De Suiza a Cantabria, un verano diferente: Delia Rodríguez comparte su verano con E&J

Queridos lectores,

Para quien no me conozca, soy Delia Rodríguez, abogada de familia e infancia y CEO de la firma legal Vestalia Abogados.

Como anticipa el título de mi artículo, el presente ha sido un verano distinto a los últimos, por muchos motivos.

En primer lugar, he iniciado mis vacaciones más tarde que otros años. La mayor parte del mes de agosto he estado teletrabajando, cubriendo las vacaciones de otros compañeros de nuestro despacho. Afortunadamente, el hecho de estar compuestos actualmente por nueve integrantes nos ha permitido turnarnos en parejas para no perder oportunidades de negocio y atender telemáticamente las urgencias que pudieran presentarse.

Si bien cambiar “las vistas” de la oficina ayuda (y mucho), no menos cierto es que este periodo ha sido intensísimo de trabajo y no exento de múltiples conflictos familiares que no podían esperar a septiembre. Como dato, hemos vivido el agosto con mayor número de nuevas consultas de los últimos diez años.

Por suerte, como decía, he podido ir cambiando la ubicación de mi espacio de trabajo, comenzando por Suiza. Ginebra es una ciudad que me produce mucha paz y tranquilidad, por lo que combinar las jornadas laborales con largos paseos alrededor del lago Lemán, acompañada de mi perra Cova, han sido la forma perfecta de empezar a desconectar. Además, ha coincidido que han sido por esas fechas “la grande fete du petit lac”, por lo que había un ambiente especialmente divertido.

(Imagen: Delia Rodríguez)

Posteriormente, asenté mi despacho en la bonita Galicia, en una acogedora casa de campo situada en medio de una aldea sin apenas turismo. El lugar perfecto donde poder trabajar a la par que exploraba junto a la familia los secretos gastronómicos de la zona (que nunca defraudan) y hacíamos senderismo. En esta etapa, continuamos ateniendo consultas legales y, además, coordinamos dos asistencias letradas a víctimas de violencia de género.

El siguiente destino, desde el que continúe trabajando, fue Cádiz, sin duda, uno de mis lugares de culto dentro de España, por sus increíbles puestas de sol y sus extensas playas, entre otros muchos motivos. Otra razón por la que este mes no fue igual que otros agostos, es que no comí nada de atún rojo (al final os cuento por qué).

Aquí, además de al trabajo jurídico, destiné gran parte de mi jornada a un proyecto muy especial relacionado con la infancia y que verá la luz a principios de octubre 2024.

Y, por fin, a finales de agosto pude dar comienzo a mis verdaderas vacaciones durante las cuales, siendo sinceros, la desconexión total ha sido muy complicada (prueba de ello es que me encuentro ahora mismo redactando estas líneas para mis amigos de Economist & Jurist). Además, como os compartía, he tenido que seguir dedicando tiempo a esta iniciativa tan especial de la que muy pronto tendréis noticias.

Comencé destinando unos días a disfrutar de un paraíso hasta ese momento desconocido para mí: la montaña palentina.

(Imagen: Delia Rodríguez)

Extensas rutas a lo largo de parajes impresionantes, siestas divisando el Pantano de Camporredondo y experiencias de campo inolvidables disfrutando de la naturaleza y los animalillos de granja, muchos de los cuales acaban de tener crías. El tercer motivo por el que este es un verano peculiar es que, aunque quise, no pude ascender al pico “curavacas” (2500 m.s.n.m.), por las razones que luego os confesaré.

El cuarto motivo que marca la diferencia de estas vacaciones, es que mis siestas han sido más frecuentes que en otros veranos. Y qué mejor lugar para descansar por las noches que mi segundo destino vacacional, Cantabria (la tierruca), una zona que permite huir del calor y que ofrece muchas opciones de rutas de montaña y visitas a pueblos con encanto.

Desde aquí, exprimo los días de vacaciones que restan a la par que acumulo ilusión para los nuevos proyectos que están por venir. Y, aunque tengo varios que estoy deseando anunciar, sin duda, el más importante de ellos es que en tres meses voy a ser mamá de una niña (todavía estamos debatiendo el nombre).

No me cabe duda de que será “el gran reto” de mi vida, por lo que se hacía necesario un verano diferente, más tranquilo y también más inspirador … Lo que significa, y así lo puede aseverar quien me conoce, que pronto arrancaré con nuevos proyectos profesionales que no dejarán indiferente a nadie.

¡Bienvenidos al nuevo curso judicial!

Gracias de parte de Economist & Jurist

Queridos lectores y colaboradores, queremos agradeceros todos vuestros #RelatosDeVerano, de los que hemos podido disfrutar durante estas semanas del periodo estival: ¡lo hemos pasado en grande!

Y que no os quepa duda, ya esperamos con ansias los relatos del año que viene: ¡gracias!