El informe señala que los operadores de telecomunicaciones se preparan para un cambio tan significativo como es la implantación de las infraestructuras Gigabit, que les permitirá ofrecer nuevas funcionalidades a sus clientes al tiempo que consolidarse como proveedores de servicios de conectividad inteligente. Sin embargo, esta transformación presenta una serie de desafíos que van, desde el aumento de las inversiones y las barreras que genera el cumplimiento normativo, hasta los cambios en las expectativas de los clientes y los stakeholders. En el informe se identifican los diez principales retos a los que se enfrenta el sector de las telecomunicaciones, que han sido clasificados en torno a cuatro ámbitos: riesgos de cumplimiento, que son generados por la política, la regulación y el gobierno corporativo; riesgos operacionales que impactan en los procesos, en los sistemas y, en términos generales, en la cadena de valor de las compañías; riesgos estratégicos, que están relacionados con los clientes, los competidores y los inversores; y riesgos financieros, que están provocados por la volatilidad de los mercados y las inversiones de las empresas. Los diez retos son: crecimiento digital y estrategia de diversificación; exigencias sobre privacidad y seguridad; implantación de iniciativas internas de digitalización; planificación y diseño de la fuerza laboral; superación de las barreras sobre la inversión; navegación entre escenarios disruptivos; gestión de las carteras de inversión; adaptación a la regulación; implicación del sector público y del resto de sectores económicos; e integración de múltiples opciones de innovación.
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