Nace Francisco Murillo Ferrol, Premio Academia Alfonso X el Sabio 1957
Fue miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
Francisco Murillo (Foto: Universitat de València)
Nace Francisco Murillo Ferrol, Premio Academia Alfonso X el Sabio 1957
Fue miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
Francisco Murillo (Foto: Universitat de València)
El 15 de julio de 1918 nació en Granada Francisco Murillo Ferrol. Fue miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Premio Academia Alfonso X el Sabio 1957; Premio Nacional de Sociología y Ciencias Políticas 2002, catedrático de Derecho Político y pertenece al grupo de sociólogos conocidos como los de la «generación de la guerra».
Con una beca, estudió Sociología con René Königen en la Universidad de Colonia, después de cursar todos sus estudios en su ciudad natal, en cuya universidad se licenció en Derecho. Se doctoró con su tesis El pensamiento político de Francisco Suárez. Formó parte de un grupo de un gran número de sociólogos que se conocen como Los del clan Mudéjar o Grupo de Sociólogos de Granada.
Se inició en la docencia en 1942 en la cátedra de Enrique Gómez. Diez años más tarde, gana por oposición la cátedra de Derecho Político de la Universidad de Valencia, también se encargó de la Sociología y dictaba clases en la Escuela Social.
En 1961, fue catedrático de Derecho Político de la Universidad de Granada y profesor de la Escuela Social. Después, en 1972, en la Autónoma de Madrid, que compaginó dictando clases en la Escuela Diplomática y en el Centro de Estudios Políticos.
Entre sus obras destacan: Las clases medias españolas, traducida al francés y al alemán; Ensayos sobre sociedad y política; y La función del tiempo en la sociedad contemporánea. Falleció en Madrid en septiembre 2004.
Junto a su maestro Luís Sánchez Agesta y Manuel Alvar López, Francisco Murillo fue, en 1985, investido doctor honoris causa por la Universidad granadina. Su discurso estuvo lleno de humanidad explicando con sencillez la vida de Granada y del granadino. Recordó que la capital fue conocida como tierra del ochavico, pues nada costaba más, y que desde la visita de Chateaubriandla, Alhambra ingresó en el mapa de los románticos. Sobre el carácter de los granadinos se refirió a la falta de extroversión, distintivo de los otros andaluces, por ser taciturnos, parcos en palabras y carece de facundia, salvo cuando irritado maldice. El humor del granadino es socarrón, pero delatado por su mirada irónica y a veces sarcástica. Dijo que tiene una religiosidad intimista como de bypass, pero ello es para contacto directo con lo misterioso.