Vuelta al trabajo de los abogados: Diez claves para no deprimirse o sufrir ansiedad
Consejos para que el espíritu del verano no quede en la primera semana de septiembre
(Imagen: E&J)
Vuelta al trabajo de los abogados: Diez claves para no deprimirse o sufrir ansiedad
Consejos para que el espíritu del verano no quede en la primera semana de septiembre
(Imagen: E&J)
Ya ha pasado la primera semana de septiembre y tal vez los propósitos que traías al volver de vacaciones y retomar el trabajo comienzan a esfumarse porque las prisas, la obligaciones personales y profesionales del comienzo de curso y tu vida social tras el parón han vuelto a ponerse en los primeros puestos del ranking de sobre los estresores que causan ansiedad y depresión en la profesión legal.
La I Encuesta sobre salud mental de la abogacía madrileña, realizada por el ICAM a través de la Fundación ICAM-Cortina y publicada el pasado mes de julio, ha roto el tabú sobre la salud mental en la abogacía y nos ha dejado datos muy reveladores sobre la salud mental de este colectivo, donde seis de cada 10 letrados sufre ansiedad, lo que sitúa este trastorno entre los más recurrentes dentro de la profesión.
La principal causa de esa ansiedad, según los letrados encuestados, es la incapacidad para descansar y desconectar del trabajo. En segundo lugar, la presión para trabajar largas jornadas, la falta de herramientas para administrar eficazmente el tiempo, la incapacidad para conciliar, la ausencia de reconocimiento o valoración del trabajo por parte de sus empleadores, la presión de los plazos, horas facturables, captación de clientes y la falta de claridad sobre lo que se espera de ellos en el trabajo.
Y es que la incapacidad para descansar y desconectar del trabajo es uno de los grandes retos a los que debe enfrentarse todo profesional de la abogacía.
Ahora que tras el parón del verano los buenos propósitos están aún presentes en nuestra mente, es el momento de conocer y practicar algunas claves que pueden ayudarte a mantener los niveles de cortisol a raya y evitar la aparición de la ansiedad o, al menos, reducir sus síntomas.
Pero antes, es necesario que te preguntes ¿qué tipo de relación tengo con mi trabajo?
Desde el punto de vista social, el profesional muy ocupado es una persona de éxito que tiene como aliado la tecnología y ello le facilita trabajar cuando y desde donde quiera, lo que hace que esté constantemente conectada, alerta y trabajando más horas que cuando lo hacía en su despacho o empresa.
Si eres de los profesionales que, además de tener dificultades para desconectar o trabajas demasiadas horas, no delega tareas; se siente mal cuando no trabaja en fin de semana; es muy perfeccionista; pone en segundo plano sus relaciones familiares y personales y su nivel de autocuidado es bajo porque no descansa ni se nutre suficientemente, este artículo es para ti porque, tal vez, eres adicto al trabajo.
Y es que no debemos confundir la adicción al trabajo de la responsabilidad por el trabajo. Si tu responsabilidad te lleva a comportamientos como los que antes se han mencionado, es el momento de ponerse en acción para evitar caer en la adicción o Karoshi como llaman en Japón a quienes mueren a causa de la carga de trabajo y excesivo estrés.
En un artículo publicado en el Annual Review of Organizational Behavior de 2024, los psicólogos y científicos e investigadores laborales T. Taris y Jan de Jonge, de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, exploran el concepto de “adicción al trabajo” son los factores de riesgo y sus consecuencias en la salud física, mental y psicológica.
Por ello, Taris menciona que las personas que trabajan muchas horas porque aman su trabajo, no son adictos y se consideran trabajadores comprometidos. Pero cada vez hay mayor consenso a la hora de estudiar el concepto y se ha llegado a afirmar por la psicóloga industrial y organizativa de la Universidad de Georgia que la verdadera adicción al trabajo significa compulsión interna, pensamientos persistentes sobre el trabajo, sentimiento de culpa cuando no se trabaja y hacerlo más horas de lo razonablemente esperado.
Tanto a nivel físico, como psicológico y mental, la adicción al trabajo o el trabajo excesivo sin desconexión ni autocuidado puede generar altos niveles de estrés (estrés malo o distrés) que, mantenido en el tiempo puede provocar enfermedades relacionadas con el sistema inmune, problemas de piel, cardiovasculares, trastornos del sueño, depresión o ansiedad. Sin dejar de lado el impacto en las relaciones personales y familiares.
