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Estilo de Vida

Ocho consejos para volver al gimnasio después de las vacaciones y sostenerlo a largo plazo

Las claves de los expertos en entrenamiento físico para volver sin hacer esfuerzos inhumanos ni dietas milagro

(Imagen: E&J)

Ana Sánchez Blázquez

Redacción E&J




Tiempo de lectura: 3 min

Publicado




Estilo de Vida

Ocho consejos para volver al gimnasio después de las vacaciones y sostenerlo a largo plazo

Las claves de los expertos en entrenamiento físico para volver sin hacer esfuerzos inhumanos ni dietas milagro

(Imagen: E&J)



Con el final de las vacaciones llega el momento de retomar la rutina, lo que significa volver a ponernos en forma y cuidar nuestra salud. Es normal que durante el verano nos hayamos permitido algunos caprichos y pausado nuestra actividad física regular. ¡Helados, cervecitas frente al mar o paellas en la playa son parte de las vacaciones! Pero ahora, con septiembre a la vuelta de la esquina, toca centrarse en recuperar el ritmo y los buenos hábitos.

Aunque puede que la idea de volver al gimnasio sea abrumadora, no es necesario hacerlo de golpe. De hecho, los expertos coinciden en que lo más importante es empezar de manera gradual. Estos son algunos consejos para que este regreso sea motivador, efectivo y, lo más importante, sostenible a largo plazo.



  1. No te castigues, es normal relajarse

Después de semanas de descanso y desconexión, es lógico que hayas bajado el ritmo, y eso está bien. La clave está en no castigarte por ello. En lugar de obsesionarte con «recuperar el tiempo perdido», enfócate en lo que puedes hacer a partir de ahora. Los expertos en entrenamiento aseguran que lo importante es no pretender hacer en una semana todo lo que no hiciste durante el verano. Lo ideal es empezar a entrenar con un enfoque equilibrado, combinando ejercicios de fuerza y cardio, pero a un ritmo más suave que antes.

  1. Planifica tu semana deportiva

Sabemos que después de unas vacaciones, el entusiasmo inicial puede decaer rápido. Para evitarlo, una de las mejores estrategias es organizarte con antelación. Para ello, es importante que te tomes el entrenamiento tan en serio como otros asuntos, lo ideal es agendar los entrenamientos en tu calendario como si fueran reuniones importantes. Puedes empezar con dos o tres sesiones semanales y, conforme te sientas más cómodo, aumentar la frecuencia. Recuerda: ¡la clave es la constancia, no la cantidad!

  1. Objetivos alcanzables para evitar la frustración

A veces caemos en la trampa de ponernos metas demasiado ambiciosas, lo que puede provocar agotamiento o desmotivación. Tómate el tiempo para establecer objetivos pequeños, pero alcanzables, como hacer ejercicio tres días seguidos o correr 5 kilómetros sin parar. Cuando los alcances, te sentirás orgulloso y más motivado para seguir adelante. ¡Celebra cada pequeño logro! La disciplina es un proceso, no una carrera.



 

(Imagen: E&J)

 

  1. Escucha a tu cuerpo

Si bien es tentador lanzarse de cabeza a entrenar con la misma intensidad que antes de las vacaciones, lo mejor es ser prudente. Los expertos aseguran que es esencial comenzar con entrenamientos de bajo impacto y respetar los tiempos del cuerpo. Esto no solo evitará posibles lesiones, sino que hará que disfrutes más del proceso. Presta atención a las señales de cansancio o molestias y, si es necesario, ajusta el ritmo.

  1. Busca actividades que te emocionen

No hay nada peor que hacer ejercicio por obligación. Si sientes que el gimnasio no es lo tuyo, ¿por qué no pruebas algo diferente? Es bueno cambiar la rutina con actividades más dinámicas como fitboxing, yoga o pilates. El truco está en encontrar algo que realmente disfrutes, que te motive a salir de casa y moverte. Al final, lo importante es mantenerte activo, ¡de la manera que más te guste!

  1. Calentar y estirar, tus mejores aliados

Uno de los errores más comunes al volver al deporte es saltarse el calentamiento o los estiramientos. ¡Error! Calentar correctamente prepara tus músculos y articulaciones, mientras que estirar al final de la sesión te ayudará a evitar rigideces y lesiones. Dedicar unos minutos a esto puede marcar una gran diferencia en tu rendimiento a largo plazo. Así que, no lo dejes de lado.

  1. Nutrición y descanso: el combo ganador

No solo se trata de entrenar, sino de cuidarse en todos los sentidos. Una buena alimentación y un descanso reparador son esenciales para recuperar la energía y mantener la motivación. Hidratarse bien, comer de manera equilibrada y dormir lo suficiente no solo te ayudarán a mejorar tu rendimiento, sino que también son claves para sentirte bien. Combina proteínas, carbohidratos y grasas saludables para darle a tu cuerpo todo lo que necesitas.

  1. No lo hagas solo

Entrenar acompañado puede ser una excelente manera de mantenerte constante. Ya sea un amigo, tu pareja o un grupo de entrenamiento, contar con alguien más puede hacer que esos días de pereza sean más llevaderos. Ya que entrenar en un entorno animado potencia la motivación.