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La firma

Igualdad y diversidad: claves en la industria de la abogacía

"Un talento sin esfuerzo no se traduce en resultados favorables"

(Foto: Freepik)

Susana Santos

Técnica de proyectos Fundación Mutualidad Abogacía.




Tiempo de lectura: 4 min

Publicado




La firma

Igualdad y diversidad: claves en la industria de la abogacía

"Un talento sin esfuerzo no se traduce en resultados favorables"

(Foto: Freepik)



Entendemos el talento como la disposición, o habilidad innata, de un individuo para ejercer una ocupación, o para desempeñar una tarea. Por tanto, talento tenemos todos y todas, pero no siempre resulta sencillo identificar y potenciar el propio, y menos aún, reconocerlo en los otros.  

El filósofo José Antonio Marina señala, en su obra La Educación del Talento (2010), que cuando hablamos de talento lo hacemos de la inteligencia en acción, triunfante, pero también, de la capacidad para elegir bien las metas y movilizar nuestros recursos para alcanzarlas. Es precisamente esta conjunción entre habilidad y trabajo, la clave para la consecución del éxito. Un talento sin esfuerzo no se traduce en resultados favorables, de la misma manera que no lo hace un talento sin contexto, esto es, sin un entorno lo suficientemente favorable para su desarrollo y expresión.



Esto nos lleva necesariamente a la reflexión de si el sector legal está propiciando suficientemente la igualdad de oportunidades en el acceso y promoción profesional, o si aún son necesarios esfuerzos adicionales, que permitan la identificación y retención, de los mejores profesionales del futuro. Un informe de la International Bar Association, publicado en 2021, ponía el foco en el hecho de que los profesionales junior persiguen la flexibilidad, el trabajo por objetivos y la desconexión digital, planteando un nuevo paradigma a las empresas. Pero además, estas deben preguntarse, si sus canales para la captación de jóvenes abogados están permitiendo la entrada de perfiles diversos y heterogéneos. Es conocida y reconocida la preocupación de las compañías por incorporar la diversidad, beneficiosa a todos los niveles: en posicionamiento corporativo, en atractivo, como marca empleadora, y como elemento de innovación y calidad de servicio. 



El esfuerzo también es la capacidad para elegir bien las metas y movilizar nuestros recursos para alcanzarlas. (Imagen: Archivo)

La diversidad e igualdad en el sector encierra muchos matices que van más allá de la equidad de género, y que tienen que ver con la movilidad social, y con el acceso e inclusión de personas con talento, y distintos orígenes y procedencias, etnias, religiones, entre otros. Todas las personas operamos con sesgos inconscientes que pueden estar limitándonos en la apreciación de los méritos y las capacidades del otro, lo que impactaría negativamente en la generación de espacios de atracción de talento en igualdad. 



Estamos en un momento en el que tanto clientes como personas empleadas exigen a las empresas calidad técnica, servicio y desarrollo de carrera, pero, además, que las compañías apuesten por un liderazgo inclusivo, innovador, diverso y responsable. Es, sin duda, tiempo para reflexionar si puede realizarse un esfuerzo adicional para adaptar las realidades de las plantillas a la diversidad que se reclama, y existe en la sociedad.

En este sentido, parece adecuado generar programas específicos de prospección de talento, tanto joven como senior, que amplíen la capacidad de detección de perfiles interesantes, que puedan conectar con la cultura del despacho. Asimismo, resulta sugerente fomentar desde las universidades, y otras instituciones, un trabajo de capacitación del alumnado basado en la cultura del esfuerzo y de la gratificación diferida, poniendo el foco en objetivos profesionales concretos, y estableciendo una preparación específica para alcanzar los mismos. Y es en este punto, donde además deberán pulirse todos los sesgos internos, que puedan estar impidiendo la proyección de jóvenes talentosos, hacia determinados puestos que entienden fuera de su capacidad de influencia.

Otro mecanismo positivo para promover la igualdad, tiene que ver con la visibilización de referentes del sector. Conocer y comprender las trayectorias de personas relevantes del ámbito jurídico, contribuye, desde la humanidad, a que quienes comienzan en la profesión tengan metas concretas que actúen como refuerzo en su planificación. De nuevo el talento se conjuga con el esfuerzo en el contexto, siendo esta la ecuación necesaria para el progreso.

Es necesario crear programas específicos de prospección de talento. (Imagen: Archivo)

Desde su origen, Conectad@s por Derecho ha perseguido ser un programa que genere oportunidades entre sus miembros, con una perspectiva integral que involucre a todos los actores clave del sector legal. Así, despachos, asesorías jurídicas, instituciones académicas y públicas confluyen en este espacio de buenas prácticas que promueven la promoción basada en el mérito y talento de los y las participantes. 

Este proyecto anhela contribuir positivamente a ese objetivo, a través de la construcción de una comunidad de acceso a recursos y redes profesionales, que pueden ayudar a sus miembros a desplegar todo su potencial en igualdad de oportunidades. En Conectad@s confluyen la excelencia académica con el interés de sus miembros por impactar positivamente en la sociedad. Siendo la abogacía una profesión de servicio, resulta reseñable el carácter social y de transformación que acompaña tanto a quienes participaron de la primera edición el pasado año, como quienes van a hacerlo en este 2023. Jóvenes que apuestan por el voluntariado, por la contribución comunitaria a través de asociaciones de estudiantes, y por trascender los currículos académicos. Estudiantes o profesionales junior, que entienden la necesidad de ser más competitivos en el mercado laboral, a la vez que conjugan su formación con generar una huella positiva en su entorno. 

«El talento sin oportunidades es como un árbol sin sol, no puede crecer ni prosperar», Steven Spielberg.

 

La igualdad en el sector enriquece a la profesión legal en su conjunto, ya que fomenta la incorporación de diferentes perspectivas y experiencias. Asimismo, la educación y sensibilización sobre la materia debería incluirse en el currículo y en la formación de los futuros profesionales, para que tomen conciencia de su responsabilidad social.

Asimismo, la construcción de redes y comunidades dentro del sector, puede desempeñar un papel fundamental en la generación de oportunidades, así como para derribar las barreras y sesgos que puedan estar ralentizando una cultura inclusiva, donde dar relevancia a todas las diferencias individuales, siendo estas un valor añadido para empresas y despachos.

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