El Banco Hipano-Americano sufre un robo de 30 millones de euros

El 15 de agosto de 1985 se produjo un robo en las cajas fuertes del Banco Hispano-Americano sito en el número 6 y 8 de la céntrica barcelonesa calle de Fontanella, junto a su concurrida Plaza de Cataluña. Se produjo por el sistema de butrón mediante tres meses de trabajo, perforando un tortuoso túnel de casi trescientos metros hasta los sótanos del edificio bancario y con otro ramal hacia el alcantarillado.

Escogieron dos días de fiesta seguidos, dado que la festividad de la Virgen de Agosto se celebraba en toda España y el siguiente era domingo. La banda de Roma la componían Mario Proietti, Franco Pirozzi, Andrés Tranchina y algún otro italiano y varios españoles, expertos en electricidad, construcción y demolición, pero novatos en delitos contra la propiedad, como los Espulgues o la Salazar.

Se llevaron el contenido de todas las cajas fuertes de la entidad, incluso la que uno de ladrones (el que facilitó las detenciones pues sus recientes datos bancarios coincidieron con los de su anterior detención) había abierto para tener la ocasión de silenciar las alarmas del banco con una pequeña pieza de plomo.

Robo, huida, reparto del botín, detenciones en Barcelona, Venecia, Bolonia y Roma. Proceso, juicio y condena para los españoles. Como la prisión preventiva se limitaba a seis meses, los italianos no comparecieron al juicio oral. De los españoles, solo uno reconoció haber participado en los hechos, los otros habían perdido la memoria como algunos de los centenares de propietarios de cajas sustraídas que no recordaban el contenido.

Si la planificación y ejecución del robo duró tres meses, el proceso penal se prolongó más de quince años. La especial duración fue motivada porque el Banco Hispano-Americano, a quien la Sección segunda de la Audiencia Provincial de Barcelona, lo había condenado, en marzo de 1989, a satisfacer los perjuicios no cubiertos ni por los condenados ni por la aseguradora, recurrió las decisiones sobre las pruebas periciales de tasación de los bienes robados y no recuperados, pero el Tribunal Supremo en 1993 no le dio la razón, hasta llegar al Tribunal Constitucional que en marzo 2000 y en ponencia del Magistrado Tomás Salvador Vives Antón (fue catedrático de derecho penal y miembro de la comisión para la reforma del proceso penal ), continuó indicando que la entidad bancaria seguía sin motivos para recurrir.

Para saber más: La función pericial forense. Francisco Javier Llovera Sáez. Ed. Eina 1995.