Los Bajos de la Dana: la iniciativa solidaria busca más ayuda para deshumidificar las viviendas damnificadas en Valencia
La organización de voluntarios, fundada por Marta Briz, alerta de la urgencia de los hogares afectados por la DANA y pide más ayuda ciudadana para devolverles la vida a los damnificados. "La gente vive en sus casas llenas de moho y duermen entre cartones o en sofás y camas mojadas"
(Imagen: Los Bajos de la Dana)
Los Bajos de la Dana: la iniciativa solidaria busca más ayuda para deshumidificar las viviendas damnificadas en Valencia
La organización de voluntarios, fundada por Marta Briz, alerta de la urgencia de los hogares afectados por la DANA y pide más ayuda ciudadana para devolverles la vida a los damnificados. "La gente vive en sus casas llenas de moho y duermen entre cartones o en sofás y camas mojadas"
(Imagen: Los Bajos de la Dana)
Han pasado tres semanas desde que arrasó la DANA en Valencia y todavía son miles los voluntarios que siguen ayudando cada día a reconstruir las zonas más afectadas. Existen muchas iniciativas que se están llevando a cabo para ayudar a los vecinos que, a día de hoy, siguen sin tener un hogar y una vida decente. Entre esas iniciativas está Los Bajos de la Dana, un proyecto solidario fundado y organizado por Marta Briz con la intención de ayudar a los damnificados de Valencia durante todo el proceso de reconstrucción de sus pueblos y hogares.
Marta Briz es una actriz que está emprendiendo con una agencia de viajes, Ally, sin embargo, al ver la urgencia de la situación en Valencia no dudó ni un segundo en dejar toda su vida a un lado y ayudar a los damnificados. Ella y otros cinco teleoperadores que van rotando, ya que son voluntarios que vienen y van, están instalados en una nave industrial en Valencia, atendiendo personalmente tanto a los donantes y voluntarios cómo a los afectados.
“Me he trasladado aquí indefinidamente y yo me encargo personalmente de que las donaciones lleguen a las casas y de que los donantes estén al tanto de dónde acaban sus donativos”, señala Briz en una entrevista concedida a Economist & Jurist y en la que ha explicado la situación que hay a día de hoy en Valencia.
Son muchos los jóvenes, y no tan jóvenes, que acudieron desde el primer día a ayudar a los pueblos valencianos más afectados: limpiaron el lodo de las calles; las casas; ayudaron a quitar muebles; donaron ropa, comida y agua; e hicieron todo lo que los damnificados pedían en redes y medios de comunicación. Sin embargo, casi un mes después de la catástrofe natural, los altavoces mediáticos se están empezando a apagar y, aunque Briz cuenta en este medio que sigue habiendo mucha ayuda del pueblo, la urgencia de la situación ha dejado de mostrarse y la realidad es que todavía se necesita mucha ayuda para que todos los afectados puedan volver a la normalidad: “Cada vez se van más voluntarios, porque vuelven a sus vidas y sigue habiendo casas donde el lodo les llega por las rodillas”.
«Nosotros nos centramos en llevar las cosas específicas que nos piden, para no ir a lo loco«
Los Bajos de la Dana es una asociación formada por un amplio equipo de voluntarios que acudieron a Valencia en los primeros días tras el paso de la DANA, aquel 29 de octubre. Su objetivo es reacondicionar, especialmente, los bajos de los edificios, que son las casas que han sido más perjudicadas por las inundaciones.
El proyecto funciona de la siguiente manera: analizan la situación de los bajos, priorizando a la gente más vulnerable —gente sin compañía, con menos recursos, sin seguro, niños, gente con problemas de movilidad—. “El problema fue que el volumen creció tan rápido que en pocas horas aparecían cientos de personas pidiendo todo tipo de ayuda” explica Briz, “por ello, hemos digitalizado todo el proyecto. De esta manera es más sencillo llegar a más gente que quiera ayudar y también a los afectados para que puedan pedir qué necesitan con urgencia y se lo podamos solucionar lo antes posible”.
En la plataforma de Los Bajos de la Dana, los voluntarios reciben información de dónde acudir según la necesidad de los afectados, que califican de una a tres estrellas según la prioridad; y día a día mandan de manera personalizada colchones, somieres, escritorios y demás material que solicitan las familias. “Nosotros no mandamos camiones llenos de materiales y alimentos y los repartimos por la zona, sino que nos centramos en las cosas específicas que nos piden, para no ir a lo loco”, comenta Briz, justificándose en que “hay que ser eficiente y centrarse en la necesidad que hay individualmente”.
Aunque están en proceso de crear una página web, toda la información y formularios para donar y ayudar como voluntario en Los Bajos de la Dana está en sus redes sociales: @losbajosdeladana en Instagram, y @Marta Briz en LinkedIn.
Todas las donaciones deben ser en especie, ya que no aceptan dinero. “A todos los que quieran invertir, les facilitamos las tiendas dónde se puede comprar el material que se necesita y nosotros nos encargamos del transporte y todo lo que haga falta”, comenta la fundadora y organizadora de este proyecto solidario.
En las redes sociales de la organización podréis encontrar los formularios para los voluntarios, donde se registra la ayuda que van a ofrecer, pues hay tres categorías de necesidad: limpieza, reparto de víveres con vehículos y la ayuda puerta a puerta.
Además, están repartiendo códigos QR por muchas ciudades de España para acceder a los formularios, porque según explica Briz, el problema es que existen muchas personas con distintas necesidades y muchas de ellas no pueden acudir a los centros donde se hace el reparto de materiales.
“Todavía hay muchísima gente que lo que necesita es limpiar su casa”, señala la entrevistada, afirmando que esta situación está haciendo que haya muchas familias separadas en casas de familiares y amigos porque es muy perjudicial estar en un hogar sucio y lleno de humedades. Por ello, según Briz, el mayor problema que hay que erradicar es la humedad.
«La humedad es un problema que muchos desconocen y del que hay poca información y los afectados están empeorando la situación«
Los Bajos de la Dana ha pasado por diferentes etapas, ya que según pasa el tiempo las necesidades van cambiando. Primero ayudaron a limpiar calles, llevaban furgones llenos de todo lo necesario para sobrevivir y lo repartían en las zonas afectadas, puerta a puerta. Pero rápidamente se dieron cuenta de que lo que se necesitaba era organización.
La mayoría de las donaciones se hicieron masivamente y todos los puntos de recogida acabaron a rebosar de ropa, agua, alimentos, muebles, juguetes, etc.; y muchos de los voluntarios que limpiaban las calles y casas lo mejor que podían, pero con poca organización. Por ello, Marta Briz y un equipo de voluntarios, empezaron a organizarse y reubicarse y fue cuando surgió este proyecto solidario.
Empezaron yendo casa por casa en los pueblos más afectados con el objetivo de reacondicionar los hogares de la mejor manera, para que esa gente recuperara sus vidas lo antes posible. “Empezamos a ver que la gente dormía en sus casas llenas de moho, durmiendo entre cartones o en sofás húmedos y camas mojadas” apunta Briz, por ello, su objetivo principal en este momento es eliminar las humedades de las casas, y para lograrlo, además de necesitar muchas manos también necesitan profesionales: reformistas, albañiles, fontaneros, pero sobre todo, material industrial.
“Sé que los albañiles son autónomos y es complicado porque aquí cada uno tiene su vida y necesitan ingresar, pero de verdad, necesitamos que gente de estas profesiones vengan con todo tipo de materiales”, señala la fundadora de Los Bajos de la Dana, “la humedad es un problema que muchos desconocen y del que hay poca información y los afectados están empeorando la situación. Limpian, quitan las humedades e inmediatamente pintan, lo que genera humedad de nuevo”.
Según la actriz, una vez eliminado el moho y las humedades, hay que secar muy bien las paredes, pero para ello se necesitan deshumificadores y cañones de calor industriales. “Tenemos unos pocos, pero no podemos ir secando una casa al día porque estaríamos cinco años así”, se queja Briz.
Una vez la superficie está seca, se debe esperar de cuatro a cinco semanas como mínimo para empezar a pintar. Mientras se encargan de limpiar las humedades de las paredes de los hogares, Los Bajos de la Dana se están encargando de amueblar las casas para que las personas puedan vivir. “Las familias con niños están volviendo a los bajos, porque no pueden estar ocupando los salones de otras casas”, puntúa la actriz.