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Estilo de Vida

Hábitos para evitar la fatiga

La energía de cada uno depende de sus hábitos de vida. Tener costumbres saludables es la mejor medicina para evitar que sufrir agotamiento mental y físico

(Foto: E&J)

María González Villasevil

Redacción editorial E&J




Tiempo de lectura: 3 min

Publicado




Estilo de Vida

Hábitos para evitar la fatiga

La energía de cada uno depende de sus hábitos de vida. Tener costumbres saludables es la mejor medicina para evitar que sufrir agotamiento mental y físico

(Foto: E&J)



El cansancio puede convertirse en nuestro peor enemigo. Nos invade y nos impide desarrollar con normalidad tareas diarias. El origen de esa fatiga pueden ser causas puntuales, por lo que no habría que preocuparse mucho si finalmente esa sensación cesa. Pero en caso de que se alargue en el tiempo, entonces, la situación es más preocupante.

La energía que cada uno tiene depende de sus hábitos de vida. Tener costumbres saludables es la mejor medicina para evitar que sufrir agotamiento mental y físico. Algunas de las mejores recomendaciones que seguir si queremos tener un buen rendimiento son:



Practica ejercicio físico

Plantearse unos propósitos saludables es una buena manera para comenzar a desarrollar hábitos correctos contra la fatiga. Hacer ejercicio físico aporta beneficios a largo plazo, aunque al principio parezca que nos agota más. También fortalece la resistencia al cansancio y ayuda a concentrarnos mejor.



Tener objetivos que cumplir diariamente sirve como estímulo externo para motivarnos en nuestro cada mañana. Además, el ejercicio físico esta demostrado científicamente que, ayuda a combatir la ansiedad y es la mejor medicina contra el estrés y los malos pensamientos. Llena la sensación de vacío que pueden ocasionarnos situaciones desagradables con las que lidiamos a diario y nos causan fatiga mental (problemas en el trabajo, en los estudios, con nuestra pareja o amigos, etc.).

«El cansancio puede convertirse en nuestro peor enemigo» (Foto: E&J)



Límites con la tecnología

Las redes sociales nos roban mucho tiempo y energía. En vez estar tanto tiempo con la mirada puesta en la pantalla de nuestro dispositivo electrónico podemos invertirlo en cosas más importantes que nos reconforten a nivel personal.

Las publicaciones que comparten en las redes los usuarios y que vemos hacen que comparemos nuestras vidas con las de los demás, deseando tener su estilo o calidad de vida. Esta envidia, poco sana, acaba haciendo que aparezca en nosotros mismos la sensación de carencias afectivas y autoestima baja. Es decir, provoca cansancio emocional. Por eso, es importante poner límites en el uso que hacemos de las redes, estableciendo un tiempo máximo diario dedicado a navegar en la red o, directamente, desinstalando las aplicaciones.

Priorízate

Cuidarse a uno mismo no es un acto de egocentrismo como muchos pueden creer. Al contrario, es un acto de amor propio necesario que todo el mundo debería practicar más a menudo. A veces intentamos dar lo mejor de nosotros a los demás y se nos olvida que no podemos dar todo al resto y nada a uno mismo. Reserva tiempo para ti e inviértelo en cosas que te hagan feliz.

«Las redes sociales nos roban mucho tiempo y energía» (Foto: E&J)

Alimentación saludable

Comer sano es fundamental para evitar que el cansancio se adueñe de nuestra vida. Los alimentos que tomamos a lo largo del día son la fuente de energía de nuestro cuerpo para funcionar. Una alimentación saludable ayudar a un mejor rendimiento. El desayuno, es la primera comida del día y la más importante, por lo que hay que intentar tomar todos los nutrientes que necesitamos para no fatigarnos: carbohidratos, proteínas y fibras.

El resto del día sigue aportando comida sana a tu cuerpo. Evita consumir comida basura ya que incrementará la sensación de cansancio. Y mantente hidratado. Es muy importante beber mucha agua.

Descansa

Respeta los horarios de descanso que te pide tu cuerpo, los necesita. Lo más conveniente es dormir entre 7 y 9 horas diarias. Debes mantener un tiempo de sueño constante, es decir, ni quedarse corto en las horas que duermes, ni excederse haciéndolo. Al contrario de lo que se cree, cuanto más dormimos no nos sentimos más descansados, sino todo lo contrario.

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