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Estilo de Vida

The Barkley Marathons: posiblemente, la carrera más dura (y loca) del mundo

Este ultramaratón, que tiene ya 40 años y en el que participan 40 corredores por edición, sólo ha sido completado por 17 personas

Edición de The Barkley Marathon de 2016. (Foto: TTR)

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The Barkley Marathons: posiblemente, la carrera más dura (y loca) del mundo

Este ultramaratón, que tiene ya 40 años y en el que participan 40 corredores por edición, sólo ha sido completado por 17 personas

Edición de The Barkley Marathon de 2016. (Foto: TTR)



Los corredores de maratones y carreras de larga distancia tienen en su imaginario particular una serie de competiciones que se celebran alrededor del mundo y que son para estos deportistas lo que los ochomiles para los alpinistas. Si hubiera que decir cuál de estas carreras tiene que ser considerada el Everest de los maratones, seguramente habría diversidad de opiniones. No obstante, lo que es seguro es que hay una competición que sería profusamente nombrada: The Barkley Marathons.

Esta prueba que se celebra en las montañas del Parque Estatal Frozen Head, en Tennessee, Estados Unidos. Comprende cinco vueltas de 32 kilómetros a un circuito no muy bien delimitado, lo que hace que el recorrido total alcance los 160 kilómetros entre continuos desniveles.



Los corredores tienen un máximo de 60 horas para completarla, con un tiempo límite para cada vuelta de 12 horas. Durante la competición no disponen de puntos de ayuda, ni pueden utilizar teléfonos móviles, GPS o cualquier otro sistema de navegación. Sólo está permitido el uso de una brújula para orientarse y un par de puntos en los que pueden beber agua.

El diseño de este ultramaratón incluye un curioso método para controlar que los corredores cumplen el circuito establecido. En diversos puntos del recorrido hay un libro del que cada atleta debe arrancar la página que se corresponda con su número de dorsal. Al finalizar cada etapa deben mostrar a la organización las páginas que le corresponden.



La dureza de la carrera queda plasmada en un dato demoledor. Aunque han pasado casi 40 años desde la primera edición, sólo 17 atletas han logrado finalizar todos tramos de la prueba. Participan cada año 40 deportistas.



Al margen de la dureza de esta carrera, que es extrema, uno de los elementos que destacan de la misma es cómo surgió la idea de su celebración y qué requisitos se precisan para participar en la misma.

El 10 de junio de 1977, James Earl Ray, condenado por el asesinato de Martin Luther King Jr. se escapó de la penitenciaría de Brushy Mountain State (Tennessee) junto con otros seis convictos. Huyeron a las montañas próximas a la prisión y fueron capturados 55 horas después a 13 kilómetros de la penitenciaría.

Gary Lazarus Lake Cantrell, creador de The Barkley Marathons. (Foto: La Fragua)

Un habitante de la zona, Gary Lazarus Lake Cantrell, se enteró de la noticia y comenzó a criticar la poca resistencia de James Earl Ray, ya que sólo había recorrido 13 kilómetros en 55 horas. Él entendía que en 60 horas era posible recorrer 10 millas (160 kilómetros). Para demostrarlo, decidió organizar The Barkley Marathons. De este modo, en 1986 se celebró la primera edición.

Si difícil es completar la distancia en el tiempo establecido y con las condiciones impuestas por Gary Cantrell, no lo es menos tener el honor de participar en esta competición. El organizador sólo permite el concurso de un máximo de 40 corredores por edición. No hay una página web en la que poder registrarse. Los interesados deben mandar un escrito al organizador a una dirección que va cambiando cada año argumentando las razones por las que quiere participar. El costo asociado a la inscripción es de 1,60 dólares (un centavo por kilómetro a recorrer).

Una vez pasada la primera criba, los aspirantes deben pasar aún una prueba de selección en la que se incluyen preguntas de lo más rebuscado. Según recogía The New York Times en un reportaje sobre la carrera, entre las cuestiones a cumplimentar este año estaban “¿Cuál será el elemento 119 de la tabla periódica?», «Escriba el Discurso de Gettysburg en Sawveh» o «¿Quién construyó el Khatt Shebib?».

Matrículas entregadas port los participantes en la carrera. (Foto: Runners World)

Quienes son finalmente admitidos deben presentarse el primer día de carrera con una matrícula de coche correspondiente a su estado o país de procedencia. Muchas lucen hoy colgadas hoy de los árboles.

Los corredores que repiten pero que no terminaron la carrera deben aportar una cuota de inscripción adicional consistente en alguna prenda de ropa que varía según la edición. Sin embargo, la aportación adicional que deben hacer los que han terminado el recorrido en alguna edición anterior deben aportar una cajetilla de cigarrillos Camel como parte de la cuota de inscripción.

Por cierto, la señal para comenzar la carrera es que Gary Cantrell encienda un cigarrillo.

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