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Tal dia como hoy

Nace Pablo Peña y Entrala, abogado y catedrático

Fue decano de la facultad de Derecho en la Universidad de Granada

Facultad de Derecho de la Universidad de Granada (Foto: UGR)

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Tal dia como hoy

Nace Pablo Peña y Entrala, abogado y catedrático

Fue decano de la facultad de Derecho en la Universidad de Granada

Facultad de Derecho de la Universidad de Granada (Foto: UGR)



El 27 de mayo de 1843 nació en Granada el jurista Pablo Peña y Entrala. Dedicó toda su vida, ya como alumno, ya como catedrático, a la Universidad de Granada y al ejercicio de la abogacía. Destaca que estuvo muy integrado en la vida cultural granadina.

Inició sus estudios en el Instituto de Granada, continuando en la facultad de Derecho de la universidad granadina alcanzando con sobresaliente la licenciatura y, en 1872, fue investido doctor en Derecho.



Cuatro años antes, inició la docencia en la Universidad de Granada, primero dando Derecho Romano, después de Historia y elementos de Derecho Romano, siendo en 1876, catedrático de esta asignatura y, en 1884, obtuvo la de Elementos de Derecho Natural. Siempre en la Universidad de Granada, de la que fue decano de su facultad de Derecho.



Fue elegido académico de la Academia de Derecho y Jurisprudencia de Granada, miembro de la directiva del Liceo de Granada, del Ateneo científico-literario y, también, de la Real Asociación Económica de amigos del país de Granada.

Entre sus obras, destacan sus Apuntes de Derecho Natural y la lección dictada en la inauguración del curso académico (1889-1890) en la Universidad Literaria de Granada. Falleció en Granada, en agosto de 1913.



En sus Apuntes del año 1886, dados a la estampa en la imprenta de Colegio Eclesiástico, se indica: “Que los socialistas, partiendo de bases distintas de los comunistas, no han sido más afortunados en sus intentos, ni más racionales en sus principios. Acaban, como aquellos, por negar la propiedad individual y, al asignar toda la masa de bienes al Estado, no solo los esterilizan, sino que, a la vez, hacen importante a aquel para su manejo y distribución. Aparte de esto, la repartición de utilidades y los modos de hacerla, resulta arbitraria, caprichosa e irrealizable en la vida práctica y, por último, al desconocer como los anteriores la personalidad y fin del individuo, como base y fundamento racional de la propiedad, destruyen el móvil poderoso del bien y del perfeccionamiento humano en todos los órdenes y direcciones de la vida».

Para saber más: Martínez NeiraJ M. Diccionario de catedráticos españoles.
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