El Sendero de los Sentidos, una ruta mágica en España
Tenerife posee uno de los recorridos más insólitos del mundo
El Sendero de los Sentidos (Foto: CanariasViaja.com)
El Sendero de los Sentidos, una ruta mágica en España
Tenerife posee uno de los recorridos más insólitos del mundo
El Sendero de los Sentidos (Foto: CanariasViaja.com)
Tenerife es una isla conocida por ser un destino idílico para cualquiera que aún no haya pisado sus tierras. Las playas, el ocio, la rica gastronomía y el clima son los aspectos más conocidos por los turistas que acuden al lugar. Pero, como cualquier otro sitio, Tenerife esconde una infinidad de secretos esperando a ser descubiertos por los visitantes más intrépidos y curiosos. El Sendero de los Sentidos es un recorrido por el nordeste de la isla que se caracteriza por la magia que le rodea.
La ruta se localiza en el Parque Rural de Anaga, concretamente en la zona conocida como Las Montañas. Cuenta con una extensión de más de 14 mil hectáreas y ocupa parte de los municipios de La Laguna, Santa Cruz de Tenerife y Tegueste. El itinerario tiene como objetivo transmitir tranquilidad a los visitantes a la vez que provoca una reflexión sobre la armonía de la naturaleza y el ser humano.
Destaca que el sendero transita un camino real que, en la antigüedad, unía los pueblos de Anaga con la ciudad de La Laguna. El recorrido ha sido recuperado y habilitado para que las personas puedan disfrutar de una ruta con historia que va desde la Cruz del Carmen hasta el Mirador del Llano de Los Loros. Es reseñable mencionar que es apto para personas con discapacidad motora o sensorial.
Curiosidades de la ruta
El curioso nombre del camino se debe a que sus características y elementos provocan sensaciones que se pueden percibir gracias a los sentidos humanos. El itinerario posee una gran cantidad de aromas, colores, sonidos y texturas que aportan magia a la experiencia.
El nivel de dificultad del sendero es bajo y se puede realizar con niños. Tiene tramos con desniveles de hasta 100 metros y el recorrido es de 1,5 kilómetros que, además, se puede completar en 45 minutos.
Existe cierta polémica por denominarlo sendero o ruta entre los senderistas ya que, debido a sus condiciones, resulta más un paseo cargado de nostalgia y elementos sensoriales que hacen disfrutar a los turistas, que un recorrido por el que retarse a uno mismo.
Los empleados del lugar recomiendan hacerlo en silencio para disfrutar al máximo de las sensaciones que brindan todos los elementos que forman el sendero. Su carácter didáctico está presente en cualquiera de sus rincones ya que los visitantes encontraran señales con pictogramas de una nariz, un ojo, una oreja y una mano para indicar qué sentido emplear en el lugar. Destacan las estructuras creadas para admirar el paisaje y los cantos de las aves.