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Estilo de Vida

Cómo hacer limpieza de armario tras el verano: descubre cuatro métodos efectivos para deshacerte de ropa

Aquí tienes una serie de 'tips' fundamentales para aprender a decidir qué ropa merece quedarse y qué prendas es hora de dejar ir

(Imagen: E&J)

Sara Zarzoso

Redacción E&J




Tiempo de lectura: 3 min

Publicado




Estilo de Vida

Cómo hacer limpieza de armario tras el verano: descubre cuatro métodos efectivos para deshacerte de ropa

Aquí tienes una serie de 'tips' fundamentales para aprender a decidir qué ropa merece quedarse y qué prendas es hora de dejar ir

(Imagen: E&J)



No hay nada que de más pereza que, una vez terminado el verano, tener que hacer el «temido» cambio de armario. Ese odiado momento en el que tenemos que empaquetar todas aquellas prendas que tanta alegría y satisfacción nos han dado durante los calurosos meses de julio y agosto, para dar paso a la ropa de abrigo y oficina, que en los mejores casos es algo colorida. Eso, si queremos tener espacio en el armario, porque bien podríamos dejar para el fondo de los cajones aquellas cosas que no nos vamos a poner en al menos un año, aunque no hagan más que ocupar espacio.

Una vez que hemos reunido el valor necesario para realizar la tediosa tarea de empaquetar y guardar debajo de la cama aquellas prendas que, seamos sinceros, no volveremos a necesitar hasta el próximo año, nos enfrentamos a un nuevo desafío: decidir qué cosas queremos conservar y cuáles estamos dispuestos a donar, puestos a hacer un hueco más en nuestro armario, a fin de poner punto y final al Síndrome de Diógenes que tanto caos y estrés nos está generando.



Con el fin de ofrecer algo de orden en nuestro ropero, sendos de expertos han ido recopilando a lo largo de los años una serie de tips fundamentales para aprender a decidir qué ropa merece quedarse y qué prendas es hora de dejar ir. A continuación, te presentamos cuatro enfoques que te ayudarán a enfrentar el cambio de temporada con éxito:

1. Método KonMari

Popularizado por la experta japonesa Marie Kondo, el método KonMari se basa en la idea de conservar solo aquello que realmente nos hace felices. El proceso comienza sacando toda la ropa del armario y amontonándola en un solo lugar. Luego, se toma cada prenda en las manos y se pregunta: «¿Esto me hace feliz?» Si la respuesta es no, es momento de dejarla ir. Este método no solo ayuda a reducir la cantidad de ropa que acumulamos, sino que también nos permite quedarnos con aquellas piezas que realmente apreciamos y usamos.

2. Método de las tres cajas

Este método es práctico y sencillo. Para comenzar, necesitarás tres cajas o bolsas grandes. La primera será para las prendas que deseas mantener, la segunda para aquellas que estás dispuesto a donar, y la tercera para lo que debe ser desechado. A medida que revisas cada prenda, decide en qué caja debe ir. Las prendas que mantienes deben ser aquellas que te pones con regularidad o que tienen un valor sentimental. Las que no te has puesto en un año, pero aún están en buen estado, pueden ser donadas. Finalmente, las piezas que están en mal estado o que ya no son usables deben ser desechadas.



3. Método del perchero invertido

Este método es ideal para aquellos que no están seguros de qué ropa realmente usan. Al comienzo de la temporada, cuelga todas tus prendas en el armario con las perchas mirando hacia afuera. A medida que uses una prenda, vuelve a colgarla, pero esta vez con la percha en la dirección correcta. Al final de la temporada, las prendas que aún estén colgadas con la percha invertida son aquellas que no has usado y, por lo tanto, probablemente no necesites mantener en tu armario.

4. Método del Proyecto 333

Este método, creado por Courtney Carver, se basa en la idea del minimalismo. La propuesta es elegir 33 prendas para usar durante tres meses, incluyendo ropa, accesorios y zapatos. Al limitarte a estas 33 piezas, aprendes a mezclar y combinar lo que tienes, descubriendo así que menos es más. Al finalizar los tres meses, revisa cómo te sentiste con la selección y considera reducir aún más tu guardarropa permanente, quedándote solo con lo esencial.

Ahora bien, ¿estás dispuesto a sacrificar esa ropa que ya no te pones? ¿Realmente crees que merece la pena seguir acumulando prendas que solo ocupan espacio? Piensa en cuántas personas podrían agradecer usar aquello que tú ya no necesitas. Olvídate de los ‘por si acaso’ y sé honesto contigo mismo: si algo no lo has usado en un año, debe ser desechado. Si te arrepientes, ya te podrás comprar algo mejor el próximo verano, pero ahora, hazte un favor y haz hueco en tu armario.