone ha sido condenada por acosar a un ciudadano (Foto: Google)
Historia del acoso de Vodafone a un ciudadano
La compañía telefónica ha sido condenada a indemnizar a un cliente con 6.000 euros por sus constantes llamadas
Vodafone ha sido condenada por acosar a un ciudadano (Foto: Google)
Posiblemente es una experiencia que todos han tenido en algún momento. Están en casa cenando o viendo los informativos a mediodía un sábado y, de repente, una llamada telefónica. Cuando contestan pensando que puede ser algo importante, oyen al otro lado de la línea una voz que les pregunta de qué compañía telefónica o eléctrica son clientes y les ofrecen la oferta de su vida. Estas llamadas, que casi siempre se producen en el peor momento, resultan bastante moletas. Ahora, imaginen que reciben esas llamadas dos, tres o cuatro veces al día durante más de un año.
Eso es lo que le ha pasado a un ciudadano de Zaragoza, Miguel Ángel Varela, cuyo caso ha llegado al extremo de que tuvo que demandar ante los tribunales a la compañía telefónica Vodafone. Finalmente, el Juzgado de Primera Instancia n.º 11 de Zaragoza ha condenado a Vodafone a indemnizarlo con 6.000 euros por el “daño producido a su intimidad, tranquilidad y descanso”.
Según ha relatado Miguel Ángel Varela a varios medios de comunicación, lo que él califica de “acoso” comenzó a finales de 2019 y se mantuvo de manera ininterrumpida durante más de un año. Recibía diariamente hasta tres y cuatro llamadas en las que le ofrecían tarifas supuestamente ventajosas y promociones. El “acoso” se produjo de forma progresiva: “Al principio simplemente llamaban a mi línea personal, al fijo y a otra línea que tengo, luego empezaron a llamar a las 3 de la tarde, a las 9 de la noche y las cinco de la tarde y de forma constante», explica a El Periódico de Aragón.
Sin posibilidad de descansar
La respuesta de Varela era siempre la misma, decía a los operadores que contactaban con él que no le interesaba la oferta, “pero seguían hasta llegar al acoso y a no dejarme descansar«. «Me llegó a llamar hasta Toby, el agente virtual de Vodafone», asegura.
Fue tal la persecución a la que fue sometido que incluso llegó a ceder y en el verano de 2020 contrató una tarifa con la compañía para que le dejaran en paz, pero las llamadas no pararon. «Me fui de vacaciones y seguían llamándome porque había problemas para realizar la portabilidad«, añade Varela.
El siguiente paso fue ponerse en contacto con la empresa para que cesaran las llamadas. Les envió toda la documentación que le solicitaron y durante unos días pudo estar tranquilo, “pero al final todo volvió a ser como antes”. Tras esta gestión fallida se puso en contacto con los servicios de atención al consumidor. Entró en la página de la Agencia Estatal de Protección de Datos y denunció la situación a través de Autocontrol. El efecto fue el mismo: unos días de tranquilidad y vuelta a empezar con las llamadas constantes.
Problemas de salud
Esta situación provocó que Varela terminara teniendo problemas de salud y alteraciones en sus ciclos de descanso. Dado que entra a trabajar a las 6 de la mañana tiene que madrugar mucho, por lo que apenas duerme por la noche, tal como él mismo explica. Esto hace que necesite descansar por las tardes. Las insistentes llamadas le provocaron una falta de sueño que se tradujo en un aumento de las cefaleas que ya tenía y una necesidad de incrementar la medicación.
En diciembre de 2020, un año después de que comenzaran las llamadas de Vodafone, este ciudadano recurrió a los servicios del bufete de abogados Averum, especializado en defensa del Derecho al Honor, Intimidad y Propia Imagen, y el caso tomó entonces un cauce legal. «Presenté las pruebas, las grabaciones, los informes de mi médico que probaban que mi enfermedad se había agravado y que tenía que tomar más medicación», asegura Varela a El Periódico.
Los problemas de salud causados por las llamadas de la compañía telefónica, y en concreto el empeoramiento de las cefaleas crónicas que ya padecía, han sido pruebas fundamentales ante el tribunal, que en su sentencia obligaba a la empresa de telefonía a pagar una multa 6.000 euros por, señala la sentencia, vulnerar su intimidad y su descanso.
Actitud avasalladora de Vodafone
La magistrada que ha resuelto el caso subraya el carácter “desproporcionado” de la relación existente entre el actor y la demandada. Es decir, por un lado, nos encontramos con un sencillo consumidor y, por otro, con “una gran operadora telefónica con una enorme proyección y desarrollo a nivel internacional”.
Además, el reciente fallo destaca que “no debe ser minusvalorada la gran actividad desplegada por el actor, antes de la interposición de la demanda”, adoptando una “actitud claramente activa” y amistosa en la defensa de sus intereses para intentar lograr que cesasen las llamadas.
Por último, en la sentencia se destaca que existen indicios “claros y contundentes” para declarar que la actividad desplegada por Vodafone para conseguir lo que el usuario reclamaba “ha sido más que insuficiente”. De hecho, en palabras de la juzgadora, “lo denunciado desde el primer momento por el actor, procede de una actividad comercial, ciertamente calificable como avasalladora y acosadora, procedente de la parte demandada”.