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Reportajes

La abogacía habla: ¿qué y quién te motivó a escoger esta profesión?

Letrados jóvenes y veteranos de cuatro importantes despachos echan la vista atrás para ubicar los motivos y las personas que le impulsaron a escoger su profesión

Facultad de Derecho. (Foto: Universidad de Huelva)

Tiempo de lectura: 9 min

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La abogacía habla: ¿qué y quién te motivó a escoger esta profesión?

Letrados jóvenes y veteranos de cuatro importantes despachos echan la vista atrás para ubicar los motivos y las personas que le impulsaron a escoger su profesión

Facultad de Derecho. (Foto: Universidad de Huelva)



Como diría el filósofo francés Jean-Paul Sartre, “Aquello que cada uno de nosotros es, en cada momento de su vida, es la suma de sus elecciones previas”.

El ejercicio de la profesión de la abogacía, como cualquier otro oficio, es la suma de distintas decisiones tomadas desde la adolescencia hasta el término de la carrera universitaria. Asimismo, pese a enfrentarnos ante una profesión muy vocacional, es posible que, si invitamos a los letrados a retrotraer su mirada al pasado, estos puedan ubicar con claridad y exactitud un hecho, una vivencia o una persona concreta de su entorno más cercano que, por cualquier circunstancia, le estimulara especialmente para que se decantasen en último término por el ejercicio de la abogacía.



José García Portillo, abogado junior fiscalista de Ceca Magán Abogados, reconoce que el mundo del Derecho le atrajo desde su infancia. “Supongo que es debido a que he estado rodeado de personas que se dedicaban a ello de una u otra manera. Tanto mi padre como mi madre han estudiado la carrera de Derecho, siempre me ha interesado mucho estar informado sobre la actualidad jurídica, política y económica”, confiesa.

José García Portillo. (Foto: CECA Magán Abogados)

No obstante, cuando me decanté por estudiar Derecho no tenía la vocación de ejercer la abogacía, sino la de preparar alguna oposición (en principio me atraía judicatura)”, advierte. Sin embargo, “según fue avanzando la carrera descubrí que lo que verdaderamente me atraía era situarme junto a los particulares y las empresas y defender sus intereses frente a los de terceros o los de la propia Administración”, explica.



En relación a aquellas personas que le estimularon especialmente a decantarse por el ejercicio de la abogacía, el joven jurista destaca la influencia de su etapa universitaria. “Creo que lo finalmente me dio el impulso para dedicarme a esta profesión fue el interés que me suscitó durante mi etapa universitaria la rama del Derecho a la que me dedico, el derecho tributario. Hubo un momento (no recuerdo si fue en tercero o en cuarto de carrera) en el que tuve claro que quería centrar mi carrera profesional en el asesoramiento y defensa de los contribuyentes”.

“Obviamente, considero que influyó mucho en esta decisión el estupendo equipo de profesores de la Universidad Carlos III de los que tuve la oportunidad de aprender, tanto durante la carrera como durante el Máster de especialización, ya que el enfoque eminentemente práctico que le dan a esta asignatura me ayudó a percibir la posibilidad de ser abogado fiscalista como una opción muy atractiva”, asegura García Portillo.

Giuseppe Esposito Delgado, abogado laboralista en Fieldfisher, destaca un sentimiento concreto que le motivó a escoger esta profesión. “Todo el mundo que se dedica a esta profesión, de un modo u otro, tiene intrínseco el sentimiento de Justicia. Cuando hago alusión a ese sentimiento, me quiero referir al animus que tenemos los abogados de no acatar simplemente una determinada situación, sino transcender más allá del simple mandato y cuestionarnos el porqué de este, de su finalidad, su razonabilidad o incluso legitimidad para que la balanza esté siempre equilibrada”, sostiene.

“Yo creo que precisamente este sentimiento fue el que me empujó a ser abogado. Decisión que, entre otras cosas, he tenido clara desde que era un niño y que, desde entonces y hasta la fecha, no se ha ido de mi mente”, recalca el joven jurista.

Giuseppe Esposito. (Foto: Fieldfisher)

Echando la vista atrás, el abogado de Fieldfisher recuerda a un familiar muy cercano. “Gran parte de la culpa de que tuviera tan claro desde bien pequeño que me dedicaría en un futuro al ejercicio de la abogacía la tiene mi tío Pepe, como yo le llamo. Hemos tenido siempre una relación muy cercana y para mí siempre ha sido un punto de referencia, tanto en el plano personal como en el profesional. Precisamente del plano profesional, he de destacar que mi tío es abogado laboralista– y profesor de Universidad- motivo por el cual he acabado siendo, no solo abogado, sino abogado laboralista, además de plantearme seriamente en un futuro el hecho de compaginar la actividad profesional con la docente”, confiesa Esposito Delgado.

