La sociedad española no quiere otra jornada como la de Paiporta

Observo emocionado las escenas del Rey Felipe intentando apoyar con su presencia a los miles de personas que han perdido todo con la maldita riada que ha engullido la población y, de paso, aún más, nuestra paz social. Observo conmovido la actuación de la Reina Letizia, que se ha sentido más parte del pueblo que de los que nos gobiernan.

Pero, sobre todo, siento lo que van a sufrir todos los damnificados en el camino que tienen por delante para conseguir que el Estado, las aseguradoras, las entidades financieras, les reconozcan sus derechos por las pérdidas sufridas, la vidas perdidas y las ilusiones quebradas.

Tiemblo pensando en los desvelos y preocupaciones que cada una de las víctimas tendrán que afrontar para que se hagan efectivas las indemnizaciones que permita a los damnificados pasar página, pues es de prever que se tardarán años en conseguir reparar a las miles de personas que están sufriendo tanto para olvidar ese fatídico día.

Pero, para ello, nuestro sistema de gestión de los conflictos a los que los ciudadanos están a punto de enfrentarse no está preparado para ofrecerles una solución rápida, eficaz y barata.

Es de esperar que todo ese proceso dure años. Mientras, los que han sufrido tantas pérdidas sentirán una nueva victimización que les frustrará aún más la vida, y les colocará en una situación de desesperanza por la ausencia del Estado a la hora de ofrecerles consuelo y reparación.

Un conflicto no resuelto hace que la persona que lo sufre permanezca en un duelo perenne, en un infierno de recuerdos que le incapacita para recobrar su vida.

Y desde luego, consigue que los buenos ciudadanos se vuelvan desafectos y enemigos de las instituciones. Ya lo hemos visto el pasado domingo.

Por eso, desde la Asociación Española de Mediación (Asemed) hemos planteado un pacto social, empresarial y político para que los afectados y afectadas por la DANA puedan resolver los conflictos y las pérdidas sufridas con el uso de procedimientos de mediación, más rápido y eficaz que el judicial, ofreciendo nuestra experiencia y organización, así como a nuestras mediadoras y mediadores para ello.

En tiempo récord, hemos creado el equipo de voluntarios para gestionar, mediante la mediación, los conflictos que por la maldita DANA se estén produciendo, y también la herramienta informática que permita contactar con Asemed para iniciar el procedimiento de mediación que ponemos de forma gratuita para las personas sin recursos.

Ahora que la implantación de la mediación previa al proceso judicial está en el trámite de ponencia en el Congreso de los Diputados, los mediadores y mediadoras hemos demostrado nuestra rápida capacidad de respuesta en muchos escenarios distintos. Aún estamos infrautilizados por la sociedad y el Estado.

Por eso, les pregunto si aún no están convencidos de nuestra competencia. Aunque sé que ahora sí es el tiempo de la paz y no del enfrentamiento. Estamos preparados y a disposición de la sociedad. Aquí nos tienen.