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La firma

Señores abogados: “Prohibido utilizar saliva para hojear expedientes”

Eduardo Rodríguez de Brujón y Fernández

Socio director de Quercus-Superbia Juridico, miembro de Legal Touch y profesor de ISDE.




Tiempo de lectura: 3 min



La firma

Señores abogados: “Prohibido utilizar saliva para hojear expedientes”



En un juzgado de Madrid, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un funcionario de los de Olivetti en astillero, visera antigua, póliza flaca y conserje corredor. Ese ímprobo funcionario, sucesor de Amadís de Gaula, ha sido capaz de componer un hermoso poema, que sin temor al rubor, ha colocado en la instalación Judicial, cual Bando municipal, cual Edicto salvador.

Juzgados de Plaza de Castilla, Madrid (FUENTE: Europa Press)



Dice tal oda «SENORES/ABOGADOS/PROHIBIDO/UTILIZAR SALIVA/PARA HOJEAR/EXPEDIENTES»:

Y todo ello en pro de la noble labor de la salud nacional, que con chispa creativa  incorpora como epílogo de su obra «Me protejo, Te protejo y nos protegemos todos”.



Si no fuera porque es cierto, y como muestra vale la fotografía que se acompaña a este escrito, pensaríamos que es una broma pesada, pero no lo es.

Si  leemos el opúsculo con calma, descubriremos que este servidor público prohíbe de hacer, es decir, no permite utilizar la baba para hojear y lo hace por medio de un acto administrativo nulo de pleno derecho, del cual ignoramos si es competente para expedirlo y si carece de potestad para publicarlo. En él no menciona qué norma se incumple por el infractor, por utilizar saliva para «hojear expedientes».  Además, en el mismo texto, no sólo no detalla tal prohibición con la norma que se infringe, sino que lo hace sin motivación y sin indicar, por este el salvador irredento, qué tipo de sanción se le aplicará al baboso hojeador y qué recurso le cabe a este, contra esa osada prohibición de hojear baboseando.

Y lo peor del intencionado burócrata es que ha introducido en el citado cartel un contenido discriminatorio, ya que únicamente se prohíbe a los abogados utilizar saliva, no prohibiéndose insalivar los autos y los expediente judiciales, a los procuradores, peritos, funcionarios y otros profesionales del Derecho;  mancillándose, con ello, los derechos fundamentales de los letrados, al discriminar a los legistas con esta proclama, contraviniendo el art., 14 de la Constitución Española.

No sabemos por el letrero,  si se puede ojear con saliva u hojear sin ensalivar, pero esta diatriba se la dejamos para otra mano, que bastante tiene ya el escribano.

El sabio literario que ha escrito este afiche, ha dejado redactado como epílogo de su lema, la leyenda donde plasma los efectos de la flema y nos ha dado la lección de que todo lo hace por nuestra protección. Lo que ha dicho, no se debe a un capricho ni a un insomnio madrugador, sino a su buena conciencia y a su ánimo protector.

Ante tal atentado, contraataco con este pareado:

Tan sólo nos queda pensar,

Cuál es la causa de babear

Que infecta los legajos

Y que nos trae tanto mal.

 

Si existe el espumarajo

no es culpa del profesional

si no de los juzgados antiguos

que huyen de lo digital,

Y esa insana costumbre que nos traerá tanto mal

Se atajara de golpe, sin ese papel fatal.

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