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La firma

El derecho a la libertad, la defensa de los derechos fundamentales y el pluralismo político, claves de la democracia honesta

“Hacen falta líderes y políticos honestos que sean independientes”

Congreso de los Diputados (Foto: Congreso)

Santiago Milans del Bosch

Socio director de Milans del Bosch, abogados y asesores tributarios




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La firma

El derecho a la libertad, la defensa de los derechos fundamentales y el pluralismo político, claves de la democracia honesta

“Hacen falta líderes y políticos honestos que sean independientes”

Congreso de los Diputados (Foto: Congreso)



Políticos honestos y valientes. Los prefiero, cualquiera que sea su partido, a los corruptos, timoratos y sin las ideas claras de lo que quieren o creen (“aunque sean de los nuestros o no sean de los otros”). Qué gran pérdida de oportunidades por la dependencia a las siglas.

La honestidad no es sólo que no roben o luchen contra la corrupción sino que exista un no titubeante compromiso a poner fin a todos los tejemanejes en la instituciones, especialmente a las que tiene que ver con la justicia (CGPJ, TC, TS, FGE, TCu, etc.) que tienen tanta incidencia en la sociedad, a poner fin a tanto despilfarro y a vivir de las subvenciones, a poner fin a tanta burocracia y trámites sometidos a “los asesores”, a poner fin a tanto enfrentamiento entre los españoles fomentado desde el poder para así ocultar su nefasta gestión, a poner fin al “hoy por ti y mañana por mi” propiciado por la alternancia política, a poner fin a quienes no respetan a los que piensan o viven distinto….



No sólo es necesario conferir la gestión de los asuntos públicos a políticos competentes y eficaces que piensen en el bien común -y no en el rédito electoral para los próximos cuatro años-, sino que es preciso que sean comprometidos en mejorar nuestra convivencia respetando derechos fundamentales ligados a la dignidad del ser humano (derecho a la vida, a la libertad, en toda su extensión sin más límite que el delito o la ofensa a los demás, al honor, a la presunción de inocencia, a la intimidad, a que los padres puedan elegir libremente la educación que desean para sus hijos, etc.).

A lo largo de la historia hemos demostrado que cuando queremos somos un pueblo grande; pero para ello hacen falta líderes y políticos honestos y valientes que sean libres e independientes para opinar, aunque sea apartándose de las políticas decididas fuera de los parlamentos que se dicen derivadas de la agenda 2030 o de esas verdades impuestas por decreto, porque discrepar con respeto enriquece.

No se entiende la política de enmudecer a quien disiente; afecta al principio mismo de la tolerancia, de la búsqueda de la verdad y de la búsqueda de aquello que creemos es mejor para nosotros, para todos, para el conjunto de la sociedad, no solo para los alineados y los alienados.



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