¿Eres más atractivo que tu pareja? Probablemente vuestra relación termine
La hipótesis del emparejamiento selectivo por Elaine Walster demuestra que la apariencia física determina la duración de las parejas
(Imagen: E&J)
¿Eres más atractivo que tu pareja? Probablemente vuestra relación termine
La hipótesis del emparejamiento selectivo por Elaine Walster demuestra que la apariencia física determina la duración de las parejas
(Imagen: E&J)
¿Qué es lo que realmente nos atrae hacia una persona? ¿Cómo decidimos quién es nuestra pareja ideal? Y, lo más intrigante, ¿existen personas fuera de nuestro alcance? Estas preguntas generan un gran interés, y aunque todos tendemos a admirar la belleza física, la realidad nos muestra que las relaciones exitosas se forman entre personas de diversas características.
A pesar de la atracción natural hacia la belleza convencional, vemos parejas de todos los tipos disfrutar de relaciones satisfactorias. Esta observación podría explicarse con la hipótesis del emparejamiento selectivo de Elaine Walster, una psicóloga social pionera en el estudio de las relaciones humanas.
Walster propuso que tendemos a emparejarnos con personas que percibimos como similares a nosotros en términos de atractivo físico. Esta teoría sugiere que buscamos un equilibrio en nuestras relaciones, donde la igualdad en el atractivo facilita la conexión y la compatibilidad.
La apariencia física tiene un impacto significativo en la manera en que somos percibidos y tratados. Las personas atractivas suelen recibir juicios más positivos y se les atribuyen cualidades favorables, como amabilidad y competencia, incluso sin conocerlas. Estudios han demostrado que niños atractivos reciben trato más indulgente y optimista, mientras que los adultos atractivos pueden enfrentarse a penas más ligeras por delitos comparables a los de personas menos atractivas.
Walster llevó a cabo un experimento en 1966 con más de 700 jóvenes, emparejándolos aleatoriamente para un baile. Los participantes calificaron a sus parejas y, seis meses después, se hizo un seguimiento para ver quiénes seguían juntos. Los resultados mostraron que las personas más atractivas recibieron mejores calificaciones, independientemente de la similitud con sus parejas. Sin embargo, a los seis meses, las parejas más similares en atractivo eran las que más probabilidades tenían de continuar juntas.
La clave parece residir en la duración de la interacción. En encuentros breves, como un baile, el atractivo físico es predominante. Sin embargo, en relaciones más largas, la similitud en el atractivo juega un papel crucial. Un estudio de 1971 replicó el experimento inicial, permitiendo a los participantes conocerse previamente. En esta ocasión, las parejas similares en aspecto físico mostraron una mayor atracción mutua desde el principio.
¿Por qué tendemos a buscar parejas de atractivo similar? Una explicación podría ser el miedo al rechazo. Nos ajustamos a lo que creemos que podemos ofrecer, evitando el riesgo de ser rechazados por alguien que consideramos fuera de nuestro alcance. En un estudio de 1973, Huston observó que cuando la probabilidad de rechazo era eliminada, los participantes elegían parejas más atractivas que ellos mismos.
Aunque la causa exacta del emparejamiento selectivo aún no está completamente clara y requiere más investigación, es evidente que el miedo y la baja autoestima pueden limitar nuestras opciones. Si logramos superar estas barreras, podríamos descubrir nuevas y emocionantes oportunidades en nuestras relaciones.
La atracción y la elección de pareja son temas complejos que van más allá de la mera apariencia física. Aunque la belleza puede abrir puertas, la similitud y la compatibilidad son cruciales para la durabilidad de una relación.