Jiayi Liu, abogada sénior de RSM Spain, evoca a sus raíces para ubicar el principal motivo que le estimuló a escoger este oficio. “Una de las razones que me motivó a escoger esta profesión es el hecho de poder ayudar a la comunidad china establecida en España. Desde pequeña he visto cómo la gente de mi comunidad se veía desprotegida atendiendo que poca gente de nuestra comunidad, o casi nadie, era abogado/a y, por ello, se veían desamparados y perdidos por las diferencias culturales, idiomáticas y jurídicas”, comenta.

Al hilo de lo anterior, la joven jurista señala que de pequeña “era muy fan de las series hongkonesas, y varias de ellas estaban relacionadas con abogados”. Por ello, “siempre me ha quedado en el subconsciente el sentido de la justicia y de ayudar a la sociedad”, reconoce.

Jiayi Liu. (Foto: RSM)

Por otro lado, “quien sí fue determinante para escoger la rama de Derecho que quería ejercer fue por un profesor de la universidad. Me acuerdo que este profesor era (y, actualmente, lo sigue siendo) de Derecho mercantil, y siempre nos explicaba los casos reales de su despacho con vertiente internacional, cosa que me fascina y, por eso, al final me decanté por el Derecho mercantil”, añade Liu.

Manuel Paz, socio de International Tax and Transactions Services de EY Abogados, expone que lo que finalmente le hizo decantarse por la carrera de Derecho fue su plan de estudios. “Me parecía que la ciencia jurídica era una herramienta muy útil para a entender mejor las reglas de funcionamiento de la sociedad”. Asimismo, el joven jurista también destaca su versatilidad. “Las salidas profesionales disponibles comprendían desde la carrera judicial u otras plazas en la Administración hasta al ejercicio de la abogacía por cuenta propia o ajena en un despacho de abogados o en una empresa”.

“Todo eso… y que de pequeño yo quería ser como los abogados de «La Ley de Los Ángeles» (popular serie americana de finales de los ochenta, que los abogados más jóvenes de hoy en día indudablemente desconocerán y que no deben ir a buscar ahora en YouTube porque ha envejecido regular)”, advierte el letrado de EY.

Manuel Paz. (Foto: EY)

Respecto a esas personas que le estimularon para optar por el ejercicio de la abogacía, al abogado le resulta complejo poner algún nombre propio. “Provengo de una familia de emigrantes gallegos retornados (yo mismo nací en México D.F., topónimo de mucha más sonoridad que el actual “Ciudad de México”, del que reniego) en donde la costumbre siempre se había dirigido más bien hacia el emprendimiento empresarial. Yo fui el primero de mi casa en ir a la universidad, en mi entorno más amplio no había juristas a la vista (sino más bien gente de la mar, porque crecí en Ribeira, A Coruña, un pueblo de costa volcado en la pesca) ni ninguna de mis amistades de por aquel entonces se decantó tampoco por Derecho.

“Dicho así da la impresión de que yo era muy original y que tenía una personalidad arrolladora; nada más lejos de la realidad: Derecho era la licenciatura más solicitada de la época y muestra de ello es que allá por 1995 solo en primero de carrera de la Universidad de Santiago de Compostela éramos ~450 alumnos (la cúspide del baby boom universitario, de hecho)”, apunta.

Turno de la abogacía más veterana

Juan Antonio Linares, socio del área laboral de Ceca Magán Abogados, no duda ni un segundo en ubicar qué le motivó a escoger esta profesión. “La serie de televisión de Perry Mason. Serie americana de emisión en Televisión Española en la época del blanco y negro. Perry Mason era un abogado criminalista que tenía más de detective que de abogado y se involucraba en las investigaciones criminales. Lo mejor de cada capítulo era el juicio final donde Perry brillaba en su contrainterrogatorio de testigos”, rememora.

Juan Antonio Linares. (Foto: CECA Magán Abogados)

Respecto a esos juristas que le impulsaron a ejercer la profesión de abogado, Linares apunta a varios nombres propios muy cercanos. “En casa se vivía un ambiente de lo más jurídico, con mi madre abogada y mi padre y abuelos jueces”, expone.

