Abogacía de oficio: vivir sin miedo
"Nos toca seguir peleando sin descanso"
Protesta por la dignificación del Turno de Oficio (Foto: Asociación Libre de Abogados)
Abogacía de oficio: vivir sin miedo
"Nos toca seguir peleando sin descanso"
Protesta por la dignificación del Turno de Oficio (Foto: Asociación Libre de Abogados)
Hoy es 12 de Julio, Día de la Justicia Gratuita. Y por Cartagena, en nuestro Colegio de Abogados, hemos de celebrarlo. Y eso pese a que andamos ya bastante cansados. La nuestra es una tierra de mar, de esfuerzo, una tierra en la que tradicionalmente nos cuesta conseguir cualquier cosa, por pequeña que sea, dos o tres veces más que en otros lugares, digamos, más adaptados a que todo “fluya” por sí solo.
Pues como en mi tierra, los abogados del denominado territorio común estamos acostumbrados a pelear por cosas que podrían sorprender a cualquiera. Como decía el replicante en la maravillosa escena final de Blade Runner: “Yo, he visto cosas que vosotros no creeríais”, y aunque todavía he de reconocer no he visto “atacar naves en llamas más allá de Orión”, sí que puedo asegurar que, en los últimos tiempos, ya casi nada me sorprende respecto a la posición del Ministerio de Justicia con la Justicia Gratuita y el Turno de Oficio.
¿Qué significa el Turno de Oficio para nuestros gobernantes? Parece que algo muy incómodo e imposible de gestionar adecuadamente. A las pruebas me remito. Permítanme que les comente.
La Justicia Gratuita es un servicio público esencial para el mantenimiento del propio Estado de derecho. Sin abogacía del Turno de Oficio no existiría. Ni más ni menos. Y es que gracias a la abogacía de oficio cualquier persona, independientemente de sus medios materiales va a poder defender y exigir sus derechos frente a quien sea, y en igualdad de condiciones, por mucho poder o dinero que tenga esa otra parte. Que se lo digan a las entidades bancarias y a las numerosas sentencias favorables en asuntos hipotecarios interpuestos o defendidos por abogados de oficio.
Por tanto, si se quiere mantener vigente nuestra Constitución Española en artículos tan trascendentes como el que asegura que “todos los españoles somos iguales ante la Ley (artículo 14 CE) y ese otro que afirma que la justicia será gratuita cuando así lo disponga la ley y, en todo caso, respecto de quienes acrediten insuficiencia de recursos para litigar” (artículo 119 CE), parece lógico pensar que el Ministerio de Justicia tenga como prioridad fundamental, mantener este servicio público esencial para los ciudadanos. Pero nada más lejos de la realidad. Le da absolutamente igual. Se lo voy a demostrar.
La Ley de Justicia Gratuita es del año 1996. Están leyendo bien. “Solo” cuenta con 28 años de edad. En esta Ley se regula el servicio de asistencia jurídica gratuita como obligatorio, aunque al otorgar la organización del mismo a los Colegios se permite la dispensa cuando existan razones justificadas para ello.
Por causa de esta Ley, por haber quedado anacrónica, muchísimas actuaciones de los profesionales de la abogacía de oficio no se abonan. El Consejo General de la Abogacía Española, así como los Colegios de Abogados, llevan muchos años exigiendo una nueva Ley de Justicia Gratuita que cambie radicalmente toda esta situación. Parece que finalmente se va a conseguir. Y un nuevo baremo, claro.
Y un Reglamento de la Ley que se cumpla. Y quiero referirme en este sentido al logro que significó, tras muchos años de trabajo, la obligación de abono mensual de los importes a pagar a la abogacía del Turno de Oficio. Esa sería la norma general, pero según afirma ese mismo Reglamento “por las circunstancias que, en su caso, puedan concurrir en el calendario de cierre presupuestario de cada ejercicio, los libramientos correspondientes a los tres últimos meses del año podrán ser objeto de pago en el ejercicio inmediatamente siguiente”. En resumidas cuentas, y como siempre hay circunstancias presupuestarias que “extrañamente” concurren año tras año, los últimos meses de cada anualidad se pagaban a finales del primer trimestre del siguiente año.
Hasta este año, que ha sido incluso peor. Todos los ministros de Justicia tienen la mala costumbre de hacer bueno al que ha salido. Será una tradición. Y nuestro nuevo ministro de Justicia, tristemente, parece que no quiere ser menos. Veremos.
A la abogacía de oficio, a los abogados y abogadas de oficio, desde el Consejo y los Colegios, nos toca seguir peleando sin descanso por conseguir unas condiciones justas; conseguir por fin la consideración debida a un servicio público esencial. Mientras vemos, entre abrumados y sorprendidos, un auténtico derroche de leyes de eficiencia del servicio público de Justicia, de despliegue de medios sobre el papel, que todo lo aguanta, para generalizar actos procesales por vía telemática, o ese anuncio de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal para modificar la instrucción de las causas que correrán a cargo de la Fiscalía. Anuncios de cambios y más cambios absolutamente radicales, mientras nosotros “sólo” estamos exigiendo una nueva Ley de Justicia Gratuita, un nuevo Baremo que actualice los importes, y que recoja de un vez el abono de todas las actuaciones que realiza la abogacía de oficio. ¿Es mucho pedir? ¿Es mucho pedir que si alguien realiza un trabajo se abone el mismo? Realmente, no lo es.
La Justicia Gratuita, y por tanto los profesionales del Turno de Oficio, forman parte de un servicio público altamente valorado entre los usuarios. Me atrevo a decir que el mejor valorado. Pregunten nuestros gobernantes a la ciudadanía si consideran fundamental que los profesionales que dedicamos parte de nuestro esfuerzo, parte de nuestra vida, a esta labor, llegáramos a considerarnos algún día justamente tratados por las administraciones públicas. Parece realmente ciencia ficción.
Por ello, si vuelvo a la legendaria escena final de Blade Runner, sin duda, en mi opinión, una de las mejores escenas de la historia del cine, por lo que tiene de anhelo por la vida, de esperanza final, a mí siempre me recuerda a cualquier abogado o abogada de oficio que continúa luchando frente a todo por mejorar los derechos, la libertad, en fin, la vida de los demás. Bien, cuando el replicante Roy Batty (el grandísimo actor ya desaparecido Rutger Hauer), ve que Rick Deckard, el cazador de replicantes (Harrison Ford) va a caer al vacío, y antes justo de salvarle la vida, lo mira con una expresión irrepetible y le dice: “Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavos.”
Pues sin duda alguna, hoy, en el Día de la Justicia Gratuita, hemos de afirmar que la abogacía de oficio no vive con miedo, ni somos esclavos. Ni nuestro trabajo tiene nada que ver con la esclavitud. Es justo al contrario. Somos absolutamente libres e independientes. Y debemos estar muy orgullosos de permanecer siempre así. Será la única manera de poder seguir exigiendo mejorar nuestras condiciones. Y de conseguirlo. No tengan ninguna duda.