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La firma

Otro año más el Día de la Justicia Gratuita ignora a la abogacía de oficio

"Hablemos de Justicia pública y no de Justicia Gratuita"

(Imagen: E&J)

Lourdes Pulido

Abogada del Turno de Oficio en Madrid y socio directora en Alcón Abogados




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




La firma

Otro año más el Día de la Justicia Gratuita ignora a la abogacía de oficio

"Hablemos de Justicia pública y no de Justicia Gratuita"

(Imagen: E&J)



Desde hace tiempo, cada vez que escribo o hablo sobre este tema, pido que hablemos de Justicia pública y no de Justicia Gratuita, porque al igual que no se habla de sanidad gratuita ni de prestaciones gratuitas, sino públicas, la Justicia se debe entender como algo que no sale gratis, sino que es pública y que debe ser sustentada de forma pública.

La realidad es que no se sustenta de forma pública, porque quienes estamos verdaderamente manteniendo la defensa jurídica de todos los ciudadanos somos los abogados y abogadas del Turno de Oficio y los procuradores.



Hoy hemos estado en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), siendo invitado Miguel Ángel García Martín, consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid (CAM) y, una vez más, ha dado un decepcionante discurso que prácticamente se ha centrado en poder de manifiesto todo lo que hace la Comunidad de Madrid por la Justicia “Gratuita”, y en mencionar al señor Feijóo como adalid de la democracia.

Sin embargo, no ha habido el más mínimo comentario al malestar de la abogacía de oficio, nada ha dicho en relación a que muchos letrados están en huelga; ni de que estamos realizando un trabajo que no se remunera, dado que muchas actuaciones no se pagan; que seguimos con baremos absolutamente desfasados, sin actualizaciones, cobrando lo mismo si es una actuación nocturna o en festivo, sin derechos sociales.



En definitiva, el consejero y la CAM siguen haciendo oídos sordos a las reivindicaciones de la abogacía de oficio. Y es normal que haga oídos sordos, porque los abogados de oficio solucionamos el problema de la Justicia Pública. Acudimos a las guardias, atendemos a nuestros clientes, vamos a los juicios, sufragamos todos los gastos derivados de la defensa de todas aquellas personas que se nos designa, se nos retiene un 15% de IRPF, y aunque protestamos, seguimos solucionándoles el problema.



Fachada del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid. (Imagen: ICAM)

Somos un colectivo que siempre ha sido, y es, enormemente responsable de la labor que realiza. Pero la vocación no basta, sobre todo en estos momentos en los que miles de abogados están enormemente preocupados por las pensiones míseras que van a cobrar si no se pone remedio.

Porque para quien no lo sepa, el abogado de oficio cobra una cuantía por cada asunto, con independencia de las horas que le tenga que dedicar; con independencia del estudio que le conlleve; con independencia de si tiene que ir una vez al juicio o si tiene que ir diez, porque se haya suspendido nueve veces antes. Cobraremos lo mismo, tanto si la causa tiene 500 folios como si tiene 2000. Cobraremos lo mismo, tanto si has ido al juzgado tres veces como si has ido diez.

Y durante todo el proceso nosotros —los abogados del Turno de Oficio— asumiremos los gastos de nuestra colegiación, porque ni tan siquiera en eso tenemos una reducción. Asumiremos los gastos de acudir a los juzgados, a las comisarías, a los centros penitenciarios, los gastos de nuestro despacho, las bases de datos que necesitamos, y la infraestructura necesaria para trabajar, etc.

Si de un asunto de oficio empezamos a descontar todos estos gastos, el importe que resulta en muchas ocasiones es negativo. Sufragar los gastos de un pleito durante cuatro, seis o diez años es antieconómico y en consecuencia, no está siendo remunerado nuestro trabajo. Y por ello, a las administraciones les interesa que sigamos así, porque en el fondo, son conscientes de que este trabajo merece un pago muy superior al que actualmente se paga.

Y aún cuando lo definan como una indemnización, no lo es, porque los abogados de oficio somos trabajadores y, por tanto, es un salario como el de cualquier otro trabajador, con la diferencia de que nosotros no estamos dados de alta en la Seguridad Social, no tenemos derechos laborales ni sociales.

Nosotros nos tenemos que pagar nuestra cobertura social, bien a través de una Mutualidad de la Abogacía, que ahora nos quiere pagar unas pensiones que en muchos casos no lleva ni a la no contributiva, o pagando autónomos. Todos ellos, costes que obviamente van descontando la exigua contribución que percibimos en cada designación o en cada guardia.

Pero, además, el Turno de Oficio es obligatorio. Y este dato muchos no lo conocen. Somos auténticos esclavos cualificados, que tenemos la obligación de atender a la Justicia “Gratuita” una vez nos colegiamos. ¿En qué otra profesión te obligan a prestar un servicio público? En ninguna. Porque una profesión que evidentemente es tan importante como la nuestra, como puede ser la de curar y salvar vidas (la de los médicos) no es obligatoria. Ningún médico está obligado a trabajar en la sanidad pública, y menos aún le dicen lo que tiene que cobrar, y que va a cobrar lo mismo si tiene una guardia de noche o si trabaja el día de navidad o un festivo.

Nadie concebiría esta situación, pero, no hay ningún problema en que los abogados estemos obligados a pertenecer al Turno de Oficio. Si bien es cierto que en ciudades en donde hay un número de abogados suficiente que de forma voluntaria desempeñan este trabajo, no se obliga al resto a estar en el Turno de Oficio, necesariamente nos tenemos que preguntar lo siguiente: ¿Qué ocurriría si todos nos diéramos de baja? Pues muy simple, que se tendría que llamar a todos los abogados para que realizaran esta labor.

Esta es la realidad del Turno de Oficio, que hoy, 12 de julio, Día de la Justicia Gratuita no se ha nombrado, no se ha dicho. Se ha ignorado una vez más por la Administración, y no hemos escuchado más que palabras y compromisos, que no dejan de ser expectativas y no realidades, que hayan mejorado adecuadamente la labor de abogados y procuradores.

(Imagen: E&J)

El consejero de Justicia nos ha dicho que para mayo de 2025 empezará a construirse la Ciudad de la Justicia de Madrid, por lo que es obvio que hay dinero para la Justicia madrileña, pero no para la abogacía de oficio. El consejero no debe saber que trabajamos todos los días del año, las 24 horas del día, y por lo tanto, en horarios que no hay transporte público, que ir a Valdebebas va a suponer un coste adicional, pero eso sí, vamos a tener unos edificios que van a ser lo último.

Sinceramente, no es que esperara absolutamente nada del día de hoy y, por lo tanto, una vez más, salgo del ICAM decepcionada con la actitud de instituciones y de la Administración ante la manifiesta falta de interés por dignificar a la abogacía de oficio como se merece. Porque ya no queremos reconocimientos, sabemos que somos un servicio excelente; lo que queremos es que se nos considere a la par de esa excelencia.

Lógicamente, los abogados y procuradores del Turno de Oficio somos la solución de la Justicia pública y es evidente que, hasta que dejemos de serlo, nada va a cambiar. Pero, hay un dato que ya es más que significativo, y les debería hace pensar a la administración, a los colegios y al CGAE, cual es, que el número de abogados en el turno de oficio ha alcanzado su nivel mas bajo en la última década.

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