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Estilo de Vida

Elena Marcos, directora de comunicación del bufete Mas y Calvet, comparte su ‘verano infinito’

"Los amores de verano siempre serán eternos en nuestra memoria"

(Imagen: Cesión propia)

Tiempo de lectura: 3 min

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Estilo de Vida

Elena Marcos, directora de comunicación del bufete Mas y Calvet, comparte su ‘verano infinito’

"Los amores de verano siempre serán eternos en nuestra memoria"

(Imagen: Cesión propia)



Me llamo Elena Marcos, soy periodista de formación y de vocación. Soy directora de comunicación en el bufete Mas y Calvet, y pertenezco a la Junta directiva de Petec, donde soy vocal de comunicación, y gestiono también la comunicación de Alma y Talento y Trentia.

Toda mi vida he trabajado en consultoría y desde hace más de una década me dedico a la estrategia digital y a la comunicación corporativa, siempre desde la base de la importancia de la cultura organizacional. Mis dos pasiones favoritas son leer y escribir. Para mí es un placer enviar mi relato a Economist & Jurist, para poner guinda a un verano cálido y relajante.



El verano infinito

Sonaba de fondo la canción del Dúo Dinámico, El final del verano, en el chiringuito de los náufragos, en Los Boliches, Fuengirola (Málaga), donde he veraneado durante más de 40 años con mi familia. Debía de tener 8 años. Mis padres tatareaban la canción, les encantaba el Dúo Dinámico, se miraban con devoción mientras entonaban la letra. Me fijé en lo que decía por primera vez a esa tierna edad, me pareció tan romántica, un himno a los amores de verano… La música, siempre presente en nuestras vidas, marcaba el preludio de algo que se acaba y la vuelta a casa, a la rutina, al colegio de monjas, a mis queridas mercedarias y a Madrid.



Al cabo de los años, en el verano de mis 17 años, conocí el amor de verano, que a veces dura todo un año y que siempre será eterno en nuestra memoria por lo inocente, fugaz y bello. Leía Rayuela, de Julio Cortázar, en la playa y me enamoré de un sevillano de Los Remedios (un barrio de Sevilla), encantador, gran lector y melómano.

Mi banda sonora de aquel estío de los 17 años fue la canción de Danza Invisible, El fin del verano. Sonaba trágica y nostálgica como corresponde al final de algo que es eterno mientras dura. Ese libro y esa canción, con otra de Hombres G, Te quiero, marcaron ese precioso e inolvidable verano.



“El fin del verano siempre es triste

Aunque entre las mantas

Pueda hablar de amor

El cielo beige el cielo gris

Oler castañas y entre el humo

Heredar el calor”

Mis veranos en el mar mediterráneo han sido siempre mágicos: sal en la piel; un libro entre las manos; libertad; vida al aire libre; familia; caminatas; paseos en bicicleta; pandilla; mis amigas, que aún lo son muchas décadas después; atardeceres dorados; un cielo azul infinito; y unas nubes que parecen sacadas de un cuento.

(Imagen: E&J)

Este verano ha sido infinito, aun siendo breve el descanso que me he tomado. Lo he saboreado como cuando era una niña, con intensidad, como aquel verano de los 17 años, dándole valor al tiempo, ese tesoro incalculable, sin medirlo, sólo disfrutando cada instante, sin ser su esclava. Saboreando cada conversación con mis seres queridos, estando presente de verdad, siendo consciente de lo afortunada que soy, escribiendo por placer, sin mirar una pantalla constantemente (es lo que tiene trabajar en el mundo digital).

Leyendo a Rafael Narbona, Maestros de la felicidad, he vuelto a aquel curso de COU, a la filosofía. Es un regalo este libro. No dejéis de leerlo.

Como dice Narbona, la vida intelectual no es una huida de la realidad, sino una forma de vivir más intensa.

El ser humano es una máquina de sueños. Su poder creador trasciende la muerte. (En el capítulo dedicado a Leonardo da Vinci).

Yo, como el escritor, si tuviera que salvar una palabra sería sin duda la esperanza y como él espero que las páginas de su libro contribuyan a preservarla y a menoscabar todo lo que conspira contra ella.

El mar, el sol en nuestra cara, el viento a nuestro alrededor, un buen libro entre las manos, tener tiempo y estar bien rodeados, es ser ricos. Hay esperanza.

Comparte con Economist & Jurist tus planes y recomendaciones para este verano

Queridos lectores y colaboradores, en Economist & Jurist queremos invitaros a formar parte de una iniciativa especial de verano, compartiendo con nosotros vuestras experiencias, recomendaciones y momentos destacados de esta estación tan esperada.

Nos encantaría que nos recomendaseis vuestras mejores experiencias veraniegas: libros, películas y series, ese lugar espectacular al que habéis ido, viajes, rutas, restaurantes…

Mándanos un correo con tu historia a relatosdeverano@economistjurist.es y la publicaremos en Economist & Jurist.