Pregunta a personas cercanas de tu entorno sobre ¿cómo te ven en relación con tu trabajo? ¿Eres adicto al trabajo o eres una persona comprometida con el mismo? Espera su respuesta y ponte en acción porque la mayoría de los profesionales con los síntomas mencionados no son conscientes de que tienen un problema y, generalmente, son sus amigos o familiares quienes lo detectan antes.
Si has llegado hasta aquí es porque tal vez te hayas sentido identificado con lo que has leído hasta ahora y necesitas conocer algunas claves para no formar parte del 60% de los abogados que sufre ansiedad y que no logra desconectar suficientemente ni descansar lo necesario para conseguir la necesaria recuperación.
- Espíritu del verano
Mantén el espíritu del verano no olvidándote de los momentos de desconexión y de tus sensaciones mientras los disfrutabas. Si tienes alguna fotografía de esos momentos, no dejes de tenerla presente e incluso ponerla en tu fondo de pantalla y cuando te sientas desbordado, piensa en ese lugar o momento y date un respiro o descanso de 5/10 minutos.
- Las 3 D
Si has vuelto de las vacaciones con propósitos para mejorar tu salud física, emocional, mental; o tu gestión del tiempo en el trabajo y organización, realiza ya una lista separando tu rol personal del profesional y dentro de cada uno de ellos, las diferentes tareas que vas a realizar para conseguir los objetivos propuestos. Es importante que no te olvides de ser “tu prioridad” porque si no consigues las 3 D (desconectar, descansar y disfrutar de lo que haces) de forma sostenida en el tiempo, va a ser difícil que tu cortisol se mantenga en un nivel saludable y que te escapes de la ansiedad y la depresión.
- Duerme como te mereces
Es fundamental dormir suficiente para tu recuperación tras una jornada intensa. No olvides que es parte de tu preparación para que el siguiente día sea un éxito. Dormir entre seis y ocho horas diarias te ayudará a mantener tu equilibrio y activará el sistema glinfático, indispensable para eliminar los residuos del sistema nervioso central eliminando toxinas o basura neuronal proveniente del metabolismo cerebral. Dormir bien no es una opción.
- Verde que te quiero verde
No dejes de salir a caminar o realizar alguna actividad física al aire libre. Si durante el día tienes oportunidad de caminar, en vez de coger el coche o cualquier otro medio de transporte, hazlo porque ello facilitará la mejora de tu salud musculoesquelética, cardiovascular, mental y emocional, aumentando tu nivel de endorfinas para combatir el estrés.
- Sé tu Máster Chef
Sin buena alimentación y nutrición saludable no hay buena salud. Seleccionar y tomar una dieta equilibrada que aporte las vitaminas y nutrientes necesarios para afrontar las demandas de nuestro día a día es fundamental para nuestra salud mental, física y psicológica. No es tan difícil, el «plato Harvard» te puede ayudar para equilibrar tu alimentación.
- Programa tu apagón digital diario
Si lo conseguiste, total o parcialmente, en verano, ¿crees que no lo vas a conseguir ahora? Si en vacaciones estaba bien visto, ¿por qué al volver al trabajo no lo está? Depende de ti y no hay que dar explicaciones para justificar que necesitas “desconectar” y que te reservas una hora a partir de la cual “estás contigo y no estás para los demás”.
- Técnica del cuadro torcido
Ese perfeccionismo te hace perder demasiado tiempo dándole vueltas y vueltas al mismo escrito o a la misma idea. Una forma de trabajar ese afán por verlo todo perfecto es mirar un cuadro torcido y no intentar ponerlo derecho. Es una forma de retarte y conseguir fijarte en lo que realmente importa (el interior del cuadro) y no en lo superficial. Esto es aplicable a las relaciones personales y profesionales y también en las tareas del día a día.
- Persona vitamina
Detecta a tus personas vitamina y no dejes de nutrirte de ellas (familia, amigos, compañeros…). Igualmente, no te olvides de las personas (padres, hijos, pareja, amigos, personas necesitadas a través del voluntariado) a las que puedes nutrir con tu cariño, cuidados, sentido del humor, experiencias, etc.
- Tu momento mimo
Decide cuando es tu momento mimo que es ese que te dedicas para hacer lo que te gusta y mimarte (hobby, deporte, cocinar, bailar, etc.). Aprovecha ese momento para desconectar y reconectar con tu cuerpo y mente.
- Haz un regalo y agradece
Comparte con otros tu experiencia agradeciendo los beneficios que te han reportado estos 10 consejos y cómo te sientes. Ofréceles apoyo regalando tu valioso tiempo para escucharlos y facilitar que el espíritu del verano no quede en la primera semana de septiembre.