Mercedes Caral, socia en gestión de conflictos en Fieldfisher, confiesa que dudó entre estudiar Medicina o Derecho. “Mi ilusión era ejercer una profesión que fuera humana y dinámica, que tuviera trato con las personas y relación con la vida. En el momento de decidir que estudios universitarios seguir, dudaba entre estudiar Medicina o Derecho”.

Por un lado, “la profesión de médico la conocía muy de cerca, sabía la labor que los médicos hacían, así como las obligaciones y dedicación que dicha profesión exigía. Pero no sabía muy bien lo que la profesión de abogado comportaba, sólo sabía que siendo abogado podría defender los intereses de las personas. Al final me decanté por estudiar Derecho, motivada por conocer algo nuevo y ejercer la profesión que intuí interesante y humana”, añade.

Mercedes Caral. (Foto: Fieldfisher)

En relación a esas personas que le motivaron por optar por este oficio, Caral manifiesta que en su familia no había ningún abogado. “La abogacía era un mundo nuevo para mí.  Fue durante los estudios universitarios que descubrí lo amplio que es el Derecho y que llega a todas las facetas y aspectos de la vida personal, social y económica de nuestra sociedad”.

Además, la socia de Fieldfisher no ha desaprovechado la oportunidad para mencionar a uno de los fundadores de Economist & Jurist, D. José Juan Pintó Ruiz. “Me decanté por el ejercicio de la abogacía al acabar los estudios pues disfrutaba mucho de la aplicación práctica del derecho que me inspiraron en sus clases profesores como el Dr. Villavicencio o el Dr. Majem y me acabé de convencer al trabajar con el Dr. José Juan Pintó Ruiz por su gran capacidad de convicción y oratoria, su facilidad en la aplicación práctica del derecho para la solución de los conflictos y para pactar las relaciones entre las diferentes partes con una gran lógica jurídica basada en su extraordinario conocimiento de las bases del sistema jurídico”, declara Caral.

Santiago Gastón de Iriarte, socio de RSM, evidencia la dificultad de descubrir el mundo del Derecho en etapas tempranas. “Era y sigue siendo muy difícil sentir vocación por el derecho y el ejercicio de la abogacía ya que en los programas de enseñanza previos no se recibe ninguna información ni por supuesto formación. Solo después de que te has matriculado en la facultad de Derecho y vas descubriendo en que puede consistir, te vas entusiasmando y en mi opinión llega a ser muy remuneratorio en todos los aspectos ya que los limites son solo los que nos marcamos cada uno”, asegura.

Santiago Gastón. (Foto: RSM)

Como otros de sus compañeros, Gastón de Iriarte se desmarcó de los cometidos de su entorno más cercano. “Por lo que se refiere a mi familia culturalmente eran de ciencias e investigadores. Les llevaba la contraria con esta decisión. En cuanto a otras relaciones admiraba a los abogados y empresarios cuando trascendían a los medios sus logros y desde luego la sencillez y altura científica de grandes profesores que nos enseñaban tantas cosas. Ellos han sido los responsables de nuestra decisión profesional”.

Pilar Fernández Bozal, socia responsable del área de Derecho Público de EY Abogados, destaca la influencia del Derecho romano en su decisión. “Yo creo que todo empezó por la fascinación que me produjo desde muy joven la civilización romana, fascinación que, por otra parte, sigue intacta”, detalla. “Yo creo que eso mismo me fue llevando a que me interesase desde muy joven el derecho como instrumento de organización social; poder entender el porqué de una determinada organización político-social o sus reglas de gobernanza, siempre me suscitó mucha curiosidad. Supongo que ese conjunto de factores me llevó muy pronto a explorar e interesarme por el mundo jurídico”, puntualiza.

Pilar Fernández Bozal. (Foto: EY)

Por otra parte, “enseguida la visualicé como una profesión con aspectos muy diversos y de mucho potencial, uno de ellos, su importante carga social, al tratarse de una disciplina que tanto permite ayudar a resolver multitud de cuestiones trascendentes para el individuo, como ofrece la posibilidad de trabajar para la comunidad con un mejor conocimiento de causa, lo cual es profundamente gratificante”.

Por último, Fernández Bozal no se anda con rodeos a la hora de citar varios nombres propios que mancaron su carrera profesional. “Fundamentalmente, recuerdo dos grandes profesores: en Derecho civil el Dr. Alfonso Hernández Moreno y en Derecho administrativo, el Profesor Juan Carlos Maresca, ambos con un magisterio muy brillante e inspirador; marcaron de manera importante mis preferencias”, concluye la socia de EY Abogados.

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