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La Audiencia de Cáceres condena a cuatro años de prisión a los dos acusados del robo de las botellas de vino de Atrio

La Sala fija en 753.000 euros la indemnización conjunta que tendrán que pagar los condenados

Audiencia Provincial de Cáceres (Foto: Hoy)

Tiempo de lectura: 3 min

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La Audiencia de Cáceres condena a cuatro años de prisión a los dos acusados del robo de las botellas de vino de Atrio

La Sala fija en 753.000 euros la indemnización conjunta que tendrán que pagar los condenados

Audiencia Provincial de Cáceres (Foto: Hoy)



La Audiencia Provincial de Cáceres ha condenado a cuatro años y seis meses de prisión al hombre y a cuatro años a la mujer acusados de robar 45 botellas de vino del restaurante Atrio de la capital cacereña en la madrugada del 27 de octubre de 2021.

Los condenados como autores responsables de un delito de robo con fuerza en establecimiento abierto al público de especial gravedad deberán además indemnizar conjunta y solidariamente con 753.454 euros.



Los magistrados han destacado en la sentencia que los dos condenados, el ciudadano rumano-holandés Constantín Dumitru, de 49 años, y su pareja, la exmiss mexicana Priscila Guevara, de 28, llevaron a cabo el robo después de haberlo planificado cuidadosamente. De hecho, llegaron a realizar hasta tres visitas previas al restaurante antes de dar el golpe.

El tribunal considera probado que, mientras la mujer distraía al empleado de recepción con demandas insistentes de servicio de habitaciones, el otro acusado robó la llave maestra que abría la bodega y “se apoderó de 45 botellas de vino que guardó en una mochila y dos bolsos de gran tamaño”.



Golpe planificado

Según el relato de los hechos desarrollado en la sentencia, los dos acusados se pusieron de acuerdo y con la finalidad de obtener un beneficio ilícito, decidieron que se alojara la mujer en el hotel Atrio de Cáceres el día 26 de octubre de 2021. La reserva fue realizada únicamente por la mujer utilizando un pasaporte falso portando únicamente una mochila que al ser cogida en un descuido de Priscila por un empleado observó que no tenía peso alguno.



Bodega del hotel restaurante Atrio. (Foto: Guía Michelín)

La sentencia indica que, posteriormente, se presentó el varón para cenar y alojarse, sin registrarse, en el hotel. Tras cenar en el restaurante sito en el mismo, realizaron una visita guiada a la bodega y luego subieron a la habitación.

Sobre las 2:10 de la madrugada la acusada llamó a recepción, pidiendo una ensalada e interesándose repetidamente por el tiempo que tardaría en ser servida al único empleado que se encontraba en ese momento en el hotel-restaurante.

El empleado de recepción se negaba en un principio a realizar la comanda, ya que se encontraba solo y la cocina cerrada. Además, se mostró extrañado por la solicitud, dado que habían cenado un menú degustación de 14 platos. Sin embargo, ante la insistencia de la acusada accedió a la petición, indicando que tardaría por lo menos unos 20 minutos en servir lo solicitado.

El empleado se dirigió a la cocina, momento aprovechado por el acusado, quien cogió de la recepción una llave electrónica con la que acudió a la bodega. La llave sustraída no era la que abría la bodega, por lo que desde la puerta de la bodega hizo una llamada a la mujer para que volviera a entretener al recepcionista.

De esta forma, momentos después, la acusada reiteró la llamada a recepción, en esta ocasión, para solicitar un postre, a lo que nuevamente el empleado puso reparos, si bien finalmente accedió a llevarle algo de fruta.

El acusado volvió a la recepción y de una caja cogió la llave maestra número 27, y abrió con ella la bodega y accedió a la sala de catas donde se apoderó de 45 botellas de vino que guardó en una mochila y dos bolsos de gran tamaño subiendo inmediatamente a la habitación antes del regreso del empleado a la recepción.

Los acusados abandonaron precipitadamente el hotel sobre las 5:00 horas cargando el varón la mochila a la espalda y los dos bolsos con las botellas, en las que había introducido cuatro toallas del baño de la habitación del hotel para evitar que tintinearan entre ellas, subiéndose a un vehículo, concluyen los hechos probados de la sentencia.

Entre las botellas robadas hay una que es única, un Chateau d’Yquem de 1806 que en la carta tenía un precio de 150.000 euros. Esta botella, la igual que el resto de los vinos sustraídos, no ha sido recuperada.

La sentencia no es firme y contra ella cabe interponer recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

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