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Estilo de Vida

Cuatro ciudades para visitar en Tierra Santa esta Navidad

Jerusalén, Belén, Nazaret o Haifa albergan algunos de los lugares más importantes de la historia del cristianismo

Panorámica de Jerusalen (Foto: E&J)

Tiempo de lectura: 7 min

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Estilo de Vida

Cuatro ciudades para visitar en Tierra Santa esta Navidad

Jerusalén, Belén, Nazaret o Haifa albergan algunos de los lugares más importantes de la historia del cristianismo

Panorámica de Jerusalen (Foto: E&J)



Las fiestas navideñas resultan un momento propicio para hacer un viaje que se diferencie un poco de lo que se suele hacer en verano, aunque nunca esté mal ir a algún destino de playa en diciembre huyendo el frío. Dentro de los destinos especiales hay uno que está cargado de simbolismo y que con toda seguridad no les va a dejar indiferentes: Tierra Santa.

Situada entre tres continentes (Europa, Asia y África) y sitio de culto de las tres grandes religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo e islamismo), tiene más lugares sagrados y con mayor carga simbólica que ninguna otra parte en el mundo.



A continuación, les recomendamos cuatro ciudades para visitar y que van a ser de su interés independientemente de si su viaje tiene una motivación religiosa o si lo que le conmueve es estar en un paraje en el que se ha moldeado la historia.

Belén

Belén es sin duda la ciudad más famosa del mundo para vivir la Navidad ya que fue allí donde, según la Biblia, nació Jesús de Nazaret. Esta ciudad se encuentra en la actualidad en Palestina, no en Israel. Esto no debe echarnos atrás porque, pese a las restricciones impuestas por las autoridades israelíes al movimiento en la frontera con Palestina, el viaje a esta ciudad desde Jerusalén no presenta ninguna complicación y se puede hace en autobús o taxi desde la Puerta de Damasco de Jerusalén.

Iglesia de la Natividad y Plaza del Pesebre. (Foto: Google)



En esta ciudad no se puede dejar de ver la Iglesia de la Natividad donde según la creencia cristiana allí nació Jesucristo. Una estrella de plata marca el lugar exacto del nacimiento de Jesús, a cuyo lado se descubre el pesebre donde se recuerda la adoración de los magos. Ya que estamos en este templo no hay que dejar de buscar las cuevas de San Jerónimo, en las que hay una pequeña capilla dedicada a los Santos Inocentes, los niños a los que mandó matar Herodes.

Ya que se visita esta Iglesia, no dejemos de dar una vuelta por la Plaza del Pesebre, en la que podemos tomar el pulso de la ciudad y tomar un café o alguno de los extraordinarios dulces típicos de la zona.

En Belén se puede encontrar la Gruta de la Leche, lugar donde la tradición indica que la Virgen amamantó al Niño Jesús en su huida a Egipto. Tiene una iglesia en la que hay un polvo blanco extraído de las paredes del santuario que se supone que estimula la fertilidad de las mujeres.

Aldea de Beit Sahur. Foto: Google)

A tres kilómetros de Belén está la aldea de Beit Sahur y en ella el Campo de los Pastores, que recibieron aquí la noticia del nacimiento de Jesús de boca de un ángel, según relatan las Escrituras. Allí encontramos una iglesia franciscana moderna que recuerda la efeméride y que está adosada a unas ruinas bizantinas y a otra iglesia greco-ortodoxa.

Nazaret

Nazaret se encuentra a dos horas de Tel Aviv, en el corazón de la Baja Galilea, y es la ciudad israelí con un mayor porcentaje de población árabe. Sin embargo, es un enclave de gran importancia para el cristianismo ya que puede ser considerada la cuna de esta religión. Según los evangelios, Nazaret fue la ciudad donde Jesús pasó su infancia y donde la Virgen María recibió la visita del Ángel Gabriel. Gracias a ello, Nazaret está llena de templos que veneran estos acontecimientos.

Basílica de la Anunciación. (Foto: Google)

Uno de ellos es la Basílica de la Anunciación, el lugar donde el arcángel San Gabriel anunció a María la llegada de Jesús. Lo que se puede visitar hoy es una iglesia de gran tamaño y aspecto moderno construida en 1969 sobre los restos de una antigua iglesia bizantina. Hay restos arqueológicos que evidencian que ha sido un lugar de culto y peregrinación desde los primeros siglos de nuestra era.

Gruta de la Anunciación. (Foto: Google)

Visitar la Basílica merece la pena no solo por su santidad, sino porque el templo es impresionante. En el patio exterior se exponen varios mosaicos de vírgenes de todas partes del mundo.

Interior de la iglesia de San José. (Foto: Google)

Cerca de la Basílica de la Anunciación está la Iglesia de San José, construida sobre el taller en el que José de Nazaret, esposo de la Virgen María, enseñó a Jesús el oficio de carpintero. También es interesante la Iglesia Sinagoga, levantada sobre la antigua sinagoga judía en la que Jesús rezó y se declaró el Mesías. Una vez se han recorrido estos tres templos, hay que disfrutar del centro histórico de Nazaret, y sobre todo la Villa de Nazaret, un museo al aire libre en el que diversos actores representan cómo era la vida en la ciudad en la época de Jesús. Hay algunos restaurantes en los que se pueden degustar sorprendentes menús bíblicos.

Para aquellas personas que tengan tiempo y deseen conocer otros lugares que no tengan que ver exactamente con el nacimiento del Mesías, pero sí con su vida, hay una ruta que parte de Nazaret y que, con una extensión de 62 kilómetros, finaliza en el mar de Galilea y sigue los pasos de Jesús desde que abandonó Nazaret para predicar su palabra.

Lo primero que encontraremos será el Monte del Precipicio, donde los nazarenos trataron de arrojar a Jesús cuando empezó a predicar en la sinagoga. El siguiente punto es el Monte Tabor, donde tuvo lugar la Transfiguración de Jesús, el Monte de las Bienaventuranzas, hasta llegar hasta Cafarnaúm, a orillas del mar de Galilea, donde acontecieron la mayor parte de los milagros atribuidos a Jesucristo.

Vista panorámica de Haifa. (Foto: Google)

Haifa

Esta ciudad no tiene monumentos tan estrechamente ligados a la Navidad como las anteriores, pero sí con hechos de la vida de Jesús y su familia, en especial con su marcha a Egipto para huir del edicto de Herodes y su posterior regreso a la muerte del monarca. Para hacer el recorrido de regreso, lo ideal sería ir por Gaza, pero eso es ahora imposible por el cierre de las fronteras de Palestina.

En la ciudad de Haifa se puede visitar la Cueva de Elías, situada en lo más alto del Monte Carmelo. Sobre la gruta del profeta se levanta el monasterio Carmelita Stella Maris, y en ella se sostiene que la Sagrada Familia descansó en su camino de regreso del Sinaí a Nazaret. Por lo demás, Haifa, mosaico de credos, encierra un barrio cristiano con numerosas iglesias y cierto bullicio, que brillan especialmente en Navidad.

Jerusalén

En principio esta ciudad no tiene mucho que ver con la Navidad y está más relacionada con la muerte de Jesús. Sin embargo, no es muy entendible ir a este país y no visitar la que, desde el punto de vista histórico y religioso, es una de las ciudades más importantes del mundo.

Los judíos consideran esta ciudad como sagrada porque en ella se encontraba el Templo de Salomón, del que solo queda el Muro de las Lamentaciones y donde se guardaba el Arca de la Alianza o el candelabro de los siete brazos, y por haber sido fundada por el rey David.

Muro de las Lamentaciones. (Foto: Google)

Los musulmanes acuden hasta este rincón de Tierra Santa por ser el tercero más sagrado de su culto, después de La Meca y Medina, ya que también consideran como profetas a Abraham, Salomón y Jesús, aunque lo más importante para ellos es que fue en esta ciudad donde Mahoma ascendió a los cielos ayudado por el Ángel Gabriel para que Dios le entregase la orden de rezar cinco veces al día. Uno de sus lugares sagrados es la mezquita al-aqsa.

Mezquita de al-aqsa. (Foto: Google)

Sin embargo, es el cristianismo la religión que conserva más lugares de culto en Jerusalén. En esta ciudad fue donde tuvieron lugar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. La ruta por la ciudad comienza en el Monte de los Olivos, desde donde se observa su mejor panorámica y el lugar en que Jesús acudía frecuentemente a orar. Caminando desde allí a la ciudad vieja se pasa por el Huerto de Getsemaní, donde Jesús se encontraba orando antes de ser apresado para ser juzgado. De hecho, la roca en la que se arrodilló para rezar se conserva como reliquia en la cercana Iglesia de Todas las Naciones.

Vía Dolorosa. (Foto: Google)

Cerca de la Iglesia de la Flagelación comienza la Vía Dolorosa, las 14 estaciones de la Pasión y Muerte de Cristo, que concluyen en la Basílica del Santo Sepulcro. Custodiada por católicos, ortodoxos y armenios, es el santuario cristiano más importante del mundo, levantado sobre el Monte Gólgota en el que Jesús fue crucificado y sepultado.

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