Tortitas de sangre, un postre típico español

Las tortitas son uno de los postres dulces más populares en todo el mundo. Su receta es fácil y el poco tiempo que tarda en cocinarse hace que muchas cafeterías las incluyan en su menú. Además, se pueden acompañar de siropes de diferentes sabores como chocolate, caramelo y hasta de melocotón. Nadie jamás pensaría que en España hay una tradición de prepararlas con sangre de cerdo.

Las filloas de sangre o freixós son el postre por excelencia que se degusta en el Carnaval de Galicia que se festeja del 17 al 22 de febrero. Su aspecto más característico, que no deja indiferente a ningún turista, es la utilización de sangre de cerdo en su receta tradicional.

O Entroido (Foto: Turismo de Galicia)

O Entroido (el carnaval gallego) es el nombre de esta popular fiesta que tiene especial relevancia en Orense ya que es la capital donde más se celebra este evento. La ley que dicta en la celebración es la de ir disfrazado o sino el asistente recibirá azotes con la fusta o será manchado con harina u hormigas vivas. Asimismo, el banquete gastronómico también es de carácter obligatorio en el que se recomienda probar las filloas.

Origen y receta

El origen de este curioso alimento no está claro, hay evidencias que muestran que los romanos que se asentaron en la Península Ibérica ya comían un tipo de tosta sencilla acompañada de varios ingredientes como la sangre. Por otra parte, también se cree que fue un postre de los pueblos precristianos y que, poco a poco, fue extendiéndose por toda Europa y variando según la región.

Filloa de sangre (Foto: Catalego.net)

La receta se compone de: 300 mililitros (ml.) de leche, cuatro huevos, 250 ml. sangre de cerdo, una cucharadita de canela, 50 gramos (g.) de harina, manteca de cerdo y 30 g. de azúcar. Para su preparación es necesario que la sangre no se coagule.

Los pasos a seguir son, primero, batir los huevos y añadir la leche y la canela. Se mezcla todo y se debe asegurar que quede bien batido. Después, se añade la harina y la sangre y se remueve para que no quede ningún grumo. Se deja reposar unos minutos en la nevera y, tras ello, se calienta una sartén con una pizca de manteca. Se vierte una porción de masa muy fina y se sube al máximo el fuego. Tras unos segundos, se da la vuelta y se repite el proceso. Para finalizar, se irán apartando en un plato y las filloas de sangre estarán listas para ser comidas.