Nace Landelino Lavilla Alsina, ministro de Justicia del primer Gobierno de Suárez
Sacó adelante sus proyectos de supresión del Juzgado y del Tribunal de Orden Público
Landelino Lavilla. (Foto: Congreso de los Diputados
Nace Landelino Lavilla Alsina, ministro de Justicia del primer Gobierno de Suárez
Sacó adelante sus proyectos de supresión del Juzgado y del Tribunal de Orden Público
Landelino Lavilla. (Foto: Congreso de los Diputados
El 6 de agosto de 1934, nace en Lérida, Landelino Lavilla Alsina, letrado del Tribunal de Cuentas y letrado del Consejo de Estado, profesor universitario, ministro de Justicia.
Su padre, Landelino Lavilla Berges, natural de la oscense Castejón de Monegros, y su madre Esperanza Alsina López, ambos funcionarios de la Delegación de Hacienda en Lérida, se relacionaron en ambientes de apostolado católico del que Landelino era propagandista de Acción Católica, y fue secretario del Patronato diocesano de Lérida. Contrajeron matrimonio en octubre de 1932. Ambos fueron cesados como funcionarios, durante la República, por “abandono de servicio» el siete de mayo de 1938. Después rehabilitados.
Landelino Lavilla Alsina cursó los primeros estudios y el bachillerato en Lérida. La licenciatura en Derecho primero en la Universidad de Zaragoza que finalizó en la Universidad Central de Madrid. Obtuvo la diplomatura en el Instituto Social León XIII. Mientras preparaba las oposiciones, las que ganó con el número uno, a letrado de Tribunal de Cuentas en 1958, y el año siguiente las de letrado del Consejo de Estado, fue profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Complutense de Madrid.
Miembro de grupo Tácito, publicó artículos en el periódico Ya. En su primer Gobierno, Adolfo Suárez lo nombró ministro de Justicia, julio 1976, y en el mismo mes defendió la reforma del articulado del Código Penal en lo referente, entre otros, a los derechos de asociación y de reunión. El 28 también de julio, se aprobó su propuesta sobre la amnistía. En el mismo 1976 vio cómo se hacían realidad sus proyectos de supresión del Juzgado y del Tribunal de Orden Público así como la Ley para la Reforma Política, necesaria para celebrar las primeras elecciones democráticas. Después de las elecciones de 1977 nuevamente tuvo la cartera de ministro de Justicia y despenalizó el adulterio, el amancebamiento y la usura.
Seguiremos en otras fechas con este personaje, que demostró que era posible dejar huella como gran político, y también como gran jurista.
Para saber más: J.Fernández. XII Premios Pelayo. Economist & Jurist Edición 24.02.2016
