Muere el director que aterrorizó al mundo entero, William Friedkin
El cineasta causó pavor en las salas de cine con su adaptación de El exorcista
William Friedkin dirigiendo El exorcista (1973) (Foto: Industrias del cine)
Muere el director que aterrorizó al mundo entero, William Friedkin
El cineasta causó pavor en las salas de cine con su adaptación de El exorcista
William Friedkin dirigiendo El exorcista (1973) (Foto: Industrias del cine)
El exorcista (1973) es una película de terror que destaca por haber marcado las pesadillas de varias generaciones y que, a día de hoy, sigue suscitando pánico a pesar del paso del tiempo. Bajo ese éxito audiovisual se esconde uno de los directores de cine más aclamados y castigados de la industria, William Friedkin. Después del estreno del largometraje sobre la posesión demoniaca, acabó relegado a filmes de un presupuesto modesto que, pese a no ser éxitos en taquillas, consiguió que la crítica las considerase “de culto” debido a sus cualidades directivas. El 7 de agosto de 2023 el cine despide a un gran referente del séptimo arte.
Infancia
William nació el 29 de agosto de 1935 en el estado de Illinois, concretamente, en la ciudad de Chicago (Estados Unidos) en el seno de una familia humilde en la que su padre era un marino mercante y su madre, una enfermera.
Entre sus primeros recuerdos está el visionado de Ciudadano Kane (1941), el maravilloso filme de Orson Welles que despertó e inició su amor por el cine. Además, Friedkin cuenta que con esa película descubrió a qué oficio quería dedicarse.
Inicios y notoriedad cinematográfica
Su primer trabajo llegó tras finalizar el instituto en una pequeña cadena de televisión. Al ir demostrando sus aptitudes, fue ascendiendo hasta que logró dirigir diversos formatos. Destaca su documental The People vs. Paul Crump (1962) que consiguió que la pena a un condenado a muerte se conmutase.
Tuvo la suerte de poder dirigir un episodio de la serie The Alfred Hitchchock Hour (1962-1965), concretamente el de Off-Season (1965), aunque fue amonestado por el director de Los pájaros (1963) ya que no llevaba puesta una corbata para dirigir, un elemento indispensable en la figura del director.
Su siguiente éxito profesional vino de la adaptación de la novela de Robin Moore The French Connection (Contra el imperio de la droga) (1971). William, descontento con la historia que se narraba, no sabía si era correcto aceptar, pero tras preguntar por la calidad de sus piezas al director de grandes filmes de la historia del cine como Río Bravo (1959), Howard Hawks, obtuvo una respuesta negativa y decidió pedirle consejo.
Hawks mencionó que debía filmar la mejor persecución de la historia del séptimo arte. Friedkin brilló al realizar una secuencia impecable sobre como el detective de la novela corre tras un narcotraficante. El resultado se materializó en la obtención del Oscar por mejor director además de mejor película, mejor actor, mejor guion y mejor montaje.
Terror
Su éxito fue tal que el escritor de El exorcista William Peter Blatty vendió los derechos de la novela basada en hechos reales a la Warner Bross y exigió que Friedkin dirigiese el filme con la energía con la que había ganado una estatuilla dorada. El realismo que supo transmitir al espectador sobre los rituales católicos para exorcizar a personas causó pavor en las salas de cines de varios países que llegaron incluso a prohibirla. Además, el largometraje consiguió 10 nominaciones a los Oscar, aunque tan solo ganó dos, mejor guion adaptado y mejor sonido.
Cabe destacar el gran impacto que tuvo El exorcista en la cultura popular ya que es la película más censurada de la historia. Esto se debe a sus escenas aterradoras que causaron que la Iglesia Católica la catalogase como blasfemia lo que obligó a la productora a retirar algunas escenas y no mostrar el tráiler promocional. Además, muchos cines se negaron a emitirla puesto que los espectadores abandonaban la sala aterrorizados e, incluso, vomitando.
Bache profesional
Los críticos auguraron un buen porvenir del quien iba a ser considerado como uno de los directores más importantes de la década del Nuevo Hollywood junto con grandes maestros como Francis Ford Coppola, pero su mala suerte no hizo más que comenzar. El estreno de Star Wars (1977) arrebató ese sueño y, tras caer en una gran depresión, tuvo que conformarse con la dirección y realización de filmes con un presupuesto modesto.
A pesar de no realizar éxitos de taquilla, sus obras posteriores han sido consideradas “cine de culto” como, por ejemplo, A la caza (1980) donde Al Pacino da vida a un agente que se infiltra en un local homosexual para intentar capturar a un asesino sádico o Killer Joe (2011) en el que la violencia y el humor negro tiñen cada secuencia del filme sobre un asesino a sueldo.
La última aparición pública de William fue en el Festival de Cine de Venecia donde acudió para recoger su León de Oro por su consolidada trayectoria, tras este suceso no se volvió a saber nada del cineasta hasta que el 7 de agosto de 2023 la revista Variety confirmó su fallecimiento en su residencia familiar de Los Ángeles.