La joya más cara del mundo está maldita
El diamante Hope tiene un valor de 300 millones de euros y sus 24 dueños han muerto trágicamente
Diamante Hope (Foto: El Arte de la Orfebrería y Joyería)
La joya más cara del mundo está maldita
El diamante Hope tiene un valor de 300 millones de euros y sus 24 dueños han muerto trágicamente
Diamante Hope (Foto: El Arte de la Orfebrería y Joyería)
Las joyas son un complemento del sector de la moda que, desde los anales de la historia, han tenido una función social para destacar el estatus y el estilo de la población. El valor de este tipo de piedras preciosas puede llegar a cifras desorbitadas debido a su pureza o rareza. La más cara y valiosa del mundo es el diamante Hope que cuenta con un valor de 300 millones de euros y una maldición sobre la persona que lo tenga.
Su descubrimiento fue, aproximadamente, en el año 1.400 en el río Kistna en la India. La leyenda popular cuenta que la joya preciosa tiene una maldición ya que pertenece a la estatua de la diosa Sita y, al ser robada y extraída del templo, la furia divina caería sobre el individuo que la poseyera.
El primer dueño conocido fue el comerciante francés Jean-Baptiste Tavernier que recorrió el país asiático en búsqueda de piedras preciosas. En su expedición compró a un lugareño el diamante maldito que llevó a París para exhibirlo. El rey de Francia Luis XIV lo compró por 147 kilos de oro y se convirtió en el Diamante Azul de la Corona. Tavernier adquirió una fortuna con tal venta, pero la maldición hizo efecto y, en poco tiempo, se declaró en bancarrota y murió en Rusia de frío. Su cuerpo fue devorado por unos perros salvajes.
Las desgracias de sus dueños continuaron por el resto de los siglos. Se han estimado 24 víctimas mortales que alguna vez tocaron o conservaron la joya. Actualmente, ocho millones de personas visitan el diamante en el museo estadounidense que lo guarda con recelo.
Víctimas de la maldición
Varias personas de confianza pidieron al rey que les prestara la joya como, por ejemplo, el funcionario del gobierno Nicolas Fouquet que, más tarde, fue encarcelado por estafa y murió de hambre en la cárcel o la amante real Madame de Montespan que falleció repentinamente en 1707. Cabe destacar que, hasta entonces, Luis XIV no había tocado con sus manos el diamante hasta 1715 que, tras hacerlo, la gangrena acabó con su vida.
El sucesor de la corona, Luis XV, conocía la maldición y mandó guardarlo en un cofre y jamás lo miró ni tocó. El próximo en reinar fue Luis XIV junto con su esposa María Antonieta que no creían en cuentos de fantasmas y decidieron llevarlo en cada fiesta a la que acudían. Ambos murieron guillotinados.
A finales de la década de los 40, un joyero experto Harry Winston adquirió el diamante y lo regaló al Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian de Washington, Estados Unidos. El presidente del momento Eisenhower alertó a la institución de los peligros que le rodeaban y rechazaron la donación.
La entidad terminó por aceptar el diamante ya que los intereses económicos eran más fuertes que la supuesta leyenda que le perseguía. El cartero que trasladó la joya al museo perdió la vida atropellado, su mujer murió de un infarto y el perro de la pareja se asfixió con su propia correa. El joyero que entregó la piedra preciosa no pudo salvarse de la maldición ya que un inesperado ataque al corazón le arrebató su último aliento.