El exclusivo helado japonés cuya porción sobrepasa los 5.000 euros

Uno de los postres más consumidos en el mundo es el helado. Numerosos países son conocidos por su cuidada elaboración a la hora de producirlos como, por ejemplo, Italia o Argentina. El sabor es uno de los aspectos más importantes de este alimento por lo que, dependiendo de la marca, su precio puede llegar a cifras estratosféricas. Japón ha conseguido vender el helado más caro del mundo con un precio de 6.239 euros la porción.

Byakuya es el nombre que recibe el alimento, lo que se traduce como noche blanca, y ha sido premiado con la denominación de ser el más caro por Guinness World Records ya que se consiguió vender por 7.000 dólares.

El helado se entregará al consumidor en un empaquetado especial que permite su conservación para que no se derrita y, además, le acompañará un envase de vidrio y una cuchara metálica que ha sido confeccionada artesanalmente por artistas de Kioto. Cabe destacar que el utensilio está compuesto de los mismos materiales que se usan para la construcción de templos japoneses.

Los ingredientes

Noche Blanca (Foto: Vacations & Travel)

Para llegar a su increíble y único sabor, los encargados de inventar el helado más exclusivo del mundo tardaron más de un año en dar con la fórmula exacta que mezclase las cantidades idóneas para deleitar y proporcionar una experiencia placentera al paladar.

El objetivo de Cellato, la marca japonesa que creó el helado, era dotar a un postre tan popular un elemento diferenciador como es el lujo. Para ello tuvieron que adquirir y entablar una relación equilibrada entre alimentos europeos de gran calidad junto con la comida tradicional nipón.

El helado posee en su receta secreta una gran cantidad de ingredientes caros por su exclusividad y dificultad de obtención. Destaca el uso de la trufa blanca que son autóctonas de varias regiones de Italia y que tienen un precio de 15.000 euros por kilogramo, aproximadamente.

Noche Blanca (Foto: CNN)

Asimismo, está acompañado de incienso de ginjo que aportan un toque de dulzura sin empalagar al sabor y se complementa perfectamente con la trufa blanca, que es popularmente conocida como los diamantes blancos. El oro forma parte de la receta ya que se emplea para impresionar en su presentación al consumidor y resulta reseñable por ser comestible.

La base del postre se cocina con queso parmesano reggiano y, al tratarse de un producto japonés, se funde con skekasu que es un alimento que se consigue de las lías de sake.

Actualmente, solo se puede adquirir en el país conocido por sus luces de neón, su estética particular y su amor por el anime. Si el negocio resulta rentable, la empresa se planteará expandir sus horizontes hacia otros países.