La procuradora Margarita Ribas vuelve en verano a su isla de la infancia: Menorca
La vicedecana del Colegio de Procuradores de Barcelona se pone en "modo isla" tras un año intenso
(Imagen: Ilustre Colegio de Procuradores de Barcelona)
La procuradora Margarita Ribas vuelve en verano a su isla de la infancia: Menorca
La vicedecana del Colegio de Procuradores de Barcelona se pone en "modo isla" tras un año intenso
(Imagen: Ilustre Colegio de Procuradores de Barcelona)
Queridos lectores, soy Margarita Ribas, procuradora de los tribunales y actualmente vicedecana del Ilustre Colegio de Procuradores de Barcelona.
Quizás sea extraño, pero siempre me produce vértigo la llegado del parón vacacional que se produce en el sector jurídico. Un mes entero inhábil es mucho. No es que no sea partidaria de la conciliación familiar y el derecho a la desconexión, pero las consecuencias de tener los procedimientos parados después de tanto esfuerzo durante todo el año judicial son difíciles de remontar y siempre faltan unos días para obtener resoluciones que nunca acaban de llegar en el momento oportuno para el cliente.
Por otro lado, y a nivel personal, llego exhausta, el intenso calor afecta a la energía, y ha sido un año intenso, tanto en el despacho como en la Junta de Gobierno: muchos frentes abiertos, mucha actividad normativa y el día a día colegial es exigente.
Pero una vez llegado el día 1 de agosto hay que ponerse en modo vacaciones. A mi particularmente me cuesta, aunque cambie de escenario y esté en uno de mis lugares preferidos (Menorca), necesito un par o tres de días para aterrizar y quedar en “modo isla” para poder disfrutar y saborear lo que a una le aporta estar en tu lugar de la infancia: recuerdos familiares de toda una vida con los que están y los que ya no están; el mar; el sol (en pequeñas dosis); y sobretodo el fumus boni iuris que me invade; aprovechar rincones de la isla que no son frecuentados.
No te das cuenta y toca volver a casa, ya que tengo una cita ineludible cada 12 de agosto, este es el segundo, compartir con amigos y familia una gran pérdida, rodeada de cariño que me conforta.
Y seguimos. Otro parón de días para pensar, leer y ver pasar las horas del día, ahora en la montaña, cambia el clima, el paisaje y la temperatura. Estoy en La Roca (al lado de Camprodon), en la provincia de Girona. Es un pueblo maravilloso, un pesebre… donde respirar el aire y disfrutar de la naturaleza verde.
Volviendo a Barcelona recomiendo una película, El Conde de Montecristo y Los niños de Winton. Propósitos para volver a empezar, observarse y medir el estado de ánimo, no siempre estamos felices en vacaciones y hay que escoger pequeñas dosis de actividades y personas, también animales, que me den paz.
Y en cuanto a lecturas para amenizar lo que queda de verano, sin duda recomiendo Hammet, de Maggie O’Ferrel, y La falacia de Montecarlo, de Eva Santana, una autora novel, pero ya consolidada con su tercera novela publicada.
En esta fecha, ya se asoma septiembre, vuelve el vértigo pero ahora al revés, será duro volver a empezar en 24 horas de 0 a 100; aunque queda aún un tramo de vacaciones en un sitio nuevo y por descubrir, Jávea, con personas a las que quiero, buscando el descanso del alma y una vez más la “terapia” de las conversaciones.
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