Rosa Vidal (Broseta): «Nunca he encontrado un impedimento especial por mi condición de ser mujer»
Rosa Vidal (Broseta): «Nunca he encontrado un impedimento especial por mi condición de ser mujer»
La abogacía no es ajena a las dinámicas sociales. Por ello, y ahora más que nunca, nosotros los letrados y el resto de la sociedad estamos interesados en conocer cuál es la situación actual de la mujer dentro de la abogacía.
Preguntamos a Rosa Vidal, actual socia directora de Broseta. Abogado del Estado en activo desde el año 1997. Ha sido Secretaria del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Castellón y Secretaria sustituta del Tribunal Económico Administrativo Regional de Valencia, vocal del Jurado Provincial de Expropiación Forzosa de Soria y Castellón.
P.- ¿Cómo has visto la evolución de la mujer abogada en el sector legal desde que comenzaste tu carrera profesional?
R.- De forma general, en mi carrera profesional nunca he encontrado un impedimento especial por mi condición de ser mujer a la hora de acceder a determinadas posiciones o llevar a cabo ciertas responsabilidades. Como Abogada del Estado, y de forma posterior en el ámbito de la abogacía de negocios, siempre he estado vinculada a procesos profesionales competitivos en los que lo determinante no ha sido la condición de género, sino las competencias y cualidades profesionales de cada individuo.
Sin embargo, es cierto que existe la idea generalizada de que esta es una profesión en la que la mujer aún no cuenta con un papel destacado, en base a la escasa presencia que aún tenemos en puestos de dirección o sociatura. Esta es una realidad constatable, si bien es cierto que de forma general la profesión cuenta ya con una presencia pareja de hombres y mujeres, por lo que la inercia natural es que con cada vez mayor frecuencia veamos cómo la situación se va equilibrando y encontremos más mujeres en posiciones directivas. El objetivo también es, en la medida de lo posible y siempre en base a criterios de excelencia, trabajar para que este proceso sea llevado a cabo con cierta agilidad.
«De forma general la profesión cuenta ya con una presencia pareja de hombres y mujeres»
P.- ¿Qué factores crees que han hecho que mejore el papel de la mujer en el sector legal?
R.- En primer lugar el entorno formativo, desde los colegios hasta las universidades y centros de posgrado, donde la presencia y el papel destacado de la mujer es algo absolutamente normalizado desde hace muchos años, y esto ha hecho posible, de forma general en todos las disciplinas académicas, que la posición de la mujer en el ámbito profesional haya crecido de manera considerable tanto en la propia penetración en las plantillas de las empresas como en la responsabilidad de las funciones asumidas.
Junto a esto, las firmas de servicios jurídicos, por ser el caso que me ocupa, hemos hecho un trabajo muy intenso para agilizar este proceso de cambio, dotando a nuestros profesionales con planes de carrera y de conciliación pensados para que ninguna persona tenga que renunciar a una trayectoria brillante por no encontrar un equilibrio con sus obligaciones personales o familiares; firmando acuerdos de manera continuada con altas instituciones de la Administración para el impulso de la igualdad en las organizaciones, etc.
«La presencia y el papel destacado de la mujer es algo absolutamente normalizado»
P.- ¿Cómo ves a la nueva generación de mujeres abogadas?
R.- De manera general, tanto si hablamos de mujeres abogadas como si lo hacemos de hombres abogados, estamos observando una generación profesional que cuenta con una excelente calidad en materia de conocimiento y unas altas dosis de rigor técnico en su desempeño. Nuestra responsabilidad es ayudarles a convertir esos valores en una excelencia profesional plena, que considere cuestiones como las dotes comerciales, el pensamiento estratégico, la capacidad para discernir y poner el foco en lo importante, etc.
En el caso de las mujeres en particular, sí creo que tenemos ciertos valores a impulsar como una capacidad empática mayor, algo esencial para lograr compromisos y alcanzar objetivos; fomentamos el trabajo en equipo, la participación, el compartir información; actuamos y pensamos en muchas direcciones, también fundamental a la hora de tomar decisiones y enfrentar crisis, y tenemos un estilo más innovador, más propenso también al cambio.