Nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional
"En 6 años el SMI ha aumentado un 54%"
Yolanda Díaz. (Imagen: Congreso de los Diputados)
Nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional
"En 6 años el SMI ha aumentado un 54%"
Yolanda Díaz. (Imagen: Congreso de los Diputados)
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es la cuantía retributiva mínima que percibe el trabajador referida a la jornada legal de trabajo, una cantidad que el Gobierno fija de forma anual. Hay que recordar que el SMI se aplica sin distinción de sexo, edad o zona geográfica y que sirve para que los convenios colectivos que se negocien no estén por debajo del SMI pactado. Podemos decir, por tanto, que es una medida para proteger a la persona trabajadora y que reciba una mínima retribución por su trabajo.
El Gobierno ha logrado llegar a un acuerdo, con los sindicatos, para aumentar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2024. La subida será de un 5%, lo que situará el SMI en 1.134€ brutos mensuales en 14 pagas (1.323€ en 12 pagas). La medida beneficiará a más de 2,5 millones de personas en todo el territorio español que son, principalmente, empleados de colectivos sin cualificación, de sectores precarios (agrario, hostelería o empleo doméstico) y de zonas rurales.
Anualmente, la cuantía total a percibir por las personas trabajadoras será de 15.876€ euros brutos, lo que supondrán 756€ más respecto de 2023. Los datos reflejan que, en los últimos 6 años el SMI ha aumentado un 54%, ya que en 2018 el Salario Mínimo Interprofesional se situaba en 736€. Además, la medida també afectará a las personas empleadas del hogar, pues cobrarán, al menos, 8,87€ por cada hora trabajada.
Los objetivos que persigue el Gobierno, según han expuesto, con este aumento del SMI es, en primer lugar, atender el derecho a una remuneración equitativa y suficiente que proporcione un nivel de vida digno. Por otro lado, lograr situar el SMI en el 60% del salario medio en el país y, por último, garantizar la capacidad adquisitiva de los salarios, teniendo en cuenta la situación actual de los precios.
No cabe duda de que la subida del SMI es una noticia muy positiva para todas las personas trabajadoras que tenían los sueldos más bajos, además de una señal inequívoca de que debemos seguir avanzando en este aspecto. No obstante, no debemos olvidarnos de las empresas y las personas empleadoras. El incremento del Salario Mínimo Interprofesional supondrá un coste extra para las organizaciones, ya que también se aumenta, de manera proporcional, la cotización a la Seguridad Social. En este contexto, es importante matizar que el Gobierno ya ha elevado el mínimo exento hasta los 15.876€ para evitar que los perceptores del SMI tributen por IRPF.
La subida será de un 5%, lo que situará el SMI en 1.134€ brutos mensuales en 14 pagas (1.323€ en 12 pagas)
Por otro lado, también tenemos que estar atentos a cómo puede afectar este incremento del SMI a la contratación. Debemos tener en cuenta que aumentar el Salario Mínimo Interprofesional hace que se aumenten los costes. Por tanto, es muy posible que las empresas actúen con mayor prudencia en el momento de incorporar nuevo personal. Esta dinámica puede terminar afectando más a las personas trabajadoras que ya estén en las plantillas, puesto que el resultado puede ser una mayor sobrecarga.
¿Cuándo entrará en vigor esta medida?
La medida aprobada por el Gobierno tendrá carácter retroactivo y con vigencia desde el 1 de enero de 2024. No obstante, al no haberse publicado en el BOE durante el primer mes del año, sufriremos una nueva sobrecarga de trabajo.
En el año 2023, la subida del SMI se publicó en el BOE a principios del mes de febrero, lo que supuso tener que doblar nuestras tareas. Al tener carácter retroactivo, por mucho que el BOE se publique en febrero, las nóminas de enero deben tener este SMI actualizado, así que nos veremos en la obligación de volver a realizar todo el proceso por segunda vez en apenas un mes.
Otro aspecto que me gustaría analizar en esta tribuna es cómo se ha llevado a cabo la negociación política. La primera pretensión era incrementar el SMI un 4% para 2024, una cifra intermedia entre lo que pedía la patronal (3%) y lo que pedían los sindicatos (5%). De hecho, el propio secretario de Estado de Trabajo y Economía Social, antes de llegar a un acuerdo, confirmó que, si la patronal no acordaba el incremento del 4% que ponían sobre la mesa, negociarían directamente con los sindicatos, obviándolos de la negociación.
En el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, del año 2023, donde se estipulaba un incremento salarial para 2024 del 3%, con opción de un punto porcentual más si el 2024 finaliza con un IPC superior al 3%, era el punto de referencia para la patronal. El Gobierno y los sindicatos no aceptaron una subida del 3%, así que rechazaron las propuestas y la patronal terminó abandonando la negociación, dejando vía libre a sindicatos y Gobierno para firmar un acuerdo bipartito e incrementar el SMI un 5% para 2024.
No obstante, considero que, en todo este apartado, sigue faltando una parte fundamental de la ecuación. Los interlocutores sociales deberíamos participar de forma activa y real porque somos los que podemos transmitir la realidad de las empresas y ayudar a encontrar ese punto justo y necesario. Los graduados sociales, como expertos en el ámbito laboral, somos esenciales. Estamos en contacto, diariamente, con las empresas y con las personas trabajadoras, de tal manera que entendemos y sabemos qué necesitan para continuar creciendo. Obviar una parte tan importante del sistema hace que la negociación no sea 100% excelente para los intereses de todas las partes.
A modo de conclusión, podemos comentar que en España el Salario Mínimo Interprofesional era demasiado bajo desde hacía unos años. En 2019 empezó a repuntar, pero la realidad es que aumentar un 54% en 5 años no es para nada proporcional al margen que han experimentado los sectores productivos a los que les afecta esta medida. Es decir, una subida tan abrupta del SMI en un espacio tan corto de tiempo hace sufrir a muchas empresas y sus cuentas de explotación se resienten.
Por otro lado, centrándonos en las personas empleadas del hogar, es cierto que la subida hasta los 8,87€ por cada hora trabajada son una gran mejora, pero también lo es que no todas las familias que tienen contratadas a estas personas pueden hacer frente a este tipo de subidas. Las circunstancias de cada familia son diferentes y la necesidad de mantener el cuidado de las personas dependientes choca de manera directa con la economía familiar.