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La firma

El big data aplicado a la mediación

"Los mediadores tenemos que analizar datos"

(Foto: E&J)

Javier Alés Sioli

Abogado y Director del Foro Internacional de Mediadores Profesionales.




Tiempo de lectura: 4 min

Publicado




La firma

El big data aplicado a la mediación

"Los mediadores tenemos que analizar datos"

(Foto: E&J)



Los macrodatos, conocidos como big data, están cambiado de una forma increíble la toma de decisiones de empresas, colectivos, inversiones y por qué no, la toma de decisiones de los mediadores y mediadoras a la hora de trabajar en nuestros servicios. La sociedad es cambiante y también el entorno donde nos movemos, así como la conflictividad y el tipo de conflicto que nos acecha.

Podemos decir que el big data consiste en un proceso que analiza e interpreta grandes volúmenes de datos, tanto estructurados como no estructurados.



Ya hay muchísimas empresas e instituciones que utilizan el big data a través de sus estudios, ya que el análisis de datos puede aportar información muy valiosa, tanto al ámbito privado como al público.

Si por ejemplo sabemos el “tráfico” que produce un artículo que hagamos, una publicidad de nuestro servicio, o una foto inaugurando un curso de mediación, se puede crear una estrategia de comunicación que llegue al sector que nos interesa, si nos dedicamos a la mediación familiar y sobre todo por ejemplo a los conflictos hereditarios.

O a través del estudio de los datos las situaciones que se viven en una ciudad, por parte de los inmigrantes o personas de diferentes culturas, es posible crear estrategias destinadas a atender y darnos a conocer en el colectivo gracias a las conclusiones extraídas de los datos.



Ni que decir tiene que, si hemos creado un despacho de mediación, el big data aplicado al marketing sería muy útil, ya que nos permite obtener información detallada respecto a los comportamientos de nuestro posible público objetivo, los mediados, sus preferencias e incluso comportamientos. Esto ayuda a llegar a ellos, en redes, webs, publicaciones, etc.

Parece una tontería, pero ya nos hemos olvidado casi de esas horas y horas que hemos dedicado a ver la “incidencia del Covid” y cómo crecía o decrecía en base a la cantidad de datos que daban las Comunidades Autónomas, para en función a ellos tomar decisiones tales como incluso el confinamiento, perimetrar zonas o la llamada “incidencia acumulada” que no era más que un porcentaje para conocer si en un lugar u otro iba creciendo la enfermedad.

“Hoy en día, en el deporte, todo está analizado para conocer el comportamiento humano”. (Foto: E&J)

¿Os imagináis que como en el deporte pudiéramos analizar por aplicaciones el big data del comportamiento y la tensión, pulsaciones o emociones con un smartwatch? Quizás hablemos de ciencia ficción, pero, hoy en día, en el deporte, todo está analizado para conocer el comportamiento humano.

Pues llegará, ya que en los últimos años han surgido nuevas investigaciones que estudian los conflictos como resultado de lo que denominan el efecto red, el cual está directamente relacionado con la estructura de la sociedad y la calidad de las interrelaciones que existen entre sus individuos o con otros países.

La sociedad es una compleja red de fuerzas sociales, políticas y económicas que dependen de la red de vínculos entre los individuos y los países que la componen. Estos vínculos se están reorganizando constantemente y cuando el nivel de reorganización y violencia que lleva asociada esa reorganización se elevan por encima de un umbral determinado, el patrón resultante puede llegar a ser un conflicto bélico.

Muchas veces cuando como mediadores analizamos un conflicto nos centramos en analizar aquellos aspectos específicos que lo han desencadenado. Sin embargo, lo que hizo estallar el conflicto, no es la que va a determinar la dimensión del mismo o las personas que se van a ver involucradas en este.

Tenemos que ser capaces, ante un conflicto de cualquier tipo, de valorar todas las influencias positivas y negativas que existen según los datos que nos dan y que barajemos por nuestra experiencia.

Todos los datos que recibimos de nuestros clientes tienen un gran valor

Esta nueva visión nos ha de hacer pensar en cuántas veces hemos sido chispa de un conflicto, sin llegar a pensar si los efectos podrían ser devastadores para la vida de un grupo, una comunidad, un vecindario, un pueblo o una ciudad. Los mediadores tenemos que analizar datos. Ser conscientes según el área que trabajemos, de la necesidad de ver comportamientos y actitudes, que nos permitan transitar por las cenizas del problema.

Con una buena supervisión de casos tendremos a buen seguro una importante base de datos que nos permita mejorar.

Querido lector, si me preguntaras entonces cuál es la clave en este campo para nuestro trabajo, te diría que está en conocer la manera de aprovechar al máximo todos los datos recabados de acuerdo con unos objetivos específicos ya marcados desde el momento que creamos nuestro servicio de mediación. Todos los datos que recibimos de nuestros clientes tienen un gran valor.

Si por ejemplo trabajamos asuntos de familia o incluso empresas familiares, que son caso el 80 % de las pequeñas y medianas empresas, estas, evalúan la adopción de tecnologías de big data en la toma de decisiones de control, de identidad y, por tanto, donde existe incluso situaciones emocionales para las que los mediadores somos expertos en gestionar